En las nubes/Carlos Ravelo Galindo

Dime con  quién  andas… y te diré quién eres. Soneto triste.

Acaban  de llegarnos estos consejos, sabios, de alguien  que nos  conoce bien. Y lo agradecemos.

Nos dice, y le sobra la razón, que llegó finalmente la tercera edad, la mejor y la última, así que  a vivir. Y nos reitera lo que en alguna ocasión, nosotros, los que estamos de salida, les dijimos. El autor claro que nos conoce bien. Un jurista, don Jorge Alberto Ravelo Reyes. Nuestro hijo.

1º.- Es hora de usar los ahorros en forma debida. Usarlos en mí, no para guardarlos. No es época de inversiones por maravillosas que parezcan. Estas solo traerían angustias. Es época de tener mucha paz y tranquilidad. De vez en cuando, hoy que volviste a la soltería, un romance. Con cautela. Pero descansa sábado y domingo. Te irá bien.

2º.- Dejaré de preocuparme por la situación financiera de mis hijos, mis nietos y bisnietos, sin sentirme culpable de gastar el dinero en mí mismo. Ya les di todo lo que me fue posible en su infancia y juventud, sobre todo una buena educación. Ahora la responsabilidad es de ellos. Como la nuestra con nuestros padres. Cierto.

3º.- Compraré lo mejor, me daré algunos gustos y caprichos. Después de muerto el dinero solo genera odios y rencores.

4º.- Visitaré al sastre, al peluquero, al dentista, usaré buenos licores y los beberé con moderación. Si ya no estoy joven por lo menos andaré bien cuidado.

5º.- Me mantendré bien informado leeré  libros, la buena prensa. Nada de cosas fatalistas, para no andar angustiado. Enviaré y leeré los mail de todos mis amigos. Y los nuestros. Alguien estará interesado.

6º.- No usaré la expresión «en mi tiempo», porque este es mi tiempo… o ¿no?

7º.- No caeré en la tentación de vivir con los hijos o los nietos. S i se puede, los visitaré por unos días de muy vez en cuando. No atosiguemos. Ni que nos atosiguen.

8º.- Aceptaré, si ya estoy solo,  todas las invitaciones que me hagan, bautizos, cumpleaños, conferencias, san viernes, santos, fiestitas, traguitos, nada de quedarme en casa fermentándome.

9º.- Los dolores, resacas aunque ya ni hay. Reflujos y molestias siempre estarán presentes, pero no hablaré de ellos para no hacerlos importantes. Total los problemas son para el médico, pero lo bailado no me lo quita nadie.

10.- A mi edad no sale que me haga el muy apegado a la religión, todo el tiempo. Lo bueno es que en breve podré hacer mis pedidos personalmente.

11.- Reiré mucho y con muchas ganas, pues he sido un suertudo; he tenido una larga vida con mucha salud y mucho amor.

12.- Si alguien me dice que ahora no hago nada de importancia, le diré que lo más importante ya lo hice… Mi vida, buena o mala ya la viví.

11.- Finalmente como dijo Benedetti: «No te rindas, no cedas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento”. 

Aún hay fuego en el alma, aún hay vida en los  sueños, porque cada día es un comienzo. Esta es la hora,  del mejor momento  y a nuestros 86 ya estamos en la plena.

Pero qué alegría que alguien que nos conoce bien nos recuerde lo que hace mucho, mucho tiempo, también dijimos y pusimos en práctica.

Aún,  hay que reconocer, con algunas excepciones.

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