Visión financiera
Un consejo al Papa Francisco
El Papa Francisco, luego de seis días de estancia se despidió de todo México, desde Ciudad Juárez, Chihuahua. Nosotros con devoción solo le contestamos: “Hasta pronto”, misionero de paz. Agregaríamos, con toda humildad y respeto, un consejo que pudiera agregar en sus homilías.
Sí, nos referimos a una frase de Sir George Bernard Shaw: “Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo y por los mismos motivos”.
“Señor Obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos.
Señor Obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos,
Queridos Hermanos en el Episcopado,
Autoridades, señoras y señores, amigos todos.
Muchas gracias, Señor Obispo, por sus sentidas palabras, es el momento de dar gracias a Nuestro Señor por haberme permitido esta visita a México. La que siempre sorprende, México es una sorpresa.
No quisiera irme sin agradecer el esfuerzo de quienes han hecho posible esta peregrinación.
Agradezco a todas las autoridades federales y locales, el interés y la solícita ayuda con la que han contribuido al buen desarrollo de este propósito. A su vez, quisiera agradecer de corazón a todos los que han colaborado de distintos modos en esta visita pastoral. A tantos servidores anónimos que desde el silencio han dado lo mejor de sí para que estos días fueran una fiesta de familia, gracias. Me he sentido acogido, recibido por el cariño, la fiesta, la esperanza de esta gran familia mexicana, gracias por haberme abierto las puertas de sus vidas, de su Nación.
El escritor mexicano Octavio Paz dice en su poema Hermandad:
«Soy hombre: duro poco y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben.
Sin entender comprendo: también soy escritura
y en este mismo instante alguien me deletrea».
El Papa Francisco en México 86.
Tomando estas bellas palabras, me atrevo a sugerir que aquello que nos deletrea y nos marca el camino es la presencia misteriosa pero real de Dios en la carne concreta de todas las personas, especialmente de las más pobres y necesitadas de México.
La noche nos puede parecer enorme y muy oscura, pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian la esperanza; he podido ver en muchos de sus testimonios, en sus rostros, la presencia de Dios que sigue caminando esta sociedad mexicana no se quede a oscuras.
Muchos hombres y mujeres a lo largo de las calles cuando pasaba levantaban sus hijos, me los mostraban.
Son el futuro de México, cuidémoslos, amémoslos. Esos chicos son profetas del mañana, son signo de un nuevo amanecer y les aseguro que por ahí en algún momento sentía como ganas de llorar al ver tanta esperanza en un pueblo tan sufrido.
Que María, la Madre de Guadalupe, siga visitándolos, siga caminando por estas tierras, México no se entiende sin Ella, siga ayudándolos a ser misioneros y testigos de misericordia y reconciliación.
Nuevamente, muchas gracias por esta tan cálida hospitalidad mexicana”.
Cariñosa y esperanzadora despedida de Francisco, el Vicario de Cristo, con la opinión del premio Nobel de Literatura. Breve frase, pero llena de sabiduría.