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MÉXICO, DF, 25 de enero de 2016.- Desde muchos puntos de vista, es un error modificar o devastar las franjas de manglar a lo largo de los litorales. Los estudios de manifestación de impacto ambiental en torno a éstos deben estar a cargo de instituciones que conocen a profundidad el tema, de especialistas que han demostrado que pueden dar una opinión calificada, afirmó Antonio Lot Helgueras, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.
Los manglares son una barrera contra los huracanes y tormentas tropicales que con frecuencia ocurren en diversas regiones del país. Meteoros climatológicos “ya han tenido efectos terribles sobre la población humana”, recordó. Pero el manglar, primer punto de tierra que tocan las tormentas, detiene en buena medida la fuerza del viento e impide que golpee con la misma potencia kilómetros adentro, se lee en un comunicado divulgado por la máxima casa de estudios.
Además, tienen una función esencial en la conservación y preservación de la biodiversidad, así como en el mantenimiento de la salud del litoral. Ahí se capta CO2 (dióxido de carbono) y así se contribuye a evitar el calentamiento global.
También, agregó, múltiples organismos encuentran un área de protección y reproducción en esos ecosistemas. Algunos de ellos se alimentan de insectos que pueden ser plagas, otros llevan a cabo procesos de polinización y distribución de semillas para el desarrollo de comunidades vegetales.
Lot Helgueras subrayó que una de las características principales de los árboles y arbustos que constituyen los manglares es ser resistentes a la salinidad y a condiciones bajas de oxígeno, pues se desarrollan en sitios inundados.
Además, los humedales, con permanencia de agua a lo largo del año, no son sitios recomendables para desarrollos urbanos; son zonas que se inundan por el tipo del subsuelo, y cuando se construye ahí, normalmente el costo es altísimo.