Constancia de mayoría representa lucha de generaciones enteras: Brugada
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas, 15 de febrero de 2016.- Ante miles de personas reunidas en el estadio de futbol Víctor Manuel Reyna, en Tuxtla Gutiérrez, el Papa Francisco recibió y escuchó el testimonio de cuatro familias que han sufrido violencia, divorcio y enfermedad.
El Sumo Pontífice escuchó atento las palabras de las personas que compartieron parte de su vida y las dificultades que han encontrado y la manera de superarlas.
Manuel Alejandro, un joven de 14 año que sufre distrofia muscular, le dijo al Papa Francisco que los adolescentes son los consentidos de Dios, por lo invitó a la juventud a conocer.
“Santo Padre, su presencia en medio de nuestro pueblo es una bendición”, dijo el adolescente en silla de ruedas y acompañado por sus padres.
Manuel le dijo al Papa que los jóvenes son los consentidos de Dios y es la búsqueda del amor que ellos deben acercarse a él.
“Gracias por ser nuestros amigo y estar cerca de nosotros, gracias por estar en nuestra tierra chiapaneca”, expresó el joven.
“Antes caminaba, corría y jugaba como los niños, pero a los 5 años empecé a caer y eso me puso muy triste”, compartió.
Al culminar su mensaje, el Papa Francisco se acercó a él para besarlo y bendecir a la familia, quienes visiblemente emocionados dieron las gracias al representante del Vaticano.
En su oportunidad, la familia Hernández Robledo, de Tapachula, compartió con el Papa y los miles de asistentes al estadio Jaguar el significado del matrimonio como unidad de la familia.
Acompañado de su esposa, hijos y padres, el jefe de familia le pidió al Papa por los más desfavorecidos.
“Le pedimos ore por nuestro pueblo, somos un pueblo que sufre pobreza por la falta de trabajo, los salarios bajos y los precios tan altos de los productos básicos.
Se refirió a las pocas oportunidades que existen entre los mexicanos y le agradeció al Papa su presencia.
“Vaya usted con la confianza de que los chiapanecos católicos siempre oraremos por usted”, dijo.
Una familia más, integrada por una pareja de divorciados, compartió con el Papa y los miles que pese a que el intenso sol, su acercamiento a la iglesia y cómo formaron una nueva familia a partir de otra ya disuelta.
El cuarto testimonio estuvo a cargo de Beatriz Muñoz Hernández, una enfermera que estuvo tentada por más de una ocasión al aborto.
“Mi infancia estuvo marcada por la pobreza, la violencia y el abandono de mi padre”, le dijo al Pontífice acompañada por su familia.
Destacó que estos problemas que enfrentan millones de mexicanos suelen conducir a la “falsa salida del aborto”.
Al final de cada testimonio, el Papa se acercó a las familias para agradecerles y bendecirlos.