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MÉXICO, DF., 7 de enero de 2015.- El mundo sigue conmocionado por el ataque al semanario satírico francés Charlie Hebdo, donde dos terroristas asesinaron a 10 de sus trabajadores, incluidos a su director y a reconocidos dibujantes como Charb, Wolinsky, Cabú y Tignous.
El monero Antonio Helguera, mordaz caricaturista de las revista Proceso y La Jornada, habla con Quadratín México y da a conocer su opinión respecto a lo acontecido y habla de cuál es el futuro de este género periodístico, que levanta ampollas en todos los sectores, colores y partidos.
–¿Conocía personalmente a algunos de los caricaturistas asesinados en París?
–Sí, a Wolinsky lo conocí hace unos años cuando vino a México, cuando lo trajo la embajada francesa.
–¿Qué importancia tiene el semanario Charlie Hebdo en el género?
–Charlie Hebdo es una de las revistas de humor y caricatura política de las más importantes del mundo. Y sigue una tradición europea que considero muy importante, y que está en la línea de la revista El Jueves de España. Hacen un tipo de humor iconoclasta. Son muy críticos y duros, provocadores inclusive. Me parece increíble que en pleno siglo XXI veamos un crimen motivado por fundamentalismo religioso.
Hace poco cuando fue coronado Felipe VI en España, la revista El Jueves sufrió una censura, un cambio en la portada y provocó un cisma en la revista. Varios colaboradores se salieron. Ahora si veo, estamos entrando en un proceso de involución.
–Algunas de las críticas a Charlie Hebod, son el haber representado la cara de Mahoma, ofendiendo a la comunidad musulmana…
–Si ellos se hubieran dedicado sólo a eso, yo la verdad lo deploraría. Pero no es así, con la misma virulencia que atacaban el atavismo del lslam, también se metían con la religión católica y los judíos. Por ejemplo, tienen unas caricaturas con el arzobispo de Paris, terribles. Se meten con los políticos, como la portada del presidente de Francia, François Hollande con el pene afuera… No era su único tema el lslam. Es diferente en el caso de Dinamarca con las caricaturas (diario Jyllands Posten en 2005), ese fue diferente, porque ese periódico convocó a una bola de caricaturistas amateurs para hacer caricaturas de Mahoma, la mayoría de mal gusto, y que les valió a sus autores sendas condenas de muerte. En aquella ocasión me pidieron la opinión, y comenté que me pareció absurdo y gratuito, fue para ofender al islam. Pero no es el caso aquí. En Charlie Hebdo se metían con todos y eran brutales.
–¿Cuál es el límite de un monero?
–En el tema para la libertad en periodismo, en general, no debe haber un tema tabú. Creo que sería muy grave que a partir de lo que pasó hubiera censura. Que no hubiera caricaturas sobre ciertos temas, sería inadmisible.
Me ha pasado. Uno empuja los límites a propósito. El último cartón que publiqué fue una imagen de Santa Claus con la cara desollada. Lo hice a propósito, para llegar al límite, la puse en Twitter, y a mucha gente le molestó, que era una falta de respeto a las victimas desolladas como el joven de Ayotzinapa. Hay gente que lo toma mal y lo malinterpreta. No te puedes quedar en una zona de confort. En Charlie Hebdo lo hacían en cada edición.
Por otra parte, la islamofobia es un tema que parece impuesto por la agenda política de Estados Unidos (EU). Creo que EU tiene el interés de mantener una animadversión y guerra permanente contra el mundo musulmán. Esta guerra de EU, está instigada por el control de hidrocarburos e Israel… etcétera. Y lo disfrazan con el “Choque de civilizaciones”, de Samuel Huntington.
–¿Ha influenciado esta agenda indirectamente a Charlie Hebdo?
–Es probable, no era el único tema de ellos, pero indudablemente sí influenció en el caso del periódico danés.
–¿Ha habido casos de amenazas a moneros en México?
–Bueno, afortunadamente no. En México sufrimos desapariciones y asesinatos de reporteros y fotógrafos. De momento, no ha sido tocado ningún caricaturista y esperemos que así siga.
–¿Qué es necesario en la caricatura, hoy?
–Creo que el humor es algo que va directamente a la inteligencia de las personas. Estimula a quien lo hace y lo recibe. La caricatura es una expresión muy elevada de civilización. La crítica con humor es algo muy refinado. No es fácil de hacer. En un mundo de imágenes como el que vivimos, es importante el mensaje de la caricatura, se capta rápidamente, es gráfico y tiene humor. Se te fija en la mente. Inmediatamente te hace pensar, incluso hay gente que escribe cartas al diario criticando. Circula mucho en redes y es indicativo que tiene una utilidad para transmitir. En México lo usamos mucho en marchas, seguramente verás muchas caricaturas nuestras.
–¿Y Las críticas?
–Las críticas son de los mismos lectores y las recibes por redes sociales. Es gente que no le gusta la orientación del trabajo. Es normal, es un género de opinión, subjetivo, y expresa mi opinión.
–¿Ante la posición de Hebdo de seguir publicando retratos de Mahoma, deberían haberse moderado?
–Hicieron bien, hubiese sido lamentable si se retractaran. Deberían de seguir y nosotros, los que estamos vivos, deberíamos ponernos en sintonía y hacer las caricaturas que ya no van a hacer los que murieron. No hay que hacer que el atentado triunfe y se convierta en un acto de censura eficaz.