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MÉXICO, DF., 20 de diciembre de 2015.- Las constantes fallas y mantenimiento del Sistema de Transporte Colectivo (STC) han dejado en entredicho al Gobierno del Distrito Federal (GDF) después de que prometiera un mejor servicio y condiciones en el Metro tras subir la tarifa de tres a cinco pesos.
Estas deficiencias en el Metro son más por negligencia y corrupción que por falta de presupuesto, aseguró Juan Campos, catedrático de la UNAM y experto en temas de transporte urbano.
Hace un par de años, cuando apenas cumplía su primer aniversario como titular del GDF, Miguel Ángel Mancera accedió a que aumentara el precio del boleto de este transporte, incluso prometió que sería un medio de clase mundial.
Pero la realidad es que las estaciones se encuentran deterioradas, sucias y pestilentes, mientras que los trenes también han sido olvidados en su mantenimiento, funcionalidad y servicio.
A dos años de distancia de las promesas, usuarios de este transporte, que es el más utilizados por los capitalinos y por residentes del Estado de México, no han visto diferencia en la calidad del servicio, el cual lo califican como peor, ni tampoco en la versatilidad de los convoyes.
A esto se suma que el pasado sábado 19 de diciembre una de las escaleras fijas de la estación Nativitas de la Línea 2 colapsó, su base se desquebrajó e hirió a tres personas, lo que dejó claro que la asistencia técnica y remodelación no han sido puestas en la mesa de trabajo del STC.
Aumento injustificado y un sindicato viciado
“El problema que hay de años entre la autoridad del GDF y el Sindicato del Metro es el gran problema que le afectan, estamos hablando de un presupuesto millonario para la compra de refacciones, herramientas y hasta trenes nuevos”, advierte el especialista en movilidad.
“Pero el cáncer radica en que los líderes sindicales frenan el avance tecnológico que esta red necesita, porque si te das cuenta, se tiene la infraestructura, se tienen las vías, se tienen estaciones y 12 líneas que pueden ser explotadas al por mayor, pero el gran problema radica en que el robo y la corrupción aparta al Metro de ser uno de los mejores a nivel mundial”, dijo Campos.
Otro de los aspectos que resaltó el especialista es que el dinero otorgado año con año, que aumenta siempre, no es repartido de manera eficaz y proporcional, es decir, en el pago justo de sueldos y de la compra esencial de piezas.
Insistió en que la sustitución de un director del STC no es una solución para los problemas, el remover a los verdaderos líderes sindicales sería el primer paso para comenzar a ver un cambio en este transporte.
“Se van directores del Metro y no pasa nada, los despiden por incompetentes y no pasa nada. La solución es tan simple que es remover a esos líderes sindicales que tanto afectan para poder progresar y avanzar en un transporte que ofrece un sin fin de posibilidades de desarrollo.
“Tecnológica y mercatilmente hablando, el Metro puede explotarse en esos ramos y tener, incluso recursos propios para pagar su mantenimiento constante, limpieza eficiente, trenes de primer nivel y sobre todo personal bien pagado”, señaló.