
Respalda Monreal estrategia diplomática de Presidenta
MÉXICO, DF., 5 de junio de 2015.- La entrevista a Manuel Camacho Solís que a continuación presentamos la realizó la periodista Judith Álamo López, en el mes de abril de 2000, en la revista ONG’s y participación ciudadana, de la cual ella era la directora general. Con el consentimiento de la autora, aquí el texto:
Conocedor de las entretelas del sistema político mexicano y su poder, Manuel Camacho Solís no olvida haber sido uno de los hombres más influyentes en el pasado reciente desde donde –dice-, quiso reformar el sistema pero fracasó: las ambiciones de un presidente echaron a perder ese proyecto.
Repudiado por el PRI, donde militó durante más de cinco lustros, al romper las reglas del juego político, Manuel Camacho Solís, candidato presidencial del Partido del Centro Democrático, a sus 54 años, afirma ser un “político moderado” de la oposición verdadera, “porque hay la otra oposición, que sólo es parte de arreglos con el régimen”.
Uno de los consortes de la Presidencia Imperial –según Krauze– ahora, acomodado en la disidencia, sostiene:
–Las organizaciones sociales tienen la tarea política de recoger las causas ciudadanas y convertirlas en reformas constitucionales. por ejemplo, para frenar los abusos del poder presidencial y construir un nuevo orden político que garantice la rendición de cuentas del jefe del Ejecutivo tendrían que reformarse los artículos constitucionales 100, 111 y 112 para acabar con la impunidad y si el mandatario viola la ley poderle quitar el fueron para que pueda ser enjuiciado.
Externa simpatía en general con las causas del movimiento ciudadano, “son positivas”, pero considera que hace falta ponerlas en una adecuada arquitectura institucional y para ello se requiere de una decisión política fundamental para logar el objetivo de reformar la Constitución, frenar abusos y construir un nuevo orden político.
La figura del referéndum le parece adecuada para promover las reformas constitucionales: “Sí, pero si de todo queremos hacer referéndums a lo mejor lo que estamos validando es una forma de bonapartismo totalmente contrario a la democracia. Alguien podría instalarse en el poder con toda la maquinaria del gobierno y al rato supongamos que decide vender Pemex, y manipulando los medios podría lograr que aprobáramos las cosas más absurdas.
Entonces –continúa– el referéndum tiene que ser parte de un nuevo proyecto de establecimiento de un nuevo orden democrático que sirva para alentar la participación, pero no para debilitar la representación política mediante un gobierno plebiscitario, que sería autoritario y estaría sustentado en la propaganda.
Subsecretario y secretario de Estado, regente y canciller, entre 1982 y 1993, se acepta como “disidente del sistema” y confiesa que su gran pecado “fue expresar mi inconformidad con el destape de 1994”.
Ave de las tempestades, igual es considerado el ‘apaga fuegos’ del salinismo, operador político de los tecnócratas, filósofo o intelectual, por su experiencia en el Colegio de México y su maestría en la universidad de Princeton, Manuel Camacho Solís hoy se reconoce como un candidato con “reducidísimas posibilidades de ocupar la presidencia”. Precisa:
–El Partido del Centro Democrático quiere ser el fiel de la balanza.
Hace seis años, después de conocerse que Luis Donaldo Colosio y no él sería ungido precandidato presidencial, Camacho hizo tremenda pataleta. Después, ya nombrado Comisionado por la Paz en Chiapas, él opina que la situación se agravó “cuando, frente a los radicales, aposté a favor de una solución pacífica en el conflicto de Chiapas, y eso me volvió más sospechoso, porque estaba dispuesto a conceder reformas que ponían en riesgo al régimen antiguo. Ahí fue la ruptura completa”.
Paradójicamente, el sistema político que lo encumbró, ahora lo rechaza. “me considera peligroso, porque ya me conocen, porque conservo mucha información y tengo la posibilidad de tender puentes entre las principales fuerzas de oposición, y eso representa un riesgo mayor para un régimen que vive sobre la base de la mentira y de lograr la fragmentación de las oposiciones administrando sus propias ambiciones”, asegura y agrega:
“Soy una especie de piedra en el zapato del presidente Zedillo y de Labastida. Hasta reformaron la Constitución con la intención de que no pudiera ser candidato. He padecido que utilicen el aparato del Estadio para que cada vez que comienzo a levantar la cabeza se me vienen encima. Afortunadamente esto me convirtió en un opositor verdadero en un México donde hay todo tipo de seudo y semi oposiciones”.
AMBICIONA JUGAR UN PAPEL PROTAGÓNICO
Rechaza el calificativo de egocéntrico y a quienes lo acusan por estar obsesionado por el poder y la silla presidencial. “Eso es falso –refuta–. Si así hubiera sido, en marzo de 1994, con el 50 por ciento de los líderes de opinión nacionales e internacionales que me decían ‘lánzate a una candidatura, aun sin partido’, no lo hice. Demostré que estaba dispuesto a poner otras cosas por encima de una ambición personal”.
Sin embargo, Camacho rehúye citar el clima de linchamiento que también prevaleció en su contra después del asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Se ríe de sus detractores: “Si yo quisiera posiciones, no estaría creando un nuevo partido, haciendo política sin dinero, manejando mi camioneta. Sí, soy un hombre ambicioso, pero no de puestos ni de status, sino de jugar un papel importante en el destino de mi país, y para eso no necesito ningún cargo”.
Hoy está vestido para la brecha: pantalón de mezclilla y camisa de manga corta a cuadros. Maneja el ‘Camachomóvil’, como llaman sus colaboradores a su camioneta Ford Pickup de campaña. No deja de atender al tráfico de la salida a Puebla y a las interrogantes de ONG’s y participación ciudadana. Atrás viajan sus coordinadores de prensa, David Gaxiola y Perico Pérez. Flanquean al fotógrafo Mario Sánchez.
–Hace poco lo cuestionó en público el hijo de Raúl Salinas, quien le externó su escepticismo de que usted hubiera acusado a su padre ante el presidente porque eso afectaría sus ambiciones y, por cierto, usted no ha mostrado las pruebas de sus dichos.
–Vivimos en un país en donde la mayoría calla y a quien dice algo se le critica y cuestiona. Al que se atrevió a enfrentarlos es al que sacrifican ¿quiénes lo hacen? Los más corruptos, los cómplices de Raúl. Sí, se presentó el hijo de Raúl y como yo no soy un hombre dispuesto a golpear a las familias, ahora resulta que el malo fue quien se opuso a la corrupción. ¿Quieren más pruebas? Por mi posición yo no fui confiable para ocupar la Presidencia de la República.
SALINAS, VÍCTIMA DE SUS PASIONES
A finales de los 60 iniciaría, en la Facultad de Economía de la UNAM, una estrecha amistad con Carlos Salinas de Gortari. En esa época, mientras la mayoría de los estudiantes simpatizaban con el movimiento estudiantil, ellos se convirtieron en militantes del PRI y formaron un grupo de jóvenes que a la postre dirigirían al país. Hasta 1994 sería la ruptura. Antes fueron inseparables y más entre 1980 y 1993, periodo en el que Camacho figuró como su subsecretario alterno en varios cargos públicos de alta jerarquía.
Durante la entrevista jamás menciona a su antiguo jefe por su nombre de pila. Siempre “El presidente Salinas…, el presidente…”.
–Hace diez años, en petit comité, Camacho hablaba con entusiasmo del pacto que con Carlos Salinas para llegar a la presidencia de la República. Externaba su lealtad y absoluta fidelidad hacia él ¿Cómo cambió su pensamiento durante esa década?
–Yo era parte del sistema, quería reformarlo. Lo había pensado y escrito muchos años antes. Cuando el presidente Salinas llega al poder, tenía realmente la ilusión de que podríamos realizar los cambios que el país necesitaba, porque habíamos compartido eses propósitos tiempo atrás. El presidente no tuvo suficiente carácter para poder colocarse por encima de los intereses que lo rodeaban, ni de los aduladores. Además, sus pasiones terminaron siendo usadas por la corte para cerrar las posibilidades de reforma, para colocarlo exclusivamente del lado de la defensa del ‘aparato’. Eso echó a perder el proyecto. Y luego el presidente perdió piso y cometió grandes errores de carácter político y personal. Todo eso terminó por distanciarnos de manera definitiva.
Evade la respuesta sobre el pacto con Salinas para sucederlo en la Presidencia.
–Eso ya es capítulo cerrado. Esa situación está plasmado en el libro, La Herencia, de Jorge Castañeda, él investigó que sí hubo un engaño por parte del ex mandatario.
–Es que no hay hombre que resista una concentración de poder como la que hay en la Presidencia mexicana. Y la segunda, de carácter personal pues en la vida vale la pena circunscribir la conducta a principios éticos y tener límites morales. Porque eso, no sé si te salva o no, pero cuando menos te permite sobrevivir. Para mí ha sido una gran oportunidad conocer las entrañas del poder, no sólo del sistema, y realizar esta caminata en el desierto, a mí me ha fortalecido la voluntad.
Manuel Camacho asegura que rompió con el presidente Salinas al concluir su sexenio por lo que a pregunta expresa sobre el epitafio que le escribiría al ‘amigo enterrado’. Luego de cavilarlo unos segundos, magnánimo con quien traicionó un pacto y canceló su anhelo de ser Presidente de la República, responde:
–Tu debilidad le costó demasiado a México.
LA OPOSICIÓN, SIN CLARIDAD ESTRATÉGICA
–Por los resultados de las dos últimas encuestas, dos de los escenarios previsibles serían: por un ligero margen estamos ante la alternativa de que el sistema priísta se mantenga, pero por lo parejo de las cifras podría ser Fox el próximo presidente. ¿El PCD qué papel jugaría?
–Queremos ser el fiel de la balanza. Si bien es cierto que Fox representa muchos riesgos, también Labastida representa los mismos y otros, Somos la opción política para los ciudadanos. Creo que nos hemos ganado el derecho a ser respetados. Somos la opción política para los ciudadanos que creen en el cambio. Nos hemos ganado el derecho a ser respetados por la independencia que hemos demostrado, un voto al PCD es un voto seguro porque vamos a defender las causas populares. Somos esa fuerza que no la van a comprar ni coptar. Defenderemos los equilibrios en el Congreso y en el gobierno. Así, gane quien gane la Presidencia no podrán hacer de las suyas.
Lamenta que su gran proyecto de hacer una alianza opositora fracasara por falta de visión, pues así hubiéramos tenido oportunidad de cambiar el régimen, ganar la Presidencia, la mayoría en el Congreso. Desafortunadamente no hemos encontrado en las fuerzas de oposición claridad estratégica para tomar las decisiones apropiadas, todavía se toman en función de decisiones personales, de grupo o de partido, y eso ciertamente se está quedando muy corto frente a la necesidad de un gobierno de transición en al país.
De respuestas rápidas y profusas, interpreta el actual clima político como efecto de la decisión del régimen representado por el presidente Zedillo, el candidato del PRI, Labastida, y el grupo político que los rodea, quienes ”apostaron por la permanencia en el poder por encima de cualquier otra consideración”: Y esa decisión, está seguro, “exacerba ánimos, provoca enojos y turbulencias, y el gobierno federal usa el aparato de propaganda para calumniar al del Distrito Federal y acusarlo de generar las animadversiones”.
Vislumbra unas elecciones muy reñidas y parejas, “lo que va a dejar a un poder político debilitado y sin un adecuado sustento institucional, pero fue la lógica de la conservación del poder de parte del régimen la que evitó hacer en su momento las reformas constitucionales que despejarían las dudas ante cualquier resultado, ahora estamos ante riesgos de parálisis e ingobernabilidad, que podrían evitarse si la oposición logra un equilibrio con las fuerzas del régimen y, en una verdadera transición, somete al Presidente a un control constitucional”.
Sobre hasta dónde llegará en la demanda en contra Labastida por haberlo acusado de ‘responsable moral’ del clima que provocó el asesinato de Luis Donaldo Colosio, precisa que si el priísta le hubiera dado una disculpa, él hubiera retirado la demanda, “pero ya se desató una campaña, simuló una entrevista y dice que mantiene su posición. Así, yo olvido mi ofrecimiento y voy a seguir el curso legal, hasta el desenlace”, concluye.
*Periodista