Teléfono rojo/José Ureña
La virgen de Guadalupe que nunca llegó
A Carmen Omaira Ávila Peña, venezolana de 69 años, le gusta la música mexicana, en especial las interpretaciones de Vicente y Alejandro Fernández y las canciones de Juan Gabriel. Le agradan las películas de Pedro Infante. Esperaba que su hija le llevara una imagen de la virgen de Guadalupe este fin de año. No será posible, su hija ya no regresó de México: está acusada de narcotráfico.
El caso fue conocido por el cónsul de Venezuela en México, Omar Corredor, por la información difundida por Quadratín México la semana pasada. El funcionario iniciará este viernes ante la cancillería venezolana todo el proceso concerniente a pedir información sobre el caso de Alexandra María Colmenares Ávila y Claudio Enrique Contreras Ochotegui, quienes llegaron a México de vacaciones y acabaron en penales de alta seguridad.
El caso muestra múltiples irregularidades, como informó Quadratín México la semana pasada. Ellos arribaron el pasado 20 de noviembre al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por la aerolínea Avianca, vía Bogotá, Colombia, pero procedentes de Caracas, Venezuela y vacacionarían en Los Cabos, Baja California Sur.
La defensa de los inculpados alegó que en la maleta en donde aduanales detectaron droga, no era de Alexandra María. Por otra parte, en un video se observa a un hombre vestido de negro (supuestamente del Servicio de Administración Tributaria), cargando el maletín en cuestión, cuando los agentes aduanales informan en un parte oficial que los acusados fueron quienes lo llevaban. Tampoco se señaló públicamente el volumen de la droga “decomisada”. Estas son sólo algunas de las anomalías que hacen surgir sospechas.
El caso se sigue en la averiguación previa A.P. PGR/SEIDO/UEIDCS/601/2015, en base a la cual, el domingo pasado se le decretó auto de formal prisión a la pareja, acusada de posesión de cocaína y heroína. De lo cual nunca informó públicamente la PGR. Por la serie de anomalías detectadas, el caso se puede convertir en una historia de “siembra” de droga, que podría deteriorar la ya de por si mala imagen que empezó a ganar Arely Gómez, titular de la Procuraduría General de la República.
Lo peor que le puede pasar a la imagen del gobierno mexicano con otros países es que aprehenda a personas inocentes de otras naciones, como al parecer ocurrió con esta pareja, quienes venían a vacacionar a Los Cabos, Baja California Sur.
Denuncia en redes sociales
Ante las irregularidades encontradas en la aprehensión de la pareja, sus familiares formaron un grupo de denuncia en Caracas, en donde trabajan y en el estado vecino de Miranda, en donde viven. También crearon en Facebook el sitio Libertad Alexandra y Claudio y en Twitter @libertadAyC, en donde denuncian lo sucedido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Saben que en la terminal aérea capitalina han ocurrido otros casos de detección de droga en maletas no sólo de extranjeros, sino de mexicanos que habían visitado Sudamérica y a los que les fueron encontrados cargamentos de droga en sus equipajes, en situaciones totalmente sospechosas.
Una vida de trabajo
Alexandra y Claudio son esposos, profesores con maestría, dan cátedra en la universidad pública Simón Rodríguez, de Venezuela. Alexandra, licenciada en Administración y Recursos Humanos, tiene además 24 años de servicio en la Biblioteca Nacional. Es funcionaria de carrera en su país. Este es un punto que es altamente valorado por las autoridades venezolanas para dar seguimiento puntual a la defensa de la pareja.
Carmen, hermana de Alexandra, refiere que los detenidos son gente de trabajo. Apenas hace algunos días, Claudio, quien es sociólogo y tiene 22 años de trabajar en la Universidad Simón Rodríguez, antes de viajar a México estuvo presente en la ceremonia de graduación de sus alumnos.
Los profesionistas, de 47 y 49 años de edad, respectivamente, tienen un hijo, Lewis José Contreras Colmenares, un empleado de banco y deportista de 25 años de edad, que a su vez tiene un pequeño de cinco años, que estudia preescolar. El niño visita la casa de los abuelos los fines de semana, en donde tiene una recámara.
El sueldo de Lewis José es bajo y no da para toda la manutención del pequeño, por lo que los abuelos lo apoyan económicamente. Este mes ese apoyo no llegará. El pequeño pregunta por sus abuelos y la familia les ha tenido que decir que “están de viaje”. El niño es listo y dice que hay teléfonos para poderles hablar.
Este fin de semana cumple el plazo para consignar las pruebas del caso, después vendrán las audiencias. La familia apenas pudo pagar a un abogado particular en la primera fase del caso, pero sus honorarios eran tan altos que ya no pudieron enfrentar el gasto.
Las autoridades mexicanas hasta el momento sólo han proporcionado abogado defensor de oficio para Claudio, quien se encuentra en el penal de alta seguridad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Alexandra aún no tiene representante legal. Ella está recluida en el penal de Tepic, Nayarit.
Claudio es diabético y sufre hipertensión. Su familia en Venezuela espera que cuando menos las autoridades le suministren los medicamentos que necesitan, pero no saben si esto esté ocurriendo.
Alexandra era la primera vez que salía de su país y tenía mucho interés en conocer México y, sobre todo Los Cabos, a donde fue invitada con su esposo por familiares con el viaje todo pagado.
Por varios días, los cinco hermanos de Alexandra no le habían comentado a sus padres que su hermana estaba detenida en México, acusada de narcotráfico, hasta que no les quedó otra que informar a su madre, Carmen Omaira, lo que pasaba. Prefirieron no informar nada a su padre, Emeterio Antonio Colmenares Pérez, un maestro de obras jubilado de 70 años, su salud no es buena y temen que la noticia le afecte más allá de su resistencia.
El 8 de marzo de este año, Carmen Omaira celebró su cumpleaños número 69 en Caracas, con mariachis y escuchando música mexicana. En la capital venezolana se pueden conseguir mariachis.
La madre de Alexandra María, dice que “esta familia este año no tendrá festejo navideño”. El 12 de diciembre, día de la Guadalupana, pedirá a la virgen que su hija pueda regresar a su casa. Sabe que no estará para Navidad ni para Año Nuevo. No sabe cuándo estará de retorno. “Ojalá sea lo más rápido posible”, piensa la señora, “ojalá”.