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Teléfono rojo
Los famosos y el narco
Era cerca de la medianoche del domingo 29 de noviembre de 1987, cuando Víctor Yturbe fue a abrir la puerta de su casa después de escuchar el insistente sonido del timbre. Su hija no había retornado y eso provocó que se apresurara; sin embargo, la muerte era la que acechaba afuera de su hogar. En cuanto cruzó el umbral, tres desconocidos dispararon armas de fuego en su contra y le provocaron una muerte instantánea.
El famoso cantante había sido ejecutado. Las investigaciones revelaron que El Pirulí había sido asesinado por órdenes de un cartel del narco. En el mundo artístico todos sus amigos permanecieron callados, ninguno quiso hacer comentarios. A mediados de los años ochenta, las ejecuciones del narco no eran comunes y el asesinato de Yturbe fue un evento fuera de lo común, lamentable.
La noche que lo asesinaron, Víctor Yturbe veía televisión y descansaba, en espera de que su hija Lucy regresara a casa, pues ya era tarde. La esposa y un hijo del artista se encontraban en diversas habitaciones cuando escucharon las detonaciones y corrieron a la entrada de la casa, del fraccionamiento de Arboledas, Estado de México, en donde encontraron el cuerpo sangrante del cantante. Ya era demasiado tarde.
Las investigaciones de las autoridades policiacas revelaron que, a pesar de su éxito como cantante, la vida de lujo y derroche de El Pirulí no correspondía a sus ingresos. Surgieron dos versiones: había sido asesinado por un capo, debido a que Yturbe enamoraba a la mujer del narcotraficante, además de que Víctor tenía una fuerte deuda con un cartel a quien no había pagado.
La relación entre cantantes, actores, deportistas y otros famosos, con el narco, existe desde hace décadas en México. Muchos de ellos no tan sólo se han relacionado públicamente con capos, sino que han mantenido lazos de amistad profundos e incluso han realizado “negocios” con el hampa. La lista de ejemplos es enorme.
Paco Stanley y El señor de los cielos
El entendimiento entre la actriz Kate del Castillo y la cabeza del cartel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, vuelve a escandalizar al país. Sin embargo, no varía nada en esta relación de algunos famosos con narcotraficantes. Entre ellos se atraen, se buscan, aunque la relación en ocasiones acabe rodeada por la tragedia. Ese fue el caso de Francisco Stanley.
Los sicarios del cartel de los hermanos Arellano Félix fueron quienes asesinaron el 7 de junio de 1999 al comediante Paco Stanley, en la taquería El Charco de las Ranas, de periférico sur. El popular conductor televisivo tenía una alianza importante y era amigo personal de Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos, capo del cartel de Ciudad Juárez.
De acuerdo a información de la Procuraduría General de la República, Stanley se había convertido en un importante dealer de Carrillo Fuentes y suministraba droga entre algunas personalidades del medio artístico, situación que desagradó por completo a los hermanos Arellano Félix. A fines de los años noventa, la plaza del Distrito Federal era disputada férreamente por los carteles de Tijuana y Ciudad Juárez.
La muerte de Stanley es un ejemplo claro de la manera en que se entrelazan los intereses de los famosos con los de las mafias que controlan diversas zonas del país.
La amenaza de la Barbie
El fallecimiento trágico de la cantante Jenni Rivera también fue ligada a una venganza del narco. Un informante de la policía, llamado Jennifer relató que en una fiesta privada del capo Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, a la cual fue contratada Rivera, se presentó un intercambio de insultos con la cantante, a partir de lo cual hubo una sentencia de muerte si la artista se atrevía a presentarse en Monterrey, Nuevo León, feudo del capo. Rivera no obedeció la orden del narco.
La reina de la banda falleció en un avionazo. Christian Eduardo Esquino, propietario de la aeronave, en la que murió Rivera, fue investigado por sus ligas con el Cártel de Sinaloa. En uno de sus aparatos automotores se encontró un cargamento de droga. Se sospechó de un atentado, pero nunca fue probado.
La sospecha del Cuau
El futbolista y ahora alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, también ha sido relacionado con narcotraficantes. En noviembre de 2013, en el sitio de Facebook de Serafín Zambada, hijo de Ismael El Mayo Zambada, quien se asume ahora como el sucesor de Joaquín Guzmán Loera, como dirigente del cartel de Sinaloa, aparece el junior de El Chapo, nada menos que con el famoso deportista y ahora político.
Se les aprecia cordiales, durante una reunión con familiares de Serafín en un antro frecuentado por jóvenes, como si se conocieran de muchos años. Posteriormente a la publicación de las fotos en algunos medios de comunicación, Serafín le pidió una disculpa al Cuau en su cuenta de Twitter por la filtración de dichas gráficas. El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, ha insistido públicamente en la relación de Blanco con los capos del cartel.
En el mismo mes de 2103, Serafín, de nacionalidad estadounidense, fue capturado en Estados Unidos, después de cruzar la frontera por Nogales, Sonora. Aceptó los cargos por narcotráfico en su contra. La corte estadounidense le fijó un pago de 250 mil dólares, después de lo cual, Serafín aceptó participar en el Programa de Testigos Protegidos del gobierno estadounidense, lo cual le permitió ser trasladado a un penal desconocido.
Graco Ramírez ha señalado que Blanco apoya al cartel de Guerreros Unidos que, de acuerdo al mandatario estatal, es encabezado en Cuernavaca, Morelos, por Federico Figueroa, hermano menor del fallecido canta autor, Joan Sebastian, quien ha negado cualquier vínculo con la delincuencia.
El círculo de Julio César y sus hijos
“No puedo negarle el saludo a nadie. De por si tengo cara fea y si les niego el saludo a muchos hasta me pueden mandar matar”, respondía el campeón de box, Julio César Chávez, cuando periodistas le preguntaban si tenía nexos con narcotraficantes. En la prensa habían calado mucho las fotos en donde aparecía acompañado de Juan José Esparragoza, El Azul, otro de los capos del cartel de Sinaloa.
También nacido en Sinaloa, Chávez siempre ha conocido a muchos jefes narcos de esa entidad. Los ve en reuniones, fiestas, bautizos, siempre ha negado una relación directa, pero insiste: “no puedo negarle el saludo a nadie”.
Chávez mismo ha reconocido su adicción a las drogas y al alcohol. “Siempre me he rodeado de gente que no es muy buena”, aceptó en alguna ocasión.
Julio César Chávez Jr. quien en alguna ocasión antes de pelear aceptó fumar mariguana, también ha tenido relaciones con el narcotráfico. Entre otras ligas, sostuvo una relación amorosa con Frida Muñoz, quien al mismo tiempo fue con anterioridad novia de Edgar Guzmán, hijo de El Chapo.
Jared y los payasos asesinos
“Este es el orgullo de Culiacán”, presumía el empresario Mauro Vázquez a la concurrencia de una fiesta, mientras era acompañado por el jugador estrella de la Selección Mexicana de futbol Jared Borgetti, durante una fiesta en honor del hombre de negocios, que se realizaba el 18 de octubre de 2012 en un famoso salón de eventos de Mazatlán, Sinaloa.
En un momento determinado ingresaron varios sujetos vestidos de payasos. No es raro que a una fiesta vayan payasos, pero con la diferencia que estos fueron directamente a disparar en contra nada menos de que el festejado.
Todo fue un caos, que fue aprovechado por Jared y por Omar Chávez, hijo menor de Julio César, quien también se encontraba en el lugar.
Los payasos, que en realidad eran sicarios no habían asesinado a un hombre de negocios, sino Rafael Arellano Félix, capo del cartel de Tijuana, que se ocultaba bajo otra personalidad.
La lista de famosos ligados a capos del narco es interminable. Es una relación del poder de la fama con el poder del terror, en la cual en medio muchas veces está el dinero y la droga. Muchos de ellos se han atraído durante décadas y, seguramente, lo seguirán haciendo.