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MÉXICO, DF., 29 de julio de 2014.- Por su trayectoria en lingüística antropológica y sus aportes al conocimiento y conservación de las lenguas indígenas, Yolanda Lastra, emérita del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, fue electa por unanimidad miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), informó la máxima casa de estudios en un comunicado.
La universitaria es la séptima persona en ocupar la silla XI, que dejó vacante el inolvidable y erudito filólogo Ernesto de la Peña, fallecido en septiembre de 2012.
La propuesta para ingresar fue formulada por los lingüistas Concepción Company, Leopoldo Valiñas y Ascensión Hernández Triviño.
“Después de hacer los trámites correspondientes, me invitaron formalmente”, atinó a decir.
La antropóloga habló de “la terminología de las fiestas religiosas en el área de San Miguel de Allende”, charla en la que abordó los significados de diversas palabras asociadas con prácticas rituales en comunidades de la región.
Son vocablos con cierto significado; por ejemplo, permiso no expresa la aprobación de la comunidad, sino que las ánimas benditas les permitan celebrar la fiesta; por ello, van a un lugar que consideran sagrado y dejan veladoras u ofrendas de frutas y flores, refirió.
Si bien muchas de estas palabras están en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), éste no incluye los sentidos referidos. En el de mexicanismos hay más, pero no todas. Dar significado a estas voces puede ser útil para enriquecer el conocimiento de nuestra cultura, subrayó.
Entre las responsabilidades que adquiere está formar parte de una comisión, en este caso la de Lexicografía.
Lastra es maestra en Ciencias Lingüísticas por la Universidad de Georgetown y doctora en Lingüística General por la de Cornell.
Es profesora de sociolingüística y lingüística náhuatl en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM y coordinadora del Archivo de Lenguas Indígenas de México en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México.
Entre sus publicaciones se encuentran El otomí de Toluca (1992); El otomí de Ixtenco (1997); Unidad y diversidad de la lengua. Relatos otomíes (2001); Los otomíes, su lengua y su historia (2006); y Lingüística para hispanoamericanos. Una introducción, que obtuvo en 1993 el Premio Wigberto Jiménez Moreno.
Entre los reconocimientos recibidos se encuentran los premios Universidad Nacional 1999 (en el área de Investigación en Ciencias Sociales) y el Juana Ramírez de Asbaje, en 2003.