Presenta Magdalena Contreras protocolo contra violencia de género
TOLUCA, Edomex., 15 de diciembre de 2014.- El gobernador Eruviel Ávila Villegas instaló de manera formal este lunes la mesa de reactivación económica entre la Secretaría de Gobernación federal, el Instituto Mexiquense de la Juventud y el Gobierno Estatal, así como entre los integrantes de las diferentes cúpulas empresariales del Estado de México.
Este acuerdo político, además de reconocer de manera tácita la necesidad de reactivar económicamente a la entidad, buscará que a través de las instituciones educativas se puedan generar oportunidades para los jóvenes que han sufrido de violencia en tres de los municipios mexiquenses más importantes que aglutinan a las 127 colonias más peligrosas.
El delegado de la Secretaría de Economía, José Luis Velasco, indicó que se tienen varias líneas de apoyo como se han brindado en más de 25 proyectos apoyados con un presupuesto de más de 40 millones de pesos.
Este tipo de mecanismos se han establecido en los municipios y estados donde se ha detectado los mayores índices de violencia, como en el caso de Michoacán, Morelos y la franja norte del país.
Para este año el programa cuenta con recursos provenientes de nueve oficinas del Gobierno Federal con una inversión de más de 2 mil 683 millones de pesos, lo que será enfocado a tres municipios de la entidad, como Toluca, Nezahuacóyotl y Ecatepec.
En este programa se estará atendiendo a un total de 127 colonias que han sido identificadas como polígonos de alto riesgo en el estado, en donde habitan poco más de 250 mil personas. En este contexto, el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación federal, Roberto Campa, destacó que en el centro de la violencia se encuentran, de acuerdo con el último estudio federal en esta materia, más de 5 mil jóvenes detenidos en cárceles mexicanas, de los cuales 22 por ciento fueron por homicidio; 15 por ciento más por secuestro, teniendo también como estatus generalizado que menos de la mitad sólo tenían la educación secundaria. Además, uno de cada 10 tenía familiares en la cárcel; 5 de cada 10 tenían problemas con alcohol, y 3 de cada 10 eran adictos a algún tipo de sustancias químicas.