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MÉXICO, DF., 24 de enero de 2016.- Jesús Cornejo entiende la fotografía como una herramienta para conocer el mundo, contactar a personas maravillosas o escuchar historias increíbles, estar detrás de la lente lo ha llevado a trabajar con músicos de diferentes países y retratar lugares insólitos de México y otros países.
Radicado desde hace casi tres años en la Ciudad de México, el fotógrafo y músico, oriundo de San Lucas, Michoacán, ha retratado y capturado en imágenes las actuaciones de artistas como David Russell, la Geneva Camerata, Marlango,Tambuco las orquestas sinfónicas de Minería o de Michoacán, Iraida Noriega, Miguel Bosé, Eugenia León, Guadalupe Pineda, Tania Libertad, Loli Molina, Jorge Drexler, Adanowsky, entre otros.
Tanto portadas de revista como discos de Gepe, Troker, Porter, Jumbo, Love Electric, Las Tres Grandes -Eugenia León, Guadalupe Pineda, Tania Libertad- llevan las fotografías de Jesús Cornejo y desde hace varios años es el fotógrafo oficial de Festival Internacional de Música de Morelia.
Egresado del Conservatorio de Música de Morelia y ejecutante de guitarra clásica y popular, también cursó la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Vasco de Quiroga y estudios de fotografía en la Academia de Artes Visuales.
“Empecé a estudiar fotografía al mismo tiempo que cursaba el bachillerato en el Conservatorio de las Rosas de Morelia, las artes visuales empezaron como una actividad complementaria pero al paso del tiempo se convirtieron en una prioridad”, señaló el fotógrafo en su estudio desde la colonia Cuauhtémoc en entrevista con Quadratín México.
Tras sus salida del Conservatorio de música de Morelia, la cámara fotográfica llevó de nueva cuenta a Jesús a la música para retratar artistas de todo tipo de género, desde mariachis, músicos de estudio, concertistas hasta cantantes populares, aunque confiesa que tiene una marcada preferencia por el jazz, lo cual lo ha llevado a conformar con otros artistas el proyecto Malaria que se encarga de documentar la escena jazzística contemporánea en todo el continente.
El ganador del premio Óscar 2004 a la mejor canción original, Jorge Drexler, eligió desde hace varios años a Jesús como su fotógrafo de giras por México, entre el uruguayo y el michoacano ha crecido una amistad que se consolida en cada una de las presentaciones.
Como documentalista, el fotógrafo de San Lucas ha viajado por Latinoamérica trabajando para el Comité Internacional de la Cruz Roja para retratar la vida en cárceles, entre ellas el penal La Esperanza en Honduras.
Su más reciente trabajo es para la Revista México Desconocido, se trata de una guía ilustrada para promover los atractivos turísticos de Guanajuato que se pueden visitar en 52 fines de semana.
Los 30 segundos con Miguel Bosé
Como fotógrafo, Jesús se autodefine como un retratista, cuenta que durante la presentación del grupo español Marlango -conformado por Leonor Watling y Alejandro Pelayo- él era el encargado de realizar las fotografías con las cuales la agrupación consagraría su primera presentación en México, al concierto en El Lunario llegó como invitado especial Miguel Bosé.
El intérprete de Nena arribó en silencio para evitar distraer la sesión de fotos que tras bambalinas se realizaba, paciente esperó el último disparo de la cámara para poder saludar a sus compatriotas, mientras los músicos se saludaban, Jesús venció el temor y se acercó a Bosé para solicitarle unos instantes frente a la cámara.
-¿Maestro me permite hacerle un retrato?
-Por supuesto
Sin mediar más palabras, ambos dieron unos pasos al lugar que el fotógrafo y el cantante coincidieron era perfecto.
Al colocarse Bosé en un fondo oscuro, el retratista trató de darle unas indicaciones sobre en qué consistiría la imagen que pretendía capturar, el español tomó del brazo de Jesús y amainó sus intentos de dirigir.
Acto seguido se escuchó el clic del obturador de la cámara que retrataba en blanco y negro a un Bosé barbado y de mirada penetrante.
Tras cinco disparos y 30 segundos, Bosé se apartó de foco de la cámara, se acercó a Jesús y pidió observar las fotografías, al instante exclamó “hostia, que pedazo de foto”, mientras su manager pedía una copia de las imágenes, de inmediato el cantante sonrió y palmeó el hombro del fotógrafo y se apartó para charlar con los integrantes de Marlango.
Ese día es recordado por el fotógrafo como la sesión en la que perdió el poder, pero comprendió la magia del profundo ritual de retratar y ser retratado.
Para conocer más sobre el trabajo de Jesús Cornejo aquí te dejamos sus redes sociales:
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