Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Ayotzinapa: recomenzar la investigación
Al director de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de Justicia de la República (PGR), Tomás Zerón de Lucio, le cayó como balde de agua fría el informe presentado por los integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En su informe afirman con pruebas documentales que la incineración de los normalistas de Ayotzinapa en un tiradero de Cocula, Guerrero, fue absoluta y totalmente imposible…
Esto echaría por tierra la ‘verdad histórica’ que dictaminó el entonces Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam así como mucho de la estructura de la investigación que la PGR que había trazado para asegurar que los más de cuarenta normalistas estaban muertos…
Es natural que los padres de los jóvenes estudiantes tengan la esperanza puesta en que sus hijos están vivos y que tienen que aparecer. Y todos quisiéramos que así fuera. Pero antes habrá que reiniciarse la investigación para determinar qué pasó, si los muchachos están muertos o en dónde están. El carácter social y humano de la situación le ha dado una extensión mundial a Ayotzinapa.
Así que con el resultado de las investigaciones científicas de GIEI se devuelve la esperanza a los padres, y a muchos, de encontrar vivos a los muchachos. Ojalá.
Aun así, los investigadores de GIEI-CIDH dicen que pueden garantizar que la quema de los cuerpos de los jóvenes era verdaderamente imposible dada lo numeroso de ellos, el breve tiempo en el que se supone que se hizo la incineración así como la cantidad de combustible que se hubiera requerido además de que hubieran permanecido huellas irrefutables en el lugar.
Carlos Martín Beristáin, integrante del GIEI lo dijo así: “El evento narrado de la incineración de los estudiantes en el basurero de Cocula durante 16 horas y ser consumidas a un nivel de restos humanos sin partes biológicos, que es parecido a los restos que se tendrían en un horno crematorio; ese tipo de evento no se dio en el basurero de Cocula…
“Hasta ahí es lo que hemos concluido. Tenemos certeza científica sobre esa cuestión. Respecto a qué pasó con los normalistas desaparecidos, cuál fue su destino o ha sido su destino, ahí no nos hemos pronunciado porque no tenemos claridad…
“Hay que trabajar con las pruebas científicas al máximo y hablar sólo cuando uno tiene los datos en la mano, para dar certeza en un caso que genera tantas dudas…”
Así que la reacción de la autoridad vino pronto. De inmediato el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que giró instrucciones para que se atendieran las observaciones que hizo la CIDH-OEA.
Pero fuera de lo que instruyó el Ejecutivo, de inmediato el señor Zerón salió a hacer la defensa de su investigación: “… la hipótesis de la incineración de los estudiantes normalistas en el basurero de Cocula obra en declaraciones y está basada en testimonios y en recreaciones […] Estamos seguros de que en Cocula fueron quemados un número importante de estudiantes”…
Aquí estamos en un dilema: si es hipótesis y ya se comprobó, según los propios peritajes de la PGR entonces deja de ser hipótesis porque está confirmada –según esto-. Así que pasa a ser verdad: una ‘verdad histórica’ que se dijo entonces…
Y más: por aquellos días se afirmó que los estudiantes –todos– habían sido incinerados en Cocula: esta vez el señor Zerón dice que ‘un número importante de estudiantes’ fueron quemados: corrección importante.
Así que tanto el presidente Peña Nieto, como el ex Procurador Murillo Karam y el mismo señor Zerón de Lucio están en un brete que puede ser solucionado con la verdad, la que en efecto será histórica si nos dicen la verdad de lo ocurrido el 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Hay muchos presuntos involucrados, por ejemplo, el ex presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, está detenido, así como su esposa María de los Ángeles Pineda, sujetos a investigación. Y muchos más. Todo esto siguiendo la hipótesis de que el alcalde presuntamente mandó a detener y desaparecer a los muchachos…
Las indagatorias de los integrantes de la GIEI atribuyen el conflicto al trasiego de drogas que tendrían que ser llevadas a Chicago, EUA, y que en realidad lo que los delintes querían era recuperar el autobús en donde estaba el cargamento. Naturalmente, esto tendría que hacer que otras líneas de investigación se abrieran desde la PGR en México y conocer a los involucrados.
Acaso la señora Arely Gómez, la Procuradora General de la República tenga mandar a hacer una auditoría total a la investigación hecha por la administración anterior.
Estamos en un punto crucial del caso Ayotzinapa. Un caso que políticamente le ha costado muy caro tanto al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, como al Partido de la Revolución Democrática (PRD) que impulsó en Iguala al señor Abarca como presidente municipal.
Es muy grave que la autoridad mexicana se niegue a reconocer que pudo haberse equivocado: esto llevará a una confrontación social mayor. Si se equivocaron por omisión, por negligencia, por falta de capacidad en la investigación o por razones de índole política es tiempo de corregir y asumir responsabilidades…
Así como también es la ocasión para que den un paso adelante para comenzar devolver la confianza pública en las instituciones mexicanas, las que como ya se sabe, andan de capa caída en el ánimo nacional. ¿Será esta vez? Es su oportunidad. Ojalá no la desaprovechen.