Kuwait identifica al autor del atentado como un ciudadano saudita

MÉXICO, DF, 28 de junio de 2015.- El autor del atentado suicida contra una mezquita chiíta en Kuwait, que dejó 27 muertos y unos 227 heridos, fue identificado como un ciudadano saudita, informó este domingo el Ministerio kuwaití del Interior.

El gobierno kuwaití identificó al atacante como Fahd Suleiman Abdul-Muhsen al-Qabaa, quien llegó a ciudad de Kuwait la mañana del viernes, poco antes del atentado, a través del aeropuerto internacional del emirato, refiere la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.

La policía de Kuwait detuvo al dueño de la casa donde el suicida se alojaba, así como del conductor del vehículo que condujo al kamikaze a la mezquita del Imán Sadiq, en el distrito de Sawaber, en el oriente de la ciudad, según la agencia kuwaití de noticias KUNA.

El conductor, de 26 años, es extranjero y vive de forma ilegal en el país, mientras el dueño de la casa donde se escondía el atacante es de nacionalidad kuwaití y apoya la ideología yihadista, de acuerdo con las primeras investigaciones.

Las autoridades kuwaitíes anunciaron la víspera la detención del dueño del vehículo que llevó al suicida a dicha mezquita, que huyó de la zona tras dejarle en las proximidades.

Al menos 18 personas han sido detenidas por su supuesta vinculación con el ataque suicida, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), según el diario Al Nahar.

En total 27 personas murieron y otras 227 resultaron heridas cuando un hombre detonó la carga de explosivos que llevaba adosada al cuerpo en la sala de oración donde se congregaba un gran número de fieles, con motivo del rezo del mediodía del viernes.

El atentado ha conmocionado al pequeño emirato, en el que más del 90 por ciento de los casi cuatro millones de habitantes profesan el islam, de los cuales el 30 por ciento sigue la rama chiíta del islam, mientras que el resto se declara sunita.

El ataque contra la mezquita en Kuwait coincidió con el atentado contra un complejo turístico en Sousse (Túnez), donde hombres armados entraron en dos hoteles y abrieron fuego indiscriminado contra los turistas, causando 36 muertos.

Un tercer ataque sucedió en una planta química en Saint-Quentin Fallavier, cerca de Lyon (Francia), donde un hombre fue decapitado y su cabeza colgada a la entrada de la fábrica.