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MÉXICO, DF., 23 de agosto de 2015.- A 23 días del multihomicidio en la colonia Narvarte la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) no ha realizado avances concretos y la Procuraduría General de la República (PGR) debería atraer el caso para realizar una investigación más seria, más formal, y abrir más líneas de exploración, afirmó el abogado criminalista Max Morales, especialista en temas de seguridad.
Para el abogado, debido a la saña con la que se cometieron los cinco asesinatos, la forma en cómo fueron sacrificados (con un tiro de gracia cada uno) más que un simple robo –como lo dio a conocer la Procu capitalina en primera instancia– tiene todas las trazas de haber sido ejecutado por el crimen organizado.
Y se cuestiona: cómo es posible que la propia Procuraduría no haya ofrecido una recompensa a la ciudadanía para que ésta aporte posibles datos que puedan ayudar en la investigación… Y el colmo, ¿cómo es posible que no se hayan realizado retratos hablados de los dos señalados como responsables de tan horrendo crimen?
Señaló Max Morales que es irreal la versión que da el único detenido, Daniel Pacheco, quien ya se ha desdicho de su primera declaración y ahora asegura que fue golpeado y obligado a dar la primera versión. En opinión del abogado:
“Pacheco está preparando su defensa. Dice que no estuvo ahí en el momento de los homicidios. Acepta que horas antes había participado en una reunión, e inclusive había pagado mil 800 pesos por tener sexo con Yesenia Quiroz, la compañera de cuarto de Nicole, la colombiana. Quizás lo hace para deslindarse de la violación de la que fue objeto esta chica”, dice y agrega:
“Esa situación en inverosímil. Aceptando, sin conceder, que la joven colombiana ofreciera servicios sexuales, no es probable que tuviera relación con un lava autos, un pulidor de autos… Y, además, esa cantidad de dinero para un personaje como Pacheco es muy difícil que los tuviera”.
Además, se cuestiona el especialista en temas de seguridad, dónde quedó la maleta que extrajo Pacheco del departamento, y qué contenía ésta. Y respecto a la saña utilizada, Morales expone que la tortura conlleva la necesidad de sacar información, que es otra línea de investigación que no siquiera se ha tocado, y que pudiera estar relacionada con la venta de droga, a gran escala.
Para Mendoza hay dos grandes aristas en este caso: la parte internacional, donde nuevamente se exhibe a México como un país inseguro y donde organizaciones mundiales de derechos humanos exigen que se aclaren estos asesinatos y la segunda, a nivel nacional, donde se cuestionan a dos gobernadores, a Duarte, de Veracruz y a Mancera, del Distrito Federal, por la poca seguridad que existe, además del tema del feminicidio.
Lo anterior obligó al propio presidente Peña Nieto a exhortar a su equipo de trabajo a resolver este caso.
Preocupante resulta para el criminalista el perfil sicológico que presenta Daniel Pacheco, quien es una persona que no presenta arrepentimiento social. Su mirada –expone– no es de inocencia, tiene la mirada fija, penetrante. Dice yo sólo robé, no maté. Yo salí antes… Y si los asesinos iban por algo, en este caso la maleta, ésta no se lleva un subordinado. Se la lleva el jefe. ¿Y por qué se fueron en dos autos? ¿Dónde quedó la maleta: ¿Qué contenía?
Y más: también se siembran dudas respecto a la señora de servicio, Alejandra Negrete, quien según la declaración de Daniel Pacheco –después de que él y su ‘amigo’ Abraham tuvieron sexo con Yesenia y Nicole, respectivamente, después previo pago– se dirige a los presentes diciéndoles: ‘los que ya cogieron…, ya váyanse’. Ese lenguaje a todas luces «no es propio para que una señora del aseo le hable así a sus patrones».
Aquí podría abrirse otra línea de investigación, en el sentido de que el departamento donde perdieron la vida Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Alejandra Negrete, Mile Martín (Nicole) y Rubén Espinosa, hubiera estado funcionando como una casa de citas.
En opinión de Max Morales, las autoridades responsables de desenmarañar este crimen tienen ante sí la gran oportunidad de ofrecer a la opinión pública la verdad de los hechos, resolver el caso prontamente y contestar a la pregunta que nadie ha sabido responder ¿por qué los mataron?