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MÉXICO, DF., 4 de agosto de 2014.- “Vamos a tomar lo mejor de la derecha y la izquierda”, afirma Hugo Eric Flores Cervantes, presidente del recientemente creado Partido Encuentro Social (PES).
“Por eso el símbolo de nuestro emblema es morado. Si el rojo son izquierdos y el azul es la derecha, pues nosotros somos morado”, sostiene el líder del nuevo partido que el pasado viernes inició formalmente su actividad política tras obtener su registro ante el Instituto Nacional Electoral.
La manera en que habla el dirigente del PES se asemeja más a la de un líder vecinal que a la de un político profesional. No mide cada palabra con una intención específica, como hacen los viejos zorros de la partidocracia. No niega su fe cristiana ni su pasado marxista-leninista o su admiración por el movimiento zapatista.
Quizá por ello resulte complicado ubicar la línea política del PES dentro del espectro ideológico. El mismo Flores reconoce esta dificultad al leer la plataforma del nuevo partido, principios que defienden principalmente la necesidad de generar riqueza, pero combatiendo la desigualdad mediante una mejora significativa al salario y cambios en la política social.
“La lees y dices, estos cuates se parecen al PAN sin duda, pero después le das vuelta a los documentos básicos de nosotros y oyes hablar de esta parte de pobreza donde decimos, 2 mil 400 programas sociales hay en este país para combatir la pobreza y la pobreza sigue creciendo. Conclusión: no combate la pobreza, sólo es un paliativo para decir que estamos ayudando a los pobres, una visión casi paternalista. Este es el sistema que se ha creado. Cuando uno lee eso, dice, estas gentes deben ser de izquierda”, comenta.
Pese a su cercanía con organizaciones cristianas, Flores niega tajantemente ser ministro religioso o ser una pieza señuelo en el ajedrez de la política mexicana.
“No participaron las iglesias, no hay ninguna relación institucional entre las iglesias cristianas y Encuentro Social. Lo que sí hay es algunas, posiblemente muchas personas, que hemos decidido declararnos abiertamente cristianos en esta organización. Yo no lo voy a negar, yo soy cristiano”, sostiene.
“Hoy hay rumores y señalamientos, todos absurdos. De que está Felipe Calderón detrás de nosotros, de que está Marcelo Ebrard, que es una estrategia para quitarle votos al PAN u opacar a Morena. ¡Ya quisiéramos! Tenemos los pies bien puestos sobre la tierra, sabemos dónde estamos. Ese tipo de cosas que ha creado esta cultura política de desacreditar a los partidos políticos para que la gente no vote”, señala.
“Nosotros creemos que los partidos importantes en este país hacen todo lo posible para que la gente no vaya a votar, porque hay tanto desprestigio de los partidos que mientras voten más fácil es que conserven el poder político”, apunta.
Sin embargo, Flores no descarta que el PES pueda pactar “alianzas de gobierno” con PRI, PAN o PRD una vez que el partido logre superar la frontera del 3 por ciento del padrón electoral durante las elecciones intermedias de 2015 para mantener el registro.
“En la política de alianzas que hasta hoy tenemos queremos impulsar gente nueva y sí podemos hacer alianzas electorales que se traduzcan en políticas de gobierno”, indica Flores, quien asegura que con dichas alianzas, el PES buscará ganar posiciones en dos sectores del gobierno: desarrollo social y desarrollo económico.
“No negamos que podamos ir en una alianza con el objetivo de tener responsabilidad de un área de gobierno. Ese es el objetivo”, señala.
Pero antes de buscar alianzas, el PES buscará impulsar un proyecto de ley para realizar cambios de fondo en la política asistencial del país, con la cual se buscará que organizaciones civiles, incluyendo organizaciones religiosas, se hagan cargo de cuidar a niños huérfanos y ancianos mientras el gobierno funja únicamente como regulador y supervisor.
“El año que entra, me adelanto un poco, vamos a proponer una ley que desde que antes que vayamos a campaña la vamos a tener, para modificar completamente el sistema asistencial en nuestro país, porque lo que hoy está, está lleno de burocracia, de poca humanidad y un montón de vicios. Como nosotros tenemos clarito el problema, nos interesa proponer algo para regular ese sistema, porque hemos estado en eso”, afirma.
Aunque se afirma como laico, Flores también considera necesario “acabar con esta cultura jacobina e hipócrita” que prohíbe la participación política de las iglesias.
“Todo está prohibido para los ministros de culto, pero resulta que en épocas electorales van a buscar a los ministros de todas las religiones para que les ayuden con los feligreses a sacar votos”, señala.
“¿Creemos en la participación de ministros de culto? No. ¿Creemos en que las iglesias, todas, deben participar en la reconstrucción el tejido social de nuestro país? Desde luego, acabemos con ese mito de que no deberían de participar y que se creen políticas públicas donde estas entidades de interés social participen”, sostiene.