Llevan ante juez al agresor del Metro Tacubaya
MÉXICO, DF., 6 de septiembre de 2015.- El quinto autobús que reveló el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que tenía reporte de traslado de droga, es uno de los indicios con los que se podría reabrir el caso de la desaparición de los 43 normalistas en la ciudad de Iguala, Guerrero.
La unidad, que había sido reportado como destruida por los alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, fue encontrado por los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al indagar sobre el historial, se encontró que había tenido un registro de que, antes de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014, se había usado para transportar cocaína.
Este argumento, según el representante legal de los padres de los alumnos, Vidulfo Rosales, podría ser una justificación para que las diligencias se redirijan a la salida, ataque y plagio de los normalistas.
“La situación toma tal importancia que ese quinto autobús, que había sido descartado por la Procuraduría General de la República (PGR), puede indicar a los verdaderos responsables de este secuestro masivo, a esos responsables que la autoridad está tapando y que se niegan a entregarlos a la justicia.
“Los reportes de trasiego de droga son elementales y deben existir esos reportes en la Fiscalía de Guerrero, además de que se explique el por qué ocultaron este camión, el cual solamente fue tomado al azar por los normalistas, ellos no tenían idea de que estarían por usar un vehículo para esa razón”, comentó Rosales.
Tras seis meses de investigación en torno a este caso, los expertos de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) presentaron sus conclusiones, en las que indican que esta hipótesis no ha sido investigada ni estudiada por el Gobierno, pese a las distintas evidencias existentes.
Esta versión fue declarada por el experto Carlos Beristain, quien recalcó que en las labores de investigación del GIEI se encontró que, además de los cuatro autobuses que utilizaron los estudiantes para su labor de boteo hacia la ciudad de Chilpancingo, esta quinta unidad ya había sido fichada anteriormente por su tenencia de droga en su interior.
Para el miembro de la CIDH, este hecho pudo haber sido utilizado como una motivación para que los normalistas hayan sido atacados y ligados con el crimen organizado, como se llegó a manejar en las primeras versiones.
“Se manejó la existencia de un quinto bus que había sido tomado por los normalistas, que según la autoridad fue destruido por los jóvenes, sin embargo indagamos y encontramos que dicha unidad fue ocultada y eso lo constatamos por las contradicciones entre las declaraciones de los supuestos testigos y de un testigo protegido ante los dichos de poco más de 16 estudiantes que estuvieron en los ataques.
“En la investigación fiscal ese autobús había sido usado para el transporte de narcóticos desde hace meses atrás, incluso ese bus fue escogido al azar por los normalistas, pero por el hecho de que, probablemente, ese día traía cocaína pudo haber motivado un ataque hacia los chicos, tanto por los sicarios del crimen organizado así como de los policías coludidos con el narcotráfico”, aseguró.
Las órdenes desde el centro de Iguala
Otro de los indicios que buscan los padres de los normalistas que se indague, es la del personaje que daba las órdenes desde una casa en el centro de la ciudad de Iguala, ese que coordinó todo el operación en contra de los estudiantes y que también dio el aviso a la Policía Federal (PF), estatales, municipales y militares.
Claudia Paz aseguró que uno de los choferes de un autobús Estrella de Oro fue llevado a una casa en el centro de Iguala para ser interrogado, sin embargo la persona que salió de este lugar dio indicaciones a los policías de que actuarán conforme a lo estipulado en el dispositivo para contener a los alumnos.
“Es muy importante señalar y dejar en claro que uno de los puntos más importantes para que la autoridad arranque con una nueva línea de investigación, es que una persona coordinaba las acciones desde una casa en el centro de la ciudad, una casa blanca con zaguán negro, una persona que la describen como atlética y que dio la orden de que ya sabían qué hacer con él.
“Era una persona que impartía y repartía todas las órdenes a ejecutar, esta identidad puede resultar importante debido a que él fue quien decidió la mayoría de lo que sucedería con los normalistas”, dijo Paz.