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El vuelo del hombre gana premio biblioteca breve 2025 de Seix Barral
COCOYOC, Mor, 31 de agosto del 2014.- El maestro Ángel Mora tiene 89 años, se dice afortunado de vivir en un lugar paradisíaco como Cocoyoc, Morelos. Sencillo, de lenguaje culto, más no rebuscado, e hiperactivo por naturaleza, y con una gran lucidez mental narra a Quadratín México su exitosa carrera como historietista de uno de los cómics mexicanos más recordados en el país: Chanoc: Aventuras de Mar y Selva.
“Nací en Frontera, Tabasco a principios de 1925 y desde los siete u ocho años supe que quería dedicarme a esto. Me inspiraban grandes dibujantes de aquella época como Harold Foster, que hacía El Príncipe Valiente o Alex Raymond dibujante de Flash Gordon”, rememora.
A los 12 o 13 años, Ángel –como pide que se le llame– viajó a la capital para continuar sus estudios, al tiempo que se preparaba en cuestiones de dibujo, movimiento y expresión corporal.
“MI papá tenía allá en Tabasco una casa de electricidad: vendía y componía aparatos eléctricos, radios, y cuando me mandaron a México quería que yo estudiara radiotécnica, para algún día dejarme su taller. Pero me gustó más la historieta y se lo dije. Entonces me contestó: ‘Está bien, si es tu decisión hazlo pero te vas a morir de hambre dibujando’. Asumí la responsabilidad, y afortunadamente no me he muerto de hambre”, punza el maestro.
A los 12 años, Ángel se familiarizó aún más en el mundo del cómic, pues ingresó, con un grupo de aficionados noveles al taller del artista Armando Anguiano, hermano de Raúl, el pintor. “Era una especie de mecenas para nosotros. Nos ayudaba. Cuando vio que ya tenía algo de práctica me dijo: “¿Quieres que te lleve con un dibujante que es paisano mío y tiene un estudio? Se llama Ramón Valdiosera”.
Allí el incipiente historietista trabajó por dos años, como parte de un taller grande, conformado por 15 dibujantes pues, según explica, se hacían historietas al mismo tiempo: “Una taurina, Oreja y Rabo y otra de box llamada Relámpago Kid. Hasta la fecha la relación entre don Ángel y el maestro Valdiosera continúa, pues Ángel le guarda gran respeto y admiración a su maestro.
Tras dos años el aprendiz decidió independizarse y comenzó su peregrinar por varias publicaciones, entre ellas la afamada Lágrimas y Risas, de Yolanda Vargas Dulché, el cómic con mayor tiraje de la época y cuyas historias han sido llevadas al cine y a la televisión.
“Tuve el gusto de trabajar con ellos siete años y me agradó mucho que esa familia, a pesar que ganaron millonadas por sus trabajos, nunca dejaron de hacer la historieta”, comenta.
Pero el verdadero éxito en la carrera de Ángel arrancó un 15 de octubre de 1959, cuando salió a la venta el primer número de Chanoc: Aventuras de Mar y Selva, la cual tuvo un tiraje semanal de millón 200 mil ejemplares y circuló ininterrumpidamente, editada por Publicaciones Herrerías, del periódico Novedades, durante 22 años.
El cómic fue una idea original del autor veracruzano Martín de Lucenay, quien murió al poco tiempo del lanzamiento y narra la historia de un joven pescador y su padrino quienes tienen innumerables aventuras en un ambiente tropical (el Tarzán mexicano diría el historietista). Su éxito se cifró en el dibujo realista y lleno de movimiento y la diversidad de aventuras que creó su segundo argumentista, Pedro Zapiain.
“Chanoc se hizo durante 22 años consecutivos y yo los trabajé todos…, No sé cómo le hice para no fallar en la entrega semanal, puntualmente. Eran 32 páginas semanales y, aunque teníamos un adelanto de unos cuatro números por cualquier contingencia, era extenuante. Más porque yo trazaba, entintaba y sólo se juntaban los exteriores”, recuerda don Ángel.
PERSONALIDADES Y RECONOCIMIENTOS
El éxito de la serie permitió a sus creadores ser conocidos y reconocidos, aún en el presente, por quienes solían ser habituales lectores. Entre ellos destacaron importantes personalidades literarias y artísticas de nuestro país:
“En la serie, Pedro creó al Sabio Monsiváis, cuando empezaba a destacar el escritor del mismo apellido. Era un científico que inventó un robot llamado Sócrates. Muchos de los intelectuales leían Chanoc porque les gustaba, pero no decían ‘lo compro’, sino ‘lo leo en la peluquería’.
“Un gran amigo, Paco Ignacio Taibo II, me dijo: Quiero llevarte a mi casa para que conozcas a mi papá. Cuando llegamos le dijo: hace tal cómic… Es de los verdaderos comunicadores en el país, porque tiene un tiraje arriba del millón, más las veces que un ejemplar cambia de manos, serían cuatro millones de lecturas semanales. Nosotros no, porque si se nos venden 200 o 300 ejemplares hacemos fiesta. ”
Chanoc fue leído en toda Latinoamérica, así como en EU, España o Italia, países donde don Ángel ha recibido reconocimientos:
“En Estados Unidos aceptaron mi trabajo, pero como habían tenido malas experiencias con dibujantes mexicanos, me pidieron que fuera a vivir allá. No quise. Cuando fui a España me pasó lo mismo y, como en ese tiempo terminaba una época de extrema sujeción, la gente estaba en pleno destape y otra vez preferí quedarme en México”, asegura.
“También me invitaron a la ciudad de Lucca, en Italia. Allí se celebra una convención anual con los mejores exponentes de cada país. Cuando llegué allá con la persona que me presenté y me respondió: ‘sí lo sabemos y te podemos decir tus personajes’. Lo hizo y fue una gran satisfacción”.
Uno de sus más grandes reconocimientos lo recibió en nuestro a país durante en la década de los ochenta, cuando la SEP realizó un concurso de historietismo para determinar quién era el mejor dibujante en México, entre profesionales y aficionados. El jurado fue conformado por las 10 personalidades del medio que vinieron de Argentina, España y nuestro país. El vencedor fue Ángel Mora.
El premio que recibe con más gusto hoy en día don Ángel es el que le hace la gente que recuerda cariñosamente a Chanoc: taxistas, médicos, gente común y corriente, con quien conversa en las calles y se enteran que, en sus manos, vive uno de los personajes más recordados del comic mexicano:
“En todas partes sucede”, afirma, “de manera natural la gente conoce mi obra pero no saben quién soy. Sin embargo quedan muy contentos de saber lo que he hecho y hasta la fecha abre algunas puertas todavía. Esto nos da mucho gusto a mi esposa y a mí”.
PASATIEMPOS Y VIDA PERSONAL
Más allá de su vida profesional Ángel Mora asegura ser una persona “patológicamente tímida“. Es estudioso, autodidacta y extremadamente activo: pinta, le gusta la lectura y el deporte, sobre todo el tenis.
“El dominio de mi timidez se lo atribuyo, en gran parte a quien es mi segunda esposa, Martha Rosales. Tengo cerca de 20 años de un segundo matrimonio feliz, contento y Marthita me ayudó mucho a esa minusvalía, dándome ánimos: ‘Tú vales. Mira, tienes estos atributos. Sobreponte…”
Y sobre sus pasatiempos el maestro describe: “Como ya no tengo trabajo haciendo historietas, me dedico a pintar y, aunque mi familia me pregunta: ‘Todavía sigues pintando monstruos’, porque mi estilo es expresionista y no es algo que la gente compre para colgar en la sala de su casa, han venido algunos curadores y me han dicho que tiene calidad y no es comercial”, presume, sonriendo.
“También leo mucho, sobre todo lo relacionado con la cultura griega, me gustan mucho la historia y el psicoanálisis. Soy autodidacta, por ejemplo hablo inglés y un poco de francés. Hago mucho ejercicio para mantener la forma. Ya no juego tenis, lo dejé ya hace unos tres o cuatro años porque era una heroicidad, pero fue el deporte que más me gustó”.
El maestro mantiene comunicación con algunos fans que eventualmente le escriben, interesados en adquirir copias de las portadas originales de Chanoc que don Ángel elabora para mantenerse económicamente, pues se encuentra en medio de una disputa legal para la explotación de sus personajes. También tiene un proyecto denominado Tigre y dice sentirse en su mejor momento como dibujante, aun cuando su situación financiera no es la mejor.
Don Ángel hace un llamado a través de este medio a sus fans y a aquellos aficionados a las historietas a que se acerquen a él para que puedan seguir adquiriendo su obra y siga activo y vigente, dedicado a lo que más ama: dibujar.
Si deseas conocer la obra que Ángel Mora tiene a la venta, puedes contactarlo en el siguiente correo:[email protected]