
Impulsa MC lactarios en administración pública y órganos desconcentrados
MÉXICO, DF, 14 de marzo de 2015.- La izquierda está dividida, en crisis, segmentada en diferentes partidos, ha sido incapaz de la autocrítica, de ser transparente, de defender el petróleo, de renovar sus cuadros y ha terminado convertida en aquello que hacía años combatía: las prácticas priístas.
Es el diagnóstico contenido en el documento “Por la mesa permanente de las izquierdas”, preparado por la maestra Ifigenia Martínez, fundadora en 1989 junto con Cuauhtémoc Cárdenas del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
“La izquierda mexicana enfrenta su quizá más grave crisis en los últimos 60 años. Las renuncias recientes, de muchos militantes del PRD de dimensión nacional y también de influencia local, son sólo un síntoma que pudiera o no ser calificado de grave por los dirigentes, pero hay más, y las causas más profundas”, plantea dicho documento.
“Está en crisis porque está dividida, porque se rehúyen los acuerdos y se ha abandonado la acción unitaria que tan bien nos funcionó en el pasado para crecer y defender nuestro proyecto histórico. Porque se han privilegiado los intereses de grupo y porque es presa de un lamentable enfoque electoralista”.
Martínez, quien a diferencia de Cárdenas permanece dentro del PRD, convoca a la construcción de un espacio de diálogo entre las izquierdas.
“El propósito es abrir la reflexión sobre la agenda nacional y buscar los puntos de encuentro que nos permitan reconstruir la unidad de las izquierdas”.
La meta es que las izquierdas lleguen unidas para las elecciones presidenciales del 2018, y comenzar a trabajar para ello, y a quienes estén interesados en hacerlo, hacerlo a partir del jueves 9 de abril.
“En la izquierda es urgente la unidad pero no cabe la uniformidad. Muchas luchas vienen y están por librarse y ahí necesariamente tendremos que volver a coincidir con muchos compañeros perredistas, petistas, pertenecientes a MC y a Morena, o que sencillamente no desean pertenecer ya a ningún partido pero que no abandonan ni abandonarán nunca el movimiento social porque estamos en el mismo flanco y porque seguimos creyendo en la esperanza de construir un mejor país”.
Se trata de un espacio que no solamente convoca a militantes de partidos de izquierda, también busca incluir a líderes sociales afines, como el Padre Alejandro Solalinde o el Obispo de Saltillo, Coahuila, Raúl Vera, así como a defensores de la tierra, opositores a megaproyectos mineros, dice a Quadratín el ex perredista Agustín Guerrero, uno de los impulsores de la iniciativa.
Otro de los impulsores es el ex jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, cuya prioridad es unir las izquierdas y por eso no tiene entre sus planes construir un partido político, afirma Guerrero.
Asimismo se tiene contemplado invitar a a quienes han dejado las filas perredistas como Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas, Mario Delgado, entre otros.
“La idea es que para el 2018 en la Cámara de Diputados compartamos una agenda legislativa, que se haga una lista de candidatos y a los de izquierda de a de veras apoyarlos”, explica Guerrero.
Agrega que el proyecto lleva tiempo, y fue una de las causas, además de su inconformidad por el reparto de candidaturas entre la corriente de “los Chuchos” que lo llevó a la renuncia el 10 de marzo.
“No renuncié para irme a mi casa o a otro partido. La lucha requiere nuevos instrumentos y el PRD ya no lo es para la transformación política”.
El diagnóstico
De acuerdo con el documento redactado por la maestra Ifigenia Martínez que Guerrero compartió con Quadratín, la izquierda mexicana enfrenta su más grave crisis y división.
Una razón es que ha privilegiado la mera obtención de votos y prebendas y prevé que la división dejada por la asignación de candidaturas favorecerá a los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
“Dejó de promover a sus mejores hombres y mujeres, a sus líderes más honestos y representativos, a sus ideólogos más visionarios, a los más capaces para gobernar o para legislar con visión de izquierda, y en cambio ha apoyado a personajes que como nada tenían que ver con el ideal de izquierda, al final han abonado a su derrota o simplemente han trabajado para el lado contrario”.
El documento plantea que la falta de autocrítica y de comportamiento ético son factores que inciden en la crisis.
Otra causa son las alianzas electorales con quienes no son progresistas ni representan un compromiso social.
“Las alianzas que se hicieron con el PAN en 2010 y la firma del Pacto por México con el PRI en 2013 fueron un fracaso por eso, no porque sea malo hacer ese tipo de alianzas que en otros países han sido, por cierto, buen recurso para apurar avances sino porque aquí se usaron no para generar condiciones mejores para el país ni para la misma izquierda. Esa es una de las causas de la regresión autoritaria que vivimos y de la crisis generalizada de la izquierda. Pero otra es la ruptura entre los partidos afines después de la última elección presidencial”.
También se dejaron de lado las luchas de banderas de la izquierda, se lee en el documento.
“Perdimos la oportunidad que nos brindaba la defensa del petróleo. Nuestra división facilitó las cosas a los adversarios, nos ganaron en las Cámaras y nos negaron hasta el derecho a la Consulta Popular sin mayor costo. No podemos darnos el lujo de repetirlo”, alerta.
El documento reprocha que el mal manejo de la crisis de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa por parte del gobierno pudo haber sido una oportunidad de reposicionamiento importante después de la derrota en las elecciones del 2012, pero en su lugar la izquierda cayó en un silencio que califica de irresponsable e incluso en el solapamiento de los errores propios.
“Y no podemos permitir que el mal gobierno que persiste arrastre a la República en su derrumbe”.
El decálogo
El documento propone una línea de acción temática para quienes lo suscriban. De entrada pide retomar y reivindicar la ideología de izquierda y sus causas.
1.- Defensa del Estado como factor de seguridad, desarrollo económico y distribución equitativa del producto y la riqueza nacionales.
2.- Defensa de la tranquilidad y la seguridad ciudadanas. Esclarecimiento del caso de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y de todos los casos de represión y desapariciones forzadas en los últimos años en el país. Y castigo de los responsables.
3.- Defensa de la democracia y los derechos humanos: el derecho a la alimentación, al trabajo, a la educación y a la cultura. Cese de la militarización y defensa irrestricta del derecho a la manifestación pacífica, a la protesta y al activismo social.
4.- Defensa de la soberanía y los recursos naturales, empezando por los energéticos, mediante la construcción de un modelo económico y social alternativo. Sustitución del neoliberalismo por una economía mixta y social de mercado e impulso decidido a las energías alternativas.
5.- Defensa de un sistema de planeación democrática del desarrollo económico y social, como instrumento de mejoría y justicia y garantía de un buen gobierno.
6.- Defensa de la educación pública y del derecho a salud y universalización de la cultura. Rescate de las universidades e instituciones de educación superior públicas.
7.- Defensa del Estado laico.
8.- Combate a la corrupción y a la impunidad.
9.- Defensa del derecho a la democracia y al autogobierno en el DF.
10.- Defensa del derecho de los mexicanos a la transformación democrática. Una tarea pendiente en el país, que tiene el deber de completar la izquierda, es la conclusión exitosa de la transición a la democracia, pasmada desde que hubo la alternancia PRI-PAN del 2000.