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Shakira está hospitalizada; suspende concierto en Lima, Perú
MÉXICO, DF., 11 de septiembre de 2015.- Un joven le pregunta al escritor mexicano Juan Villoro si hay censura. El tema es el periodismo en México y surge en el Encuentro Internacional de Periodismo, organizado por el diario El Universal.
“Desde luego, la libertad siempre es condicionada y no me refiero sólo al Canal 22, a Carmen Aristegui o a los periodistas de Veracruz, hay censura en lo general”, describió quien fuera director del suplemento La Jornada Semanal.
“El gran Manuel Vázquez Montalbán, el gran periodista español decía que lo primero que tiene que saber un periodista es saber quién es el dueño de tu periódico, ahí están los límites de libertad de tu periódico, si es concesionario, además si es dueño de una marca no te vas a poder meter con esa marca, ahí van estar los límites de la libertad”, agregó el autor de la novela El Testigo.
“Y hay que ejercerlos (los límites de la libertad) donde se puede pero ha habido grandes periodistas que han trabajado con muy poca libertad, porque luego periodistas jóvenes dicen que les censuraron y trabajaron con poca libertad”.
Villoro, egresado de la carrera de sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel de Iztapalapa, ejemplificó cómo en un contexto de censura se puede aspirar a un gran trabajo, y para ello recordó a un héroe del periodismo, el polaco Ryszard Kapuscinski, quien como corresponsal vivió en México, pero también lo hizo en países africanos y aprovechaba dichas experiencias para redactar las obras que lo inmortalizaron.
“Pensemos en Kapuscinski, el gran periodista polaco escribía para una agencia de la prensa comunista de la Polonia comunista y tenía que hacer despachos restringidos, los cuales tenía que cumplir con asignaciones puntuales y corresponder con la política exterior del trabajo. Él cumplía con este trabajo pero iba tomando notas para su verdadero trabajo periodístico que eran los libros que escribía, en ocasiones 30 años después de los sucesos.
“Entonces hay que encontrar nuestra propia libertad, a veces no está en el medio que trabajas, va a estar en una revista o en un libro futuro, siempre el mensaje puede encontrar el canal, la censura existe, la libertad está condicionada pero hay que encontrar nuestra libertad bajo palabra, como decía Octavio Paz”, alentó a los jóvenes.
Como si fueran sus discípulos, los estudiantes que acudieron al emblemático Centro cultural Universitario Tlatelolco, al lado de la Plaza de las Tres Culturas, le hacían preguntas al columnista que como ecos se repiten en las aulas universitarias a través de distintas generaciones. Villoro les respondía.
-¿Qué les diría a los periodistas que se sienten abrumados? – le preguntó una joven.
-Bueno, todos los periodistas jóvenes de todos los tiempos se han sentido abrumados, entonces no hay que preocuparse. Yo estudié la carrera de sociología, tenía un profesor que decía ‘muchachos, si no estudian van a acabar de periodistas’.
Para él era lo peor, obviamente ha cambiado el perfil del periodismo y se ha prestigiado mucho, pero también han cambiado las exigencias”, expresó Villoro, uno de los cronistas deportivos y de rock más destacados.
“Yo creo que el que tenga suficiente curiosidad para averiguar los hechos, que quiera adiestrarse en muchas zonas de la realidad, va a encontrar historias que él sólo podrá contar. Necesitamos historias para soportar el peso del mundo, el mundo es feo, está defectuoso, nos queda a deber siempre, uno necesita una ventanilla de quejas, esa ventanilla es el periodismo”.
Como si fuera un oráculo, le preguntaban cómo ir tras la verdad. Él les respondió que la verdad muestra cómo es la realidad, que sin embargo no es absoluta.
“De ahí del enorme defecto ético de hablar de una Verdad Histórica, por citar al ex procurador Jesús Murillo Karam. Yo creo que la verdad para el periodista es decir algo sin tener absolutamente pruebas en contra, investigar lo suficiente, no tengo pruebas en contra, esa es mi verdad. Ahora bien, es una verdad profesional porque publicas el reportaje, y las pruebas en contra pueden aparecer, tú tienes entonces que rectificar la historia. Esa es nuestra misión, tratar de encontrarla hasta donde sea posible”.
Pero no a cualquier costo, les aclaró.
“Ahora yo sé bien este no es un oficio para suicidas, si tu trabajas en Veracruz tienes que saber que los límites son prácticamente criminales para la verdad, hoy en día, trágicamente”, lamentó.
Contar historias de manera diferente
En tiempos donde el famoso tiempo real predomina en las redacciones, o en los que los robots de noticias parecen superar a los reporteros en la entrega del producto informativo, Villoro ofreció una alternativa para que el periodismo que harán los egresados de la escuela se mantenga vigente: la forma de contar historias y abarcar diversas disciplinas.
“Una cosa que no se ha explorado lo suficiente y es un desafío de los tiempos es la capacidad de establecer vínculos entre zonas de la realidad que aparentemente no están conectadas. Si analizamos los reportajes de los grandes periodistas escribiendo una historia religiosa, deportiva o política dan claves que son culturales, económicas o psicológicas que vienen de otro terreno del saber.
“Esto lo han hecho siempre los periodistas, esto se ha hecho más urgente en la medida que tenemos una realidad más dispersa y más sobreinformada, entonces la mejor información va a ser la de alguien súper curioso que tenga versatilidad para tener informaciones diferentes, que pueda captar casi instantáneamente cómo la noticia que parece afectar únicamente a la gastronomía nacional, curiosamente tiene un componente erótico, político o religioso”, recomendó.
“Entonces esta versatilidad va a ser mayor, vamos a necesitar periodistas que sepan cada vez de más cosas. El periodista especializado, el de la fuente tiene los días contados, es el periodista que sabe mucho de muy poco y ahora vamos a necesitar periodistas que sepan muchas cosas pero relacionadas entre sí de manera inesperada”, pronosticó Villoro, quien fue ganador del Premio Ciudad de Barcelona.
Para reforzar la idea, consideró que el periodista debe apostarle a vencer la barrera del tiempo, a presentar textos que se puedan leer en diferentes momentos sin perder su vigencia.
Ejemplificó con el reportaje sobre la Casa Blanca y Grupo Higa y su relación con la Presidencia de la República que hizo acreedora a Carmen Aristegui al premio Nacional de Periodismo 2014.
“Es muy importante. Carmen Aristegui y su equipo se significaron por hacer algo que tiene que ver con el tema que estamos comentando, hay una sobreinformación, hablaba del fotoperiodismo como hoy en día no puede apostarle a instantáneas porque todo mundo tiene instantáneas. El periodismo le tiene que apostar a una secuencia sentimiento y ahí está el arte del fotógrafo”.
Finalmente, se refirió al uso de textos en las redes sociales, y dijo que subirlos a velocidad vertiginosa a veces puede resultar contraproducente.
“A veces internet tiene que ver más con la tecnología, que tan rápido es internet y a todos nos ha pasado que cuando respondemos un correo electrónico, cuando mandamos un tuit o un WhatsApp muchas veces nos damos cuenta de lo que hicimos cuando ya lo mandamos entonces decimos ‘Dios mío, ¿qué hice?’ Porque se halla conectado con el cerebro, tiene que ver con la neurología, tenemos que ver nuevos protocolos para utilizar esa velocidad. ‘Apresúrate pero no tanto’.
“Ahora bien, los recursos para interesar al lector, ahí está el talento para escribir de una manera que pueda ser seductora, que pique curiosidad del lector y eso no se va a perder nunca, los grandes encabezados periodísticos llaman la atención”, concluyó, antes de dedicarse a firmar dedicatorias en libros llevados para la ocasión.