El país prepara al talento mexicano requerido por el nearshoring: SEP
MÉXICO, DF, 3 de mayo del 2015.- El cerebro cuenta con partes específicas que discriminan, procesan y categorizan el sonido; ello le permite diferenciar lo agudo de lo grave, explicó Concepción Morán Martínez, profesora de las facultades de Psicología (FP) y de Música (FaM) de la UNAM.
En este proceso, la vista juega un papel crucial, pues permite determinar la procedencia acústica. Así, las melodías no sólo se perciben con el oído, sino con todo el cuerpo (en particular con el tacto), expuso en Universum, Museo de las Ciencias, de acuerdo a un comunicado.
En el marco de la Semana Internacional del Cerebro y para ejemplificar esta imbricación, Morán realizó un experimento con niños de primaria. En un escenario, un grupo de jóvenes interpretó la pieza ‘The Pink Panther’ (La Pantera Rosa), de Henry Mancini, mientras los pequeños permanecían en sus lugares, con la encomienda de identificar el tema.
Al preguntarles qué color les evocó la melodía, la mayoría coincidió en decir rosa. “Las notas musicales generan procesos cognitivos en el tiempo, tanto en el pasado como en el futuro; por ello, al escuchar los sonidos cada quien imagina lo que sigue y visualiza. Así surgen las emociones, responsables de modificar el ánimo y ponernos la piel de gallina, ¿pero en qué parte del cerebro?, en la basal”, respondió.
Hasta hace poco se pensaba que la música se procesaba en el hemisferio derecho; no obstante, hoy se sabe que sucede en varias áreas y que el lado izquierdo es fundamental para el ritmo.
“Esto se da a nivel cognitivo y afectivo, por eso se dice que la música mueve almas y crea espacios sonoros capaces de convertirnos en mejores humanos”, concluyó.