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MÉXICO, 28 de noviembre de 2014.- La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas, ocurrida el 25 de noviembre, es un indicador de la crisis que vive el Partido de la Revolución Democrática (PRD), dice a Quadratín México el historiador Lorenzo Meyer.
“Es notable que el PRD formalmente se haya convertido en la segunda fuerza mexicana durante las elecciones del 2012 y dos años y unos meses más tarde esté postrado y se le vea como un partido fallido, que no fue capaz de cumplir el papel que en teoría todo partido que se respete a sí mismo debe cumplir, de ser el conductor de las demandas y deseos de una parte de la sociedad, en este caso de las capas populares para que se conviertan en políticas del Estado y tengan efectos reales y positivos en la vida cotidiana de los ciudadanos”, explica vía telefónica el autor del libro Nuestra tragedia persistente, editado por Debate.
La salida de Cárdenas, por la manera que se da, significa además un juicio sobre el proceder del PRD, añade el catedrático de El Colegio de México.
“La forma como salió el ingeniero implica no sólo perder a un militante importante, sino un juicio sobre la naturaleza misma del PRD y Cárdenas simplemente señala que no sirve para lo que debía de servir y que es una institución inútil, y eso que lo que no le echó en cara la cantidad de recursos públicos que recibe para no hacer lo que debería de hacer”.
Pero que quien fuera tres veces candidato presidencial enjuicie al PRD con su renuncia, no implica que él no tenga responsabilidad de la situación que atraviesa el partido, establece el también articulista.
Considera que Cárdenas fue incapaz de guiar esa ola democrática despertada en 1988, no respondió a las expectativas creadas en torno suyo cuando se convirtió en 1997 en el primer jefe de Gobierno del DF, y el cardenismo que convergió con el perredismo en Michoacán -ahí gobernó su hijo Lázaro Cárdenas Batel- no impidieron que se crearan las condiciones para convertir a la entidad es un estado fallido.
Incluso su falta de apoyo a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador cuando el tabasqueño contendió por la presidencia de la República contra el panista Felipe Calderón, en 2006, incidió para que a la postre el perredista perdiera en aquella elección disputadísima.
“Quizá le faltó algo de velocidad a la hora de que despunta el liderazgo de López Obrador y en lugar de aceptar el cambio de estafeta se dedicó a obstaculizarlo y a no apoyarlo”.
Los orígenes
Cárdenas, que junto con Porfirio Muñoz Ledo en 1989 construyeron los cimientos del PRD, hacía años que había tomado un camino distinto a la institución política que impulsó hace 25 años, expresa Meyer.
“Hace tiempo que el PRD iba por diferente camino, así que cualquier cosa que Cárdenas pueda hacer a futuro será muy similar a lo que hacía los últimos años. Ya no tiene nada que ver con el PRD en términos prácticos”, afirma el también autor del libro El Espejismo Democrático. De la euforia del Cambio a la Continuidad.
El doctor en relaciones internacionales dice que la renuncia de Cárdenas al PRD es muy diferente a la que tuvo hace 27 años del Partido Revolucionario Institucional (PRI), porque entonces enfrentó a una maquinaria, mientras que el Sol Azteca es un partido de capa caída.
“El PRD ya estaba en decadencia antes de que saliera Cárdenas y él no era más que uno de tantos actores, en cambio el PRI era el aparato presidencial al que retó Cárdenas, porque el PRI como partido no lo era realmente, era una maquinaria al servicio del presidente, en ese momento Miguel de la Madrid. Retó más al presidencialismo que al PRI. Ahora Cárdenas retó a los dirigentes del PRD, que son enanitos comparados con las figuras a las que desafió en 1987”.
Meyer avizora que como las burocracias son difíciles de extirpar, el PRD sobrevivirá, pero de manera mediocre.
El historiador menciona que donde Cárdenas ha mostrado ser “de una pieza”, es en su defensa del petróleo.
“En eso se comportó a la altura de las circunstancias porque defendió siempre el legado nacionalista de su padre, no le falló al general Cárdenas el hijo”.
Un indicador de la crisis del PRD
-¿Qué significa la salida de Cuauhtémoc Cárdenas del partido que él mismo fundó?
-Significa que la crisis política en que está sumido el país el sistema político en su conjunto a raíz de la acumulación por años de agravios llegó a su punto culminante con la tragedia de Iguala [Guerrero]. Uno de sus actores políticos en México, el PRD, sufre un descalabro mayúsculo. Es decir la salida del ingeniero no es más que un indicador muy importante de entre varios de la crisis de ese partido y del sistema de partidos en México.
Es notable que el PRD formalmente se haya convertido en la segunda fuerza mexicana durante las elecciones del 2012 y dos años y unos meses más tarde esté postrado y se le vea como un partido fallido, que no fue capaz de cumplir el papel que en teoría todo partido que se respete a sí mismo debe cumplir, de ser el conductor de las demandas y deseos de una parte de la sociedad, en este caso de las capas populares para que se conviertan en políticas del Estado y tengan efectos reales y positivos en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Eso el PRD, al igual que PRI y PAN son incapaces de cumplir, los tres partidos no constituyen una canal efectivo y fiel de demandas de la sociedad y eso fue lo que dijo el ingeniero en síntesis a su renuncia al PRD. Por tanto la forma como salió el ingeniero no implica sólo perder a un militante importante, sino implica un juicio sobre la naturaleza misma del PRD y Cárdenas simplemente señala que no sirve para lo que debía de servir y que es una institución inútil y eso que lo que no le echó en cara la cantidad de recursos públicos para no hacer lo que debería de hacer.
-¿Tiene un grado de responsabilidad Cárdenas o el proyecto fundado hace 25 años se desvirtuó? Porque no es la primera crisis perredista, ahí están los videoescándalos, o cuando él mismo gobernó el DF, o cuando se produce la salida de López Obrador, ¿el partido se desdibujó?
-No, se fue corrompiendo. El ingeniero Cárdenas vaya que sí tiene el grado de responsabilidad, él tiene el mérito enorme de haber abierto la primera brecha del círculo de hierro que había construido el PRI como partido de Estado y la osadía y la capacidad que tuvo el ingeniero para en 1988 presentarse al frente de una auténtica insurrección electoral, eso no se lo va a quitar nadie.
Pero luego al ingeniero le faltó capacidad para conducir esa ola de energía que despertó y su gobierno en el DF no produjo el resultado espectacular que se esperaba de ese cambio en las reglas del juego. La forma cómo se condujo el PRD en Michoacán que fue un estado dominado por el cardenismo tanto como por el perredismo, porque ahí sí se dio combinación de cardenismo histórico y perredista y fue muy fuerte, y Michoacán terminó en un Estado Fallido.
Le faltó pasarle la estafeta a López Obrador
-¿Si hay grado de responsabilidad por lo que pasa en el país?
-Sí, pero desde luego que no es Cárdenas el principal responsable. Quizá le faltó algo de velocidad a la hora de que despunta el liderazgo de López Obrador y en lugar de aceptar el cambio de estafeta, se dedicó a obstaculizarlo y a no apoyarlo. En el 2006 la pequeña diferencia entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador hace ver que entre aquellos que se quedaron, que no apoyaron y de manera indirecta obstaculizaron el triunfo de Andrés Manuel están el ingeniero Cárdenas. No es el único pero hubiera podido tener otra actitud y quizá le hubiera ayudado a cerrar la brecha con Felipe Calderón
-¿Fue más un líder moral o un caudillo? Navarrete dice que se acabaron los hombres fuertes y vienen los grupos ahora en el PRD
-No veo que se haya acabado el tiempo de los hombres fuertes, es que los hombres fuertes dependen de las circunstancias. En todo partido a la hora de surgir requiere de una figura, personalizar el liderazgo. Cuando el partido ya lleva un buen tiempo ya, se ha optimizado su actividad, entonces los individuos pierden la importancia relativa, pero no en el caso del PRD, puede ser el caso del PAN o PRI que llevan ya mucho tiempo en el campo político. El PRD necesitaba, era inevitable de un liderazgo, fuera de Cárdenas o Andrés Manuel en la etapa formativa, en los primeros años esa presencia es inevitable y quizá hasta indispensable y luego debe empezar el difícil proceso de rutinizar los liderazgos y hacer a un lado a los individuos. Es muy difícil y se tienen históricamente ejemplos de tropiezos durante esos procesos.
-En dos años el PRD ha visto la salida de dos de sus grandes figuras, ¿puede esfumarse?
-Lo más seguro es que estas burocracias una vez constituidas son durísimas de matar, pero lo que sí ha perdido es su esencia, podrá seguir viviendo del presupuesto, una vida mediocre suficiente para sacarle al Instituto Nacional Electoral algunos millones de pesos de manera sistemática y ser una estructura partidista que viva más para sus líderes que para un proyecto personal.
-¿Cómo queda la izquierda con la salida de él?
-Está en un momento muy difícil, el PRD va a la baja y no sabemos si Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) va a la alza porque tiene que pasar su primera y muy importante prueba de fuego en las elecciones de 2015. Ahorita no podemos saber si Morena puede ir a la alza y convertirse en un actor significativo o va a quedarse en expresión secundaria y sin importancia y entonces tendremos un montón de pequeñas izquierdas, PRD, Morena, Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo. Es posible que ocurra eso, que todo se quede fragmentado y sin grandes posibilidades, pero eso va a depender de cómo tengan lugar las elecciones de 2015 y cómo evolucione la crisis política general que tenemos ente manos.
-¿Podrá incidir Cárdenas en la vida política, presentó su proyecto de redactar una nueva Constitución, desempolvó a la Corriente Democrática, cree que tendrá peso o sin el PRD no pasará nada?
-Hace tiempo que el PRD y él iban por sus diferentes caminos así que cualquier cosa que Cárdenas pueda hacer a futuro será muy similar a lo que hacía en los últimos años. Ya no tiene nada que ver con el PRD en términos prácticos. Si daba declaración o salía a manifestarse con otros muchos por lo de Ayotzinapa y luego recibía gritos y agresiones pero volvía a presentarse, eso seguirá haciéndolo. La biografía de Cárdenas es un capital político que difícilmente se le puede quitar. Va a tener el peso que puede tener esa biografía, el peso de lo que hizo, hacia el futuro queda como ciudadano importante, conocido, un individuo.
-¿Ve paralelismos entre su salida y la del PRI hace 27 años?
-Sí son diferentes. La salida del PRI sí fue un momento histórico importantísimo porque fue dividir desde adentro al monstruo y poco a poco ese monstruo fue perdiendo terreno con esa división. Ahora el PRD ya estaba en decadencia antes de que saliera Cárdenas y no era más que uno de tantos actores, en cambio el PRI era el aparato presidencial al que retó Cárdenas, porque el PRI como partido no lo era realmente, era una maquinaria al servicio del Presidente, en ese momento Miguel de la Madrid, retó más al presidencialismo que al PRI. Ahora Cárdenas retó a los dirigentes del PRD que son enanitos comparados con las figuras a las que retó en 1987.
-¿El sábado 22 de noviembre alguien dijo que Cárdenas era uno de los hombres más importantes del siglo XX, usted como lo definiría, con qué se queda de él?
-Sí es una figura importante, desde luego que la historia política de México en la segunda mitad va a recoger su nombre de manera inevitable. No es posible escribir la historia política de México de esa época sin tomar en consideración a Cuauhtémoc, pero es uno de entre varios. La figura de Cuauhtémoc finalmente está montada en su base, en su papá [el ex Presidente Lázaro Cárdenas], en el cardenismo original, ese sí que fue un parteaguas en la historia política y social de México, es así en el siglo XX. La de su hijo Cuauhtémoc es importante en la parte postrera del siglo XX.
-¿En materia de reforma energética?
-En eso se comportó a la altura de las circunstancias porque defendió siempre el legado nacionalista de su padre, no le falló al general Cárdenas el hijo. El ingeniero es en ese sentido de una pieza, su defensa del cardenismo original ya no se pudo centrar en el ejido y en los campesinos como hizo su padre, pero sí el petróleo que seguirá siendo un elemento central para el desarrollo de México. Ejido y campesinos ya quedaron un poco en la historia, el petróleo aún no.