Escenario político
Guadalupe
Alberto recuerda a su maestra Guadalupe, en la Universidad Nacional.
Puntual, la profesora se presentó frente al grupo:
–Mi nombre es Guadalupe… y tengo bajo mi responsabilidad impartirles filosofía del derecho. Mis reglas son sencillas pues sólo deben cumplir con un horario preciso, contestar a mis preguntas que serán siempre las correspondientes a la clase del día anterior y una muy importante, aprenderse mi nombre.
Luego vino una amplia explicación sobre su nombre, Guadalupe, de origen árabe, Wad-al-hub (Río de amor) mismo que le fue puesto, en Extremadura, España, al río Guadalupe. De la Península Ibérica llegó a México. Tiene una hermosa sonoridad tanto en árabe como en el español, añadió.
Cuando todos pensaban que había terminado su advertencia llegó la amenaza:
–Aquel que me diga maestra Lupe, Lupis, Lupita, Pita, Gualupe, Lupilla, Guadalupelupe, Lupitius, Lulina, Lupelú o cualquier diminutivo se atiene a que por cada vez que lo haga se le descontará un punto de su calificación final.
De esta forma Alberto recuerda a su maestra Guadalupe, quien, además, tenía una forma de enseñar que no avanzaba el que no quería hacerlo.