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MÉXICO, DF., 18 de septiembre de 2014.- La situación de los penales en México se ha caracterizado por la sobrepoblación, autogobierno y violencia, factores que han vuelto un problema en por lo menos 100 centros de reinserción social.
De acuerdo con el último estudio que realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el 2012, se revisó un centenar de entre Centros de Readaptación Social (CERESOS), Centros Federales de Readaptación Social (CEFEROS) y Prisiones Militares.
Del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) se encontró que 17 penales federales y tres militares cuentan con el 80 por ciento de la población que habita estos lugares a nivel nacional.
El sobrecupo que existe en las cárceles es de poco más de 45 mil personas, después de que la cantidad de internos rebasó los 239 mil. En este rubro se cifró en el dato de que existen cerca de 11 mil 500 mujeres y más de 227 mil 500 hombres, números que sobrepasan la capacidad diseñada de estos inmuebles, que es para 194 mil habitantes.
EL AUTOGOBIERNO
Un total de 65 de 101 penales que fueron revisados se encontró que existe autogobierno en ellos, número que representa un 4.5 por ciento más con respecto a la de 2011.
El DNSP identificó que en 49 prisiones se cometen actividades ilícitas, además de que existen zonas de privilegio, donde se encontraron objetos y sustancias prohibidas; entre estas se ubicaron armas de fuego y punzocortante, bebidas alcohólicas de todo tipo así como drogas y estupefacientes.
En este fenómeno se detectó la prostitución de mujeres y hombres en el interior de celdas para reos privilegiados, además de la presencia de personas o grupos que ejercen violencia o control sobre el resto de los pobladores de estos centros.
En más de 80 centros no hay separación entre reos procesados y sentenciados, aunados al hecho de que las actividades laborales y de capacitación son insuficientes, lo cual impide lograr la reinserción social que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
UNA TRISTE REALIDAD
“La corrupción en las cárceles es inconmensurable. Se ha puesto bajo tarifa todo: la vida, la integridad, el alimento, el sexo y la esperanza de un futuro mejor. Son mercados de la miseria humana”, comentó el jurista Sergio García Ramírez.
El especialista aseguró que las prisiones se encuentran en las manos equivocadas, lo que genera un vacío de autoridad para tener el control de las mismas, lo que originó por años la corrupción y la impunidad, a pesar de que se han formulado varias leyes para evitar este fenómeno.
“Falta mejorar la capacitación de los encargados de las prisiones. Desde los más modestos hasta los más encumbrados, se necesita que tengan la personalidad adecuada para un cargo tan duro como un custodio o director; no pueden ser analfabetos. “Deben tener una formación especializada en materia carcelaria, someterse a exámenes y a una supervisión constante y eficaz que permita acreditar que sigue siendo confiable para una tarea tan delicada”, dijo.
Lamentó el estado de la mayoría de los más de 400 centros de reclusión a causa de una sobrepoblación que alcanza los 240 mil internos, por lo que llamó a hacer reajustes en el uso de la prisión preventiva, entre otras medidas.
LA FIGURA DEL NARCO SE ASOMA
La delincuencia organizada también se ha apoderado de algunas cárceles, las cuales sirven como incubadora de sicarios, donde se forman y después son adheridos a los diferentes grupos para delinquir y asesinar.
Según el ex ombudsman capitalino, Luis González Plascencia, los estudios que se han realizado sobre el perfil de los delincuentes que son reclutados por el narcotráfico, son con una conducta de alto nivel de violencia.
“La persona ideal para estos grupos son aquellos que ya saben matar, saben robar, saben mentir y sobre todo que son altamente violentos, ya que, aunque parezca raro, son los que mejor se pueden dominar o influir.
“En la ciudad de México tuvimos varios casos de que eran visitados por personajes muy sospechosos, los cuales pertenecían a alguna célula delictiva y que tras investigarlos resultaba que eran de un cártel”, dijo Plascencia.
Algunos reportes de la misma CNDH se reveló que grupos como los Zetas, Cártel del Golfo y Cártel de Sinaloa son los que mantienen presencia en diversos penales del país, con la intención de reclutar a nuevos sicarios.