Discute Senado reforma del Plan C sobre prisión preventiva
MÉXICO, DF., 7 de junio de 2014.- Las palabras de los legisladores se iban diluyendo en el lento transcurrir de las horas. Los alarmantes datos del cambio climático contrastaban con el ánimo de los congresistas de todo el mundo, reunidos en México con el objetivo de construir las bases de un marco legal planetario que pueda mitigar los efectos del calentamiento global. Las ambiciones del Encuentro Mundial de Legisladores, convocado por la organización Globe International, no coincidían con las butacas semidesiertas del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Los legisladores provenientes de más de 60 países apenas prestaban atención a las exposiciones de los ponentes. Algunos congresistas del Lejano Oriente aprovechaban el momento para tomarse la foto del recuerdo. Otros incluso cabeceaban ocasionalmente desde su asiento, mientras el relato de la catástrofe ambiental, a pesar de las terribles cifras, se iban haciendo–para la mayoría de los legisladores– cada vez más monótono, cansino.
Los resultados del informe sobre legislación sobre cambio climático, presentado por el jefe de políticas públicas de Globe, Terry Townshend, apenas se llevó un par de tibios aplausos. Lo mismo el mensaje que envió la secretaria ejecutiva de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Christiana Figueres, quien a través de un video se disculpó por no poder asistir a la cumbre. Quizá por ello, los congresistas terminaban su participación en la tribuna y salían al lobby del recinto legislativo, muchos de ellos ataviados con sus trajes típicos, para degustar algunos bocadillos e intercambiar opiniones con algunos colegas.
Dos preguntas rondaban el aire de manera casi inadvertida: ¿los legisladores del mundo serían capaces de construir un marco legal lo suficientemente sólido como para detener las emisiones de gases de contaminantes a la atmósfera? ¿Podrán los legisladores tener éxito donde las negociaciones diplomáticas han fallado?
De acuerdo con cifras de Globe, en 2013 se habían promulgado 487 leyes de cambio climático en 66 países, un incremento significativo si se compara con las 47 leyes que dichos países tenían en 1997.
A pesar de que el foro pretende lograr que los países del mundo a fortalecer su marco regulatorio en materia ambiental, la debilidad de los Estados es otro factor clave para el éxito de dicha legislación.
Tal es el caso de México, pues de acuerdo con un informe publicado en 2013 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Centro Mario Molina, falta mucho para que el país pueda contar con una aplicación sólida de la legislación vigente y se pueda medir de manera eficaz los impactos de dichas leyes en el medio ambiente.
De ahí el reto que tienen los congresistas del mudo para evitar que las leyes se conviertan en letra muerta o queden supeditadas a los grandes intereses económicos, tal como ocurre actualmente con la reforma energética que se discute en México, donde los temas vinculados al desarrollo sustentable juegan un papel secundario.
“Tenemos que transitar. No podemos hacer cambios de un giro enorme, porque no podemos, quebraríamos como país. Debemos transitar a esa economía verde, demostrar con hechos y a decir que quien invierta en esto, además de ayudar a generar buenos empleos y erradicar la pobreza extrema, hará lo correcto porque es buen negocio hacer negocios verdes”, asegura la senadora del PAN, Silvia Guadalupe Garza Galván, presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático de la Cámara Alta.
Garza Galván aseguró que dentro de la reforma energética el PAN presentará una iniciativa para la creación de una “Ley de transición energética” que especifique metas puntuales y plazos específicos para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones planteados por el gobierno mexicano en el Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018.
Mientras los legisladores de los países desarrollados hacen un llamado a crear marcos regulatorios que garanticen una mayor eficiencia en el aprovechamiento de la energía y los recursos naturales, muchos representantes de países en vías de desarrollo aún pelean por incluir el tema ambiental dentro de la política pública de sus naciones.
El desencanto se hizo presente. Representantes de las delegaciones de Kenia, Bangladesh, Congo, Perú y Cabo Verde expresaron que es poco probable que el uso de combustibles fósiles se reduzca, por lo que pidieron saber cuál será el panorama que deberán enfrentar de continuar esta situación.
Algunos legisladores como el británico John Prescott, presidente del Consejo de Europa y el Comité de Cambio Climático, consideraban urgente presionar a los gobiernos para conseguir resultados concretos, aquellos que no han terminado de consolidarse desde aquella lejana cumbre de Río de Janeiro celebrada en 1992.
“Legisladores del mundo únanse, no podemos perder nada, nada más que gobiernos inadecuados e inútiles”, señalaba el legislador.
Y mientras las emisiones de carbono en la atmósfera seguían calentando la temperatura promedio del planeta, las horas se hacían largas en San Lázaro, el lugar donde los legisladores del mundo hacía un llamado a apretar el paso en una carrera contra reloj, donde el futuro de la humanidad está de por medio.