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MÉXICO, DF, 28 de diciembre de 2014.- Silvina Bolaños es una de las 6 mil 500 inversionistas que metió su dinero en FICREA, Sociedad Financiera Popular, y ahora teme perder su patrimonio, luego de que la empresa fue declarada en quiebra por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) el 19 de diciembre.
Preocupada por la posibilidad de perder sus ahorros, ya que se encuentra desempleada y con el pendiente de que su mamá se enferme, ya que sufre de hipertensión. Bolaños forma parte también de los manifestantes que han acudido a la Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) para pedir explicaciones por la quiebra de la empresa, que operó con permisos durante cinco años.
Entrevistada por Quadratín México durante su participación en la marcha del 23 de diciembre en la que un contingente de alrededor de 300 afectados de FICREA intentó llegar a la Secretaría de Gobernación para exponer su problemática, dice que sí invirtió en la Sociedad Financiera fue porque ésta contaba con permisos para operar e incluso se le había auditado 15 veces.
Pero el viernes 19 de diciembre la CNBV decidió disolver a FICREA, al detectar operaciones fraudulentas, triangulación de recursos y presunto lavado de dinero. La comisión a través de su presidente Jaime González Aguadé detecto que había triangulación de recursos por medio de las empresas Leadman Trade, Baus Jackman Leasing y Monka Comercial.
Fue el mismo día que clientes de FICREA, preocupados y contactados entre ellos vía whatsapp, y al carecer de garantías de que les será devuelto el 100 por ciento de sus ahorros decidieron acudir a la Condusef, rompieron algunos vidrios y llevaron mariachis para protestar por el cierre de la sociedad financiera.
“Somos como una basurilla para ellos [las autoridades], les importamos un pepinillo”, se queja.
El 17 de diciembre también los empleados de FICREA recibieron la noticia de que ya no trabajarían ahí, fueron desalojados e incluso desde el 15 de diciembre ya estaba dados de baja del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), indica por separado una empleada que acompaña a los clientes en sus marchas y que prefiere omitir su nombre, porque espera ser liquidada conforme a la ley.
“Nos deben comisiones y no sabemos si nos van a pagar o a liquidar”, expresa.
La historia de Silvina Bolaños y la empleada no son las únicas. Otra afectada es Elena Kuri, quien dice ser empresaria. Explica que invirtió en FICREA porque le permitía tener efectivo diario, lo que le permitía atender compromisos con proveedores y con empleados. Pero con el cierre abrupto de FICREA ahora enfrenta problemas para encarar sus compromisos.
“FICREA era productiva, estuve ahorrando tres o cuatro años con ellos”. Como Bolaños, Kuri observa que el anuncio de la quiebra de FICREA se dio de manera repentina, y con ello la incertidumbre por la posible desaparición de 2 mil 700 millones de pesos.
“Era una empresa lucrativa y a quienes trabajaban ahí les daban BMW”, recuerda.
El denominador común de las historias de Bolaños, de la trabajadora y de Elvira Kuri es que las tres temen que FICREA ya no les pague.
“Nos da miedo que sea otro fraude como el de la financiera El Arbolito, en Chihuahua, donde las autoridades no hicieron nada”, dice Kuri y advierte que no aceptarán un pago parcial.
Por ello se han organizado a través de redes sociales para salir a las calles a protestar, pedir las renuncias de los titulares de las comisiones Nacional Bancaria y de Valores, y de la Condusef, Jaime González Aguadé y Mario Di Constanzo.
Celebran que tengan un aliado en el senador perredista Mario Delgado, quien les prometió llamar a comparecer antes del 6 de enero de 2015 a González Aguadé.
“Es maravilloso que alguien sea empático. Con el gobierno del PRI retrocedimos como 20 años, hay muertos, desparecidos, nos roban, qué pasa”, indica Silvina.
Las tres lamentan que a causa de la quiebra, tres personas de la tercera edad que tenían sus ahorros con la empresa, hayan perdido la vida.