Buscan más de 10 mil personas cargos en el Poder Judicial, revela Noroña
MÉXICO, DF, 6 de junio de 2014.- Carlos Alberto Rosales Mendoza, fundador del cártel La Familia Michoacana, quedó en libertad luego de permanecer diez años recluido en el Cereso de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, por los delitos de acopio de armas de fuego, delincuencia organizada, contra la salud, operaciones con recursos de procedencia ilícita y cohecho.
El nativo de La Unión, Guerrero, fue atrapado en octubre de 2004 en Morelia, Michoacán, y logró la excarcelación una vez de que el Poder Judicial de la Federación le concedió la libertad con algunas reservas de ley.
Quadratín México conoció que el hombre apodado El Tísico y/o Carlitos, de 51 años de edad, abandonó Puente Grande el pasado 22 de mayo, a cinco meses de cumplirse una década de su captura a manos de un pelotón del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) de la Secretaría de la Defensa Nacioal.
Según la Procuraduría General de la República, Carlos Alberto Rosales Mendoza se inició en el crimen organizado, en su modalidad de narcotráfico, en los años 80, y en diferentes épocas formó parte del Cártel del Milenio, Cártel del Golfo, Los Zetas, La Empresa y La Familia Michoacana.
A principios de 2000, El Tísico lideró un comando que a sangre y fuego tomó por asalto el penal de Apatzingán para liberar a 19 reos de alta peligrosidad, vinculados con el Cártel del Golfo que jefaturaba Osiel Cárdenas, con quien se alió tras de romper con el Cártel del Milenio que encabezaba Armando Valencia.
Posteriormente se desmarcó de Osiel Cárdenas y creó La Empresa, que a su vez dio vida en 2003 a La Familia Michoacana, la cual fundó en compañía de Nazario Moreno González, El Chayo, abatido este año en Tierra Caliente, Michoacán, y de José de Jesús Méndez Vargas, El Chango, preso también en el penal de Puente Grande.
Y La Familia Michoacana, por su parte, devino en Los Caballeros Templarios en 2011, y es hoy, bajo el mando de Servando Gómez Martínez, La Tuta, el principal objetivo de las fuerzas federales acontonadas en Michoacán desde enero del año en curso.
En marzo de 2010, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, amparado en la llamada Ley Kingpin, tomó en definitiva todos los bienes inmuebles y cuentas bancarias que tenía Carlitos en ese país, pero ya no lo reclamó en extradición.