
Impulsa MC lactarios en administración pública y órganos desconcentrados
MÉXICO, DF, 7 de octubre de 2015.- Cerca de 30 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad de la región de América Latina y el Caribe, no estudian ni tienen un empleo remunerado, reveló el estudio Panorama Social de América Latina 2014, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Existe una preocupación creciente por las y los jóvenes de la región que están quedando al margen de dos instituciones fundamentales para la inclusión social: la educación y el empleo, alerta el organismo internacional al realizar su segunda reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, siendo la ciudad de México sede del encuentro del 6 al 9 de octubre.
La CEPAL llama a superar el estigma creado en torno a la mal denominada “generación nini” pues se ocultan condiciones y se simplifica la comprensión de la diversidad de situaciones de ocupación de estas personas.
De ese total que representa un 22 por ciento del total poblacional en la citada región, indica que 70 por ciento son mujeres de sectores predominantemente urbanos; 55 por ciento se dedica al trabajo doméstico y de ciudadanos no remunerado; 25 por ciento está cesante o busca trabajo remunerado por primera vez.
Además, el 15 por ciento está inactivo sin una razón clara detrás; se trata de “núcleo duro de la exclusión”: jóvenes de menor edad e ingresos; en otro dato relevante, el cinco por ciento presenta alguna discapacidad, según datos de 2011.
En sus recomendaciones, la CEPAL pide desarrollar estrategias desde los propios sistema educativos para mejorar la inclusión de estos jóvenes, implemente iniciativas de formación más flexibles, que respeten las dinámicas económicas y familiares de las y los jóvenes y que incluyan a las personas con discapacidad.
Estrechar los vínculos entre educación y mercado laboral, y contar con políticas que aborden las exigencias en materia de cuidado y de labores domésticas con una perspectiva de género, así como ampliar los enfoques de los formatos educativos interculturales para incorporar las experiencias de los pueblos y sus historias, conocimientos, técnicas y medios de transmisión.
En seis de nueve países con datos disponibles hasta 2011, el porcentaje de jóvenes afrodescendientes que no estudian ni trabajan es superior al promedio de este segmento erario; de estos censos recientes muestran que las áreas más desfavorecidas en términos educativos suelen coincidir con los territorios indígenas.