Constancia de mayoría representa lucha de generaciones enteras: Brugada
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de febrero de 2016.- En punto de las 19:24 horas el avión papal tocó tierra mexicana. En el Hangar Presidencial los gritos, los aplausos, el agitar de pañuelos amarillos entregados a los cinco mil invitados especiales, ubicados en gradas provisionales.
Tres minutos después se acercó la escalera a la puerta de la aeronave de Alitalia, a cuyo pie ya esperaban el presidente Enrique Peña Nieto, su esposa, Angélica Rivera y el nuncio Christophe Pierre. Y a las 19:31 apareció la figura del Papa Francisco, todo de blanco, quien inició el descenso.
A las 19:32, él pisó tierra mexicana. Saludó de mano a la señora Angélica y después al presidente Peña Nieto, quienes lo flanquearon y caminaron sobre la alfombra roja acompañado de los acordes del ‘Cielito Lindo’, entonado por un mariachi de oro y negro.
A medio camino, cuatro niños vestidos con trajes típicos de Oaxaca, Puebla, Veracruz y Jalisco se encontraron con el Papa e intercambiaron regalos. El Papa Francisco les dijo palabras y los bendijo, al igual que un cofre de madera que contenía tierra mexicana.
Posteriormente, las luces en las tribunas, provenientes de celulares y la canción dedicada al Papa, quien dialogaba con la pareja presidencial y sonreía, no dejaba de hacerlo y al final aplaudió. Peña Nieto le explicaba algo. El Papa preguntaba y asentía.
Y de nueva cuenta el sonido del mariachi, el Son de la Negra, y los bailables. Más aplausos. Y el Papa y la pareja presidencial, al final de la canción siguieron caminando sobre la alfombra roja.
Francisco seguía sonriendo, saludaba con la mano derecha a la gente. Un grupo de unos veinte niños se le acercó y los atendió sin dejar de lado la sonrisa. Y se salieron del protocolo varios artistas que entonaron la canción de bienvenida se acercaron: entre ellos, Pedro Fernández, Las integrantes de Pandora, Christian Castro…
A todos atendió este hombre de casi 80 años, quien nunca dejó de regalar sonrisas y al reanudar el camino, el solideo blanco que cubría su cabeza voló y un agente de seguridad se lo devolvió. Ya no se lo puso lo mantuvo en una de sus manos. Continuó su marcha y se separó de la alfombra.
Con la mano derecha en alto, acompañado siempre por Peña Nieto y Angélica, el Papa Francisco continuó su andar, ya bien saludándolos con un agitar de mano o mostrado el pulgar derecho, Se acercó a los mariachis y se colocó brevemente un sombrero de charro, el cual se lo devolvió a su dueño, previa bendición.
Después de bendecir el sombrero retomó el camino por la alfombra roja, flanqueado por la pareja presidencial. Se volvió a poner el solideo.
Luego, a eso de las 19:51, los tres iniciaron la salutación de parte de la jerarquía católica que hizo una larga fila para estrecharles la mano, para luego dar paso a los saludos de la hilera conformada por el gabinete legal y ampliado.