Cerramos la etapa del institucionalismo neoliberal, considera Monreal
MÉXICO, DF, 15 de diciembre de 2014.- Al recibir la Medalla Belisario Domínguez, el escritor y periodista Eraclio Zepeda, resaltó que en medio de la crisis que padece el país los delincuentes se han repartido el país y cuando entran en contradicción la guerra, la crueldad se acrecienta y lacera las comunidades.
“La falta de solidez y legales en la actuación del Poder Ejecutivo de algunos estados, ha desembocado en la corrupción de las policías locales y su cooptación por parte de la delincuencia organizada, esto ha provocado una estela de crímenes y asesinatos”, aseveró el recipiendario de la presea legislativa.
En su crítica, aseveró que aunque las fuerzas armadas: la Secretaría de la Defensa Nacional, y la Secretaría de Marina, honrosamente han ocupado los puestos de combate, quien debería ejercer la labor de seguridad pública son las policías Federal y Estatales.
“Se ha desatado una crisis social que la sociedad rechaza y padece. Las manifestaciones de protesta han ido creciendo en violencia”,
Sin dejar pasar la oportunidad durante su exposición en la máxima tribuna de la nación, recordó que es dolorosa e inaceptable la desaparición de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, aunque destacó que es de reconocerse que el gobierno ha desplegado una enorme fuerza de búsqueda y de investigación, sin límite de esfuerzos de todo tipo, por lo que condenó los sucesos violentos que se han dado en el marco de las manifestaciones para exigir la presentación con vida de los muchachos.
“Por grande que sea el dolor, el crimen no se combate con más crimen. La arbitrariedad, la violencia, la destrucción de instituciones y propiedades de particulares y el acoso de los trabajadores y la ley, al grado de poner en peligro su propia integridad, es inaceptable”, subrayó.
Así fue que con más de dos meses de retraso y en el último día de sesiones del Periodo Ordinario, finalmente se llevó a cabo la sesión solemne de este lunes con motivo de la entrega de la Medalla Belisario Domínguez, en su edición 2014, que en esta edición fue otorgada al poeta, escritor y periodista chiapaneco Eraclio Zepeda.
El retraso en la entrega de la presea respondió a falta de acuerdos políticos entre los que se pretendió entregarse a Ifigenia Martínez, economista y diplomática; sin embargo el pasado 9 de diciembre se confirmó que el periodista sería el galardonado como un reconocimiento a su sobresaliente contribución a la literatura mexicana, a la defensa de los derechos de las comunidades indígenas y al desarrollo social de nuestro país.
En el marco de la lectura de su semblanza y un fragmento de una de los cuentos del galardonado titulado Don Chico que vuela, el senador perredista Zoé Robledo en una analogía resaltó que como el personaje que fue impedido a volar por el sobre peso de encargos, México varias veces ha querido levantarse, ha querido volar, pero justamente ha habido mucho sobre peso como las instituciones extractivas que han arraigado un estado permanente de desigualdades totales, desigualdad en la concentración de la riqueza, desigualdad en la distribución del ingreso, desigualdad ante la ley, desigualdad en la calidad de los servicios, desigualdad en el ejercicio de los derechos políticos.
“Pero otro de esos encarguitos ante los ojos de la sociedad, uno muy pesado, es nuestra clase política, que, como las sandías y los quesos en la historia de Laco, no nos ha permitido emprender un vuelo histórico digno de nuestra Nación”, acotó el senador.
Ante este panorama llamó a emprender una democracia realmente participativa y ciudadana como el mayor contrapeso al abuso de poder asumiendo tres compromisos: Declaración Patrimonial en versión pública, declaración de impuestos de los últimos cinco años y declaración de intereses.
“Ojalá que Laco siga escribiendo y ojalá en el futuro pueda él contarnos que don Chico voló y que México fue mucho pueblo para la derrota”, concluyó.
La Medalla de Honor se entregó ante el presidente Enrique Peña Nieto, el presidente de la Suprema Corte, Juan Silva Meza, y el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, en la vieja casona de Xicoténcatl, antigua sede del Senado, donde el senador Belisario Domínguez pronunció su proclama en contra del dictador Victoriano Huerta y quien fue asesinado el 7 de octubre de 1913.