![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/Claudia-Sheinbaum-Veracruz-107x70.jpeg)
Promete Sheinbaum rescatar la petroquímica en México
MEXICO, 9 de noviembre de 2014.- La marcha de solidaridad con los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, realizada este 8 de noviembre en la ciudad de México, inició de manera pacífica en Paseo de la Reforma y terminó con el intento de derrumbar y quemar la puerta principal de Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo Federal, por parte de un grupo de jóvenes.
Los intentos por derrumbar la puerta iniciaron poco antes de las 22:00 horas. Los rijosos derribaron las vallas metálicas que rodeaban al recinto, y las usaron algunas de ellas para golpear la puerta principal, mientras los oficiales de guardia se retiraban discretamente.
Después, un hombre descamisado pintó en la puerta “Vivos los queremos”, mientras otros celebraban y otros le pedían que se bajara. “Ni sirve de nada”, le reclamaban. Después de eso continuaron los intentos por tirar la puerta de madera, lo que algunas voces criticaron con gritos de “Camaradas, no es el momento”.
Otros hombres, algunos de ellos vestidos de rojo hicieron pintas en las paredes externas del Palacio Nacional, donde se leía “Estado asesino”, unos más lanzaban latas de aerosol a la puerta, y otros de plano aventaron una valla, y personas que estaban más atrás seguían con sus gritos de: “asesino, asesino”.
La tensión aumentaba, porque los gritos de quienes se oponían al violento intento de tirar la puerta aumentaron. Pero no eran escuchados, y fue a las 22:20 cuando una mano desconocida arrojó una bomba molotov a la puerta y una llama se elevó. Algunos manifestantes se replegaron, la plancha del Zócalo, hasta ese momento casi llena, comenzó a vaciarse.
Después se escucharon más estallidos, se observaron más llamas acompañadas de humo, el griterío de “asesino, asesino”, no cesaba y de pronto, a las 22:50 quienes rodeaban la puerta se apartaron. Los violentos hicieron un boquete en la parte inferior derecha de la puerta. Entonces alguien arrojó por el boquete algo que provocó fuego, el cual fue apagado desde el interior.
En menos de dos minutos una voz femenina gritó “Granaderos” y se hizo la corredera para todos lados. Quienes permanecían en la plancha del Zócalo la vaciaron en otros dos minutos. Algunos se dirigieron a Pino Suárez, otros se enfilaron a 20 de noviembre, unos más corrieron a 16 de septiembre o a 5 de Mayo. Algunos de los que optaron por tomar Madero se llevaron a rastras algunas de las vallas, como si se tratara de un recuerdo.
En tanto los granaderos del Estado Mayor Presidencial protegieron la puerta y levantaron las vallas, cuyo sonido fue estruendoso.
Después comenzaría a surgir información sobre detenciones de personas, en restaurantes del centro, en las calles, e incluso en las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) se vieron camionetas tipo panel con personas detenidos.
Era pacífica
La marcha por los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre y de la cual se responsabiliza al ex alcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca, inició a las 20:30 horas, tuvo un desarrollo pacífico a lo largo de su paso por Reforma, Avenida Juárez, 5 de mayo y su entrada al Zócalo, a las 21:36.
Participaron personas de todas las edades. Se veía a niños con cartulinas que parecían trabajos escolares, pero que en lugar de contener fórmulas o proyectos educativos, tenían escrito palabras como “Ayotzinapa” o “Justicia”.
Como en otras marchas, se hizo pase de lista numérico, o por nombres, algunos llevaban fotos, otros portaban mantas, unos más acudieron con veladoras. En la vanguardia no se vio a ningún policía cerca y los que iban cubiertos de su cara no causaron desmanes. Era una marcha sin incidentes, iniciada en la noche de un sábado frío, que no parecía pesar en el ánimo de nadie.
La vanguardia fue encabezada por una camioneta pickup blanca, con un logo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que no dejó de arengar a los asistentes, y cuando entró al Zócalo se dirigió a unos pasos de la entrada del Palacio Nacional, mientras los asistentes se pusieron frente a las dos secciones de vallas metálicas que rodeaban la construcción.
Continuó con sus arengas de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” y el pase de lista del 1 al 43. Pero el revuelo comenzó con los gritos de “Fuera Peña. Fuera Peña”, y unos cinco jóvenes se saltaron las vallas. Otros comenzaron a moverlas. Otra consigna comenzó, la de “asesinos, asesinos” y más hombres, algunas mujeres también se saltaban, otros sólo las movían para estar más cerca de la puerta Mariana.
El siguiente sonido fue el metal de las vallas al caer, y fue cuando comenzó el intento de tumbar la puerta de la sede del Poder Ejecutivo.