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MÉXICO, DF, 25 de junio de 2014.- Desde finales de mayo a la fecha, a esta población fronteriza han llegado oleadas de niños no acompañados y madres con hijos, en números tan altos que han provocado una crisis humanitaria que tomó por sorpresa a la ciudad de McAllen, Texas, destaca un reportaje que publica el diario estadounidense La Opinión de Los Ángeles la mañana de este miércoles.
McAllen, a cuatro millas de la frontera entre México y Estados Unidos, ha sido identificada como el epicentro de la «crisis humanitaria» generada por la «ola de niños migrantes» que llegan solos a la frontera, problema que ha atraído tanto la atención nacional como internacional, destaca.
En los centros de detención de inmigrantes en esta zona se ha rebasado el tope del cupo, obligando al traslado de menores fuera del estado y a liberar a familias con parientes directos en Estados Unidos.
Por el Valle del Río Grande cruzaron 24 mil 493 menores sin compañía durante el año fiscal 2013 y creció a 47 mil 017 del 1 de octubre a mayo del 2014. Las proyecciones calculan que podría llegarse a 90 mil al cierre del año, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
«Es como un tsunami de niños migrantes», describe Martha Sánchez, coordinadora comunitaria de la organización La Unión del Pueblo Entero (LUPE).
El senador estatal Juan «Chuy» Hinojosa, D-McAllen, pidió la semana pasada al gobernador de Texas, Rick Perry que declare un estado de emergencia en esta zona fronteriza. Esa designación permitiría al estado a acceder a $33.7 millones en fondos de emergencia para responder a la situación y reembolsar gastos a los gobiernos locales.
El alcalde de McAllen, Jim Darling, se rehúsa a declarar a esta ciudad en estado de emergencia. Sin embargo el lunes declaró que en la estación de Greyhound los autobuses están llenos.
«Si declaramos un estado de emergencia haremos esa noticia -que estamos declarando un estado de emergencia en McAllen», algo que dañaría aún más a la ciudad, declaró el alcalde, reconociendo que su gobierno ha invertido $15 mil en una semana para asistir a los inmigrantes.
Unas 500 personas han tenido que pasar la noche en esta ciudad una vez liberadas en los últimos días porque los autobuses para llevarlos a su destino final en otras áreas de Estados Unidos, no se dan abasto.
La ciudad está tratando de abrir refugios para ofrecerles un lugar donde pernoctar y los voluntarios no descansan tratando de proveerles alimentos y ropa a los inmigrantes.
«La llegada de menores es descomunal. Son demasiados niños y resulta indignante que arriesguen sus vidas», afirma la vicecónsul de Honduras en McAllen, Lilian Gómez, quien intenta localizar a 500 niños hondureños reportados y a diario suma a su búsqueda a entre 30 y 50 más.
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