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MÉXICO, DF, 21 de octubre de 2015.- Miguel Ángel Espinosa Calvo, joven mexicano de 29 años, juega un papel importante en la preparación de la participación del Ministro y los Vice Ministros de Finanzas de Alemania para las reuniones de estos Grupos o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde unos meses se convirtió en el primer mexicano en trabajar en el prestigioso Ministerio Federal de Finanzas de Alemania, en el departamento que lleva temas de gobernanza económica global, en la gestión de la crisis económica en la Unión Europa, y que justo en este 2015 juega un papel fundamental en la presidencia alemana del Grupo de los Siete (G7), lo que conlleva no sólo a definir prioridades, sino también coordinar las actividades de los otros seis países que lo integran.
Espinosa Calvo nació en la ciudad de México y en 2014 llegó a Berlín para estudiar una maestría en Políticas Públicas en la Hertie School of Governance de la capital alemana, institución prestigiada donde estudian jóvenes de países en desarrollo en un segmento específico de la administración pública, con becas del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) y el respaldo del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores.
El destacado mexicano eligió esa universidad por su enfoque estudiantil a lo práctico, orientada a la investigación, con un perfil de estudiantes con experiencia internacional que hablan tres o cuatro idiomas, y concentrados a buscar soluciones prácticas con las herramientas que ya existen a problemas de la administración pública, pero también sector privado y organizaciones no gubernamentales.
En una entrevista realizada por el Centro Alemán de Información, desde su oficina en el Ministerio Federal de Finanzas alemán, Miguel Ángel Espinosa, expuso su filia por el país europeo. Su interés empezó desde la escuela secundaria, en las clases de historia, cuando llamó su atención el tema de los roles de poder de las potencias internacionales y los episodios de guerra.
Específicamente el caso de Alemania, siempre destruida y después reconstruida tras las guerras del siglo XIX, la primera y segunda guerra mundiales; sin embargo, la Alemania de hoy en con su rol preponderante a nivel europeo y mundial.
“Tuve oportunidad de hacer un intercambio por dos semestres en la Universidad de Colonia en 2006 y eso confirmó mi gusto por este país. Mi familia no tiene una relación con Alemania, tampoco estudié en el colegio alemán. Creo que todo nació a partir de mis libros de historia”, expone el connacional al Centro Alemán de Información.
Estudió Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y en su último año de la universidad, trabajó en la administración pública. Primero en un banco de desarrollo para el sector agrícola, en el área de Comunicación Social, posteriormente en el área de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Ahí donde se acercó a los temas que había estudiado durante la licenciatura de Economía Política Internacional, así como en foros internacionales, los bancos multilaterales de desarrollo y el Grupo de los 20.
A través de un programa que ofrece Hertie School of Governance llamado Professional Year, el internacionalista vinculó sus estudios con su trabajo en el Ministerio de Finanzas; al terminar el primer año, los estudiantes tienen la oportunidad de hacer prácticas profesionales por seis semanas u obtener una contratación de tiempo completo entre nueve y 15 meses.
“Debe ser un contrato formal, y la escuela ha creado asociaciones con diferentes ministerios. Así que eso me dio más posibilidades de entrar a trabajar aquí, que si hubiera simplemente enviado mi postulación a través del sitio web del Ministerio. La escuela sí fue un factor principal para entrar al Ministerio”, detalla el itamita.
Al definir su identidad, Miguel Ángel Espinosa cuenta que fue un punto de inflexión ponerse el sombrero de Alemania, pues significa también creerlo, interiorizarlo, para poder proyectarlo al representar al Ministerio Federal germano.
“Ahora conozco más los procesos locales, lo que me permite ahora hablar con mayor seguridad de lo que hace Alemania sin ser yo alemán. E independientemente de mi nacionalidad, estoy haciendo mi trabajo para Alemania”, dice con certeza.
“He tenido que leer mucho, conocer cuáles son los temas que le causan preocupación a Alemania porque me queda claro que éste es un país que en inglés se le llama agenda setter, que impone agenda. México tiene liderazgo en otros asuntos, pero Alemania tiene en materia económico-financiera una capacidad muy clara. Así que hay que conocerlo bien, para asumirlo y proyectarlo como colaborador del Ministerio”, precisa sobre los desafíos que enfrenta.
Al identificar áreas de su curva de aprendizaje en el Ministerio, Espinosa Calvo revela que en primero es la cuestión profesional: qué tantos contenidos técnicos ya sabía, o está aprendiendo. La segunda es la intercultural. Y la tercera, el idioma.
A su familia le da mucho orgullo y siempre procura mantener los pies en la tierra. “Aunque es un trabajo con muchos retos más, pero un trabajo como cualquier otro”, comenta.
Si bien cuenta con certificado de alemán C1, ha tenido que seguir mejorando el lenguaje, para explicar el efecto de la política de flexiblización cuantitativa europea (Quantitative Easing) en la tasa de inflación, es un vocabulario técnico.
Miguel Ángel coordinó la presidencia mexicana del Grupo de los 20, en cuanto a contenidos, cuanto estuvo en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en 2012; en Los Cabos la cumbre de líderes; también en la organización de la Asamblea del Fondo para el Medioambiente Mundial, con más de 140 países participantes.
El mexicano ahora tiene la oportunidad de encuentros con el doctor Wolfgang Schäuble, el ministro de Finanzas alemán, uno de los actores políticos más importantes del país. En el mediano plazo buscará seguir desarrollándose en Alemania, al que considera un país lleno de oportunidades y aprendizajes para latinoamericanos, o trabajar en algún organismo financiero internacional.
“Nada en el mundo es gratis, todo requiere esfuerzo, y en la medida en que uno hace esos esfuerzos de manera constante, será la medida en que podrá recoger los frutos de esas tareas”, afirma con base en su vivencia.
Reconoce que trabajar para una potencia mundial no es algo fácil, pues hay que romper con muchos de los paradigmas y estar abiertos a aprender nuevas formas de interacción. Pero recomienda no renunciar a los sueños, “porque las mejores cosas son las que cuestan más trabajo o tardan más en llegar. Persistiendo, llegan.”