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MÉXICO, DF, 6 de octubre de 2014.- “México es una tumba clandestina, porque todo lo enturbian y no hay claridez en la justicia mexicana”, dijo al diario La Jornada el sacerdote y activista de los derechos humanos Alejandro Solalinde Guerra.
En entrevista, el defensor de los derechos de los migrantes advierte que “han vuelto los malos tiempos al Estado mexicano”, al hacer alusión a las matanzas del 68, del jueves de Corpus Christi (10 de junio de 1971), de Aguas Blancas, Acteal y Tlatlaya.
El también director de la Casa del Migrante en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, pidió la “cabeza del gobernador de Guerrero”, Ángel Aguirre Rivero, quien –dijo– “por dignidad debe renunciar y liberar a los presos políticos que él mismo encarceló”.
También responsabilizó al Presidente Enrique Peña Nieto de la violencia registrada en el país, y le demandó que asuma su responsabilidad como titular del Ejecutivo Federal en torno a los hechos de Ayotzinapa, Guerrero, y Tlatlaya, en el Estado de México, los cuales “no son aislados”.
Solalinde Guerra precisó que el Estado mexicano se ha convertido en represor y perseguidor de los defensores sociales, activistas de derechos humanos, jóvenes estudiantes y periodistas.
“No queda más que defendernos con nuestros propios medios de un Estado asesino”, advirtió.
El sacerdote consideró que la sociedad civil está llegando a su límite y esto podría desencadenar una nueva revolución en México.
Finalmente, adelantó que en los próximos días participará en una reunión de “emergencia” para abordar los hechos de violencia en el país, pero no detalló fecha, lugar, hora, ni participantes para garantizar la seguridad de los asistentes.