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Pachuca, Hgo., a 26 de agosto de 2014.- Ser la empresa más productiva, el más capacitado, tener el mejor teléfono inteligente o el automóvil más seguro, son todas expresiones del nuevo salvajismo que invade a las sociedades actuales, afirmó el escritor capitalino, Diego José, durante su participación en la FUL 2014, donde presentó la versión actualizada de su libro Nuevos Salvajismos: la perversión civilizada. Conjunto de ensayos sobre problemáticas y fenómenos culturales, indica un comunicado.
“Los nuevos salvajismos, es un juego de palabras que se refiere a ciertos comportamientos de la sociedad contemporánea, que deben analizarse desde una nueva perspectiva antropológica. Es tratar de entender esas formas del pensamiento que es salvaje, aludiendo a lo que mueve e impulsa a las sociedades, las nuevas necesidades”, apunta el docente.
También explicó que así como las culturas, consideradas primitivas por el pensamiento occidental, atendían a las necesidades básicas de alimentarse y comer, las nuevas sociedades se la pasan construyendo necesidades diarias, construyendo modelos que marcan la pauta de lo que es “correcto o deseable”.
Acompañado por los también escritores Julio Romano y Alfonso Macedo, Diego José precisó que las sociedades modernas buscan instaurar o crear temores y expectativas que derivan en grandes dividendos económicos para las grandes empresas, produciendo sociedades enfermas de paranoia y ansiedad, mismas que son alimentadas constantemente por los mensajes transmitidos a través de los medios de comunicación y las redes sociales.
En este sentido, explicó que la necesidad de tener seguridad es totalmente opuesta al ideal de las sociedades actuales de ser libres, “ahora buscamos una casa, un automóvil, una escuela, una vida cada vez más segura pero perseguimos la idea de la libertad, cuando si buscas la absoluta seguridad lo primero que pierdes es la libertad y viceversa”, señaló.
La nueva edición sellada por Universidad La Salle Hidalgo, evalúa las repercusiones del control que ejercen las redes sociales sobre la vida de sus usuarios y la soledad registrada en las sociedades actuales; así mismo, celebra la visualización de George Orwell y Ray Bradbury para describir en una etapa muy temprana el control y presión que se ejercería a través de los medios de comunicación, con Estados paternalistas, que en total sarcasmo “todo hacen por el bien de sus habitantes”.
En este contexto, también criticó los modelos educativos basados en competencias, pues ellos recurren a un esquema empresarial, enfocado a desarrollar capacidades técnicas y advierte que se está encaminando a la escuela a convertirse en mera capacitadora de obreros, técnicos, profesionistas, estratificando la educación, haciéndola excluyente y quitándole a la educación su potencial subversivo.