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CUERNAVACA, Mor., 21 de agosto de 2014.- Desde hace varios años, el estado de Morelos ha sido elegido por peligrosos delincuentes y principalmente grandes capos o narcotraficantes de distintos cárteles para radicar y controlar desde la comodidad de una lujosa mansión sus operaciones para la distribución de la droga, por lo que a muchos, al igual que como le sucedió al extinto Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de Jefes, el Gobierno Federal les ha decomisado residencias en las que, incluso, se han encontrado joyas y dinero en efectivo.
Tal es el caso de Rafael Aguilar Guajardo, quien era uno de los principales líderes del cártel de Juárez durante 1985 y hasta 1993, cuando fue asesinado. Tenía una casa de 500 metros cuadrados sobre la calle de la Luz en la colonia Chapultepec, en Cuernavaca, en donde el capo llegó a tener hasta 20 leones, los menos feroces paseando libremente por toda la casa.
Dicha propiedad, a finales de los noventas, fue incautada por el Gobierno Federal, por lo que fue subastada. En la actualidad alberga una escuela.
En 1994, Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como El Señor de los Cielos, por transportar la droga por medio de avionetas decidió mudarse al Estado de Morelos, específicamente al municipio de Cuernavaca, en donde adquirió una lujosa y extensa residencia ubicada en la calle Río Amacuzac, esquina con Calzada de los Estrada, en la exclusiva zona de Vista Hermosa, desde donde realizaba las transacciones para comercializar la droga.
En el mismo año, nació una las bandas de secuestradores más temidas y sanguinarias de las que hasta la fecha se tiene conocimiento representada por el ex policía judicial Daniel Arizmendi López, alias El Mocha Orejas, según las mismas autoridades, fue el cerebro y operatividad para realizar más de 300 secuestros, muchos de los cuales logró cobrar cuantiosos rescates económicos con los cuales creció su poder para adquirir decenas de casas. Muchas de ellas les fueron decomisadas.
Una de sus casas hasta la fecha sigue siendo resguardada por autoridades estatales quienes afirman que en ocasiones, por las noches, aún se pueden escuchar los lamentos de las víctimas que ahí mantuvieron secuestradas. Se ubica en el fraccionamiento Provincias de Canadá, en Cuernavaca, en donde se pueden observar todavía sobre las paredes algunos cuadros decorativos de artistas desconocidos.
Hasta el 2004, José Esparragoza Moreno, alias El Azul, quien en la actualidad es considerado el capo más sigiloso, se asentó en Morelos, en la casa que también utilizó El Señor de los Cielos, en la colonia Vista Hermosa, a pesar que El Azul contaba con una hacienda en el municipio de Miacatlán donde se han tejido diversas leyendas en torno al narcotraficante.
Posteriormente, la lujosa mención de la colonia Vista Hermosa que los dos capos utilizaron para resguardarse y disfrutar su estación en Morelos, les fue decomisada por la Procuraduría General de la República (PGR). Actualmente, la residencia alberga oficinas de dicha dependencia.
El último líder de un cartel que se tiene registró en Morelos, es el mismo Arturo Beltrán Leyva, mejor conocido como El Barbas, El Jefe de Jefes, o El Botas Blancas, quien adquirió una casa en el fraccionamiento Los Limoneros en el poblado de Ahuatepec, igualmente en Cuernavaca, la cual se encuentra siendo subastada en este momento por más de 13 millones de pesos.
Además contaba con un departamento de lujo en el complejo Altitude, también en Cuernavaca, donde fue abatido por infantes de la Marina Armada de México en diciembre de 2009.
También, El Barbas tenía a personas de su confianza que contaban con importantes propiedades, como los hermanos José y Mario Alberto Pineda Villa, El Birrado y El MP, respectivamente, quienes tenían una residencia en la avenida Teopanzolco esquina con Reforma, de la colonia Vista Hermosa, la cual fue asegurada por varios meses por elementos de la Policía Federal, sin embargo, fue adquirida por particulares.
En la actualidad no se tiene registró de algún capo que radique en Morelos, sin embargo, la entidad continúa siendo pieza clave para los grupos delictivos para trasladar, distribuir y comercializar la droga a otros estado del país.