Ni más ni menos/Joel Hernández Santiago

Colima: ‘Del plato a la boca…’

Todavía unas horas antes se apuntaba a que la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmaría el resultado electoral de Colima el 7 de junio pasado. Es más, previo, el presunto gobernador electo priista, José Ignacio Peralta Sánchez, hacía cabildeo en México para presentar ‘su plan de gobierno’ entre secretarios de estado… Pero no, no y no…

Pero a las 4.45 de la madrugada del jueves 22 de octubre el Partido Acción Nacional (PAN) entregó una prueba definitoria: Es un video y el Diario de los Debates del Congreso de Colima sobre la comparecencia del secretario de Desarrollo Social, Rigoberto Salazar, quien el pasado lunes 20 había admitido la veracidad de un audio en el que pidió a una trabajadora apoyar con programas sociales al candidato del PRI-PVEM-Panal: Peralta Sánchez…

“El gobernador deja gobernador. Presidente deja presidente. ¿Jalas o no jalas?” decía ahí el funcionario.

Previo, magistrados que aprobaban el resultado electoral, argumentaban que no había un nexo causal de los agravios –denunciados- con la intervención del gobierno. Y se dijo que tanto la intervención de Salazar, como del procurador en la detención de brigadistas del PAN, ya habían sido denunciadas por el PAN, pero no existía certeza. Esta se hubiera obtenido con un peritaje de la Procuraduría General de la República (PGR) pero la dependencia no entregó nada.

En aplicación del artículo 59 de la Constitución del estado, que señala que el gobernador (en este caso Mario Anguiano) no pude por sí mismo o a través de terceros intervenir en las elecciones para que recaigan en determinada persona…  Por tanto, debido a la intervención del gobierno estatal, “no existe certeza respecto a que la voluntad ciudadana fue auténtica y libre para alcanzar el triunfo electoral revertido”: Mayoría de cuatro contra dos magistrados:

Así que se habrá un gobernador interino y se convocará a elecciones extraordinarias en la entidad. Por lo pronto, y de otro modo lo mismo: los candidatos del PAN, Jorge Luis Preciado, como del PRI-PVEM-Panal, Ignacio Peralta, serán los mismos en la nueva elección.

Pero ya están amañados los priistas colimenses mientras que los panistas siguen desgarrándose las vestiduras: es histórico:

El miércoles 29 de octubre de 2003 el TEPJF anuló la elección de gobernador con votación de cuatro magistrados a favor y dos en contra, por lo que se desconoció el triunfo del priista Gustavo Vázquez Montes.

Esto es: el Tribunal llegó a la conclusión, entonces, que el mandatario estatal Fernando Moreno Peña había violado la ley al intervenir en el proceso en favor del PRI.  Así que entonces, como ahora, se confirmó que el gobernador infringió el artículo 59 de la Constitución de Colima. Por entonces se enlistaron las irregularidades:

Declaraciones recurrentes en detrimento de los candidatos de oposición

Campaña de difusión de las acciones del gobierno antes y durante las elecciones.

Intervención del gobernador en los mítines de su partido

Detenciones por parte de las autoridades judiciales del estado sin justificación alguna el día de las elecciones.

Establecimiento de retenes de la Policía Judicial en todo el estado.

En ese 2003, el 6 de julio el priista había ganado el proceso con una diferencia de 14 mil votos sobre el candidato del PAN y por tanto se revocó la constancia de mayoría que le habían entregado las autoridades.

Esta vez, domingo 7 de junio de 2015 se dijo que Ignacio Peralta obtuvo 119,437 votos, contra 118,934 de Jorge Luis Preciado: la diferencia fue de 503 votos, que es el 0.17%. Y aun cuando la autoridad electoral entregó la constancia de mayoría, ésta deberá ser anulada luego de la resolución de este jueves 22 de octubre…

Dos veces lo mismo en doce años.

El problema sigue siendo que tanto partidos políticos como sus candidatos no terminan por entenderse en democracia y mucho menos entender que la democracia para serlo debe ser transparente, cierta, concreta e intachable en los resultados electorales…

Siguen jugando a la vieja historia del principio: la del chanchullo, la de la cargada, la del influyentismo, la del dedazo que se dice extinto aunque no, la de la corrupción política y, por supuesto, la de las complicidades en nombre de la democracia.

El PRI anunció que acatará la resolución del TEPJF, aunque no le gusta el fallo. El PAN desde el jueves mismo cantaba victoria, como si hubiera ganado las elecciones: Pero no… aún falta…

Falta que el Congreso local convoque a elecciones y que se proceda a fijar fecha y bajo la supervisión del Instituto Nacional Electoral.

Y aun así: se podrán llevar a cabo las nuevas elecciones, y quizá en esta ocasión sí se respete a las mayorías en democracia… Pero lo mañoso y cínico no se les va a quitar nunca a los que hoy se dicen partidos políticos ‘interlocutores de los ciudadanos’ y a sus candidatos que quieren el poder, aunque no tengan el poder.