La nueva naturaleza del episcopado mexicano
Ni la ‘O’ por lo redondo
Así que nuestros niños –muchos de ellos-, ni saben leer, ni saben comunicarse, ni saben matemáticas y mucho menos tienen asegurado ‘el futuro que se les tiene prometido’. Nada. Están mal y estamos mal, todos, en educación básica y secundaria…
¿Cómo se puede construir a un país si sus hombres –género- no saben leer o escribir? ¿Cómo si lo hacen mal o muy a medias? ¿Se está ante un fenómeno de incapacidades naturales de sus habitantes? ¿O es que –por el contrario- la estructura educativa de gobierno es mala y de muy mala calidad? ¿Quiénes intervienen en los procesos educativos? ¿Quién es el responsable de estos fracasos permanentes en resultados de capacidades o incapacidades?
Son muchos años en los que los gobiernos priístas o panistas o perredistas en la federación, estados y municipios, han prometido educación de calidad.
De forma permanente la retórica de gobierno –cualquier gobierno- dice que su prioridad son los niños y la educación de esos niños mexicanos… “Porque son el futuro de la patria” –y se engola la voz-. Si es así, entonces ¿Qué pasa con esa prioridad? ¿Es que deveras es una prioridad?
Pues ya: resulta que el viernes 6 de noviembre se conocieron los primeros resultados parciales del Pan Nacional para la Evaluación del Aprendizaje (Planea-SEP). En el informe que proporcionan se nos anuncia la tragedia generacional:
“Seis de cada 10 estudiantes del último año de la primaria escriben y comparan números naturales. Sin embargo, no resuelven problemas aritméticos con números naturales. 60% de los alumnos de sexto de primaria se encuentra en el Nivel I, el más bajo de aprendizaje, en matemáticas.
“Seis de cada 10 estudiantes del último año de la primaria “escriben y comparan números naturales. Sin embargo, no resuelven problemas aritméticos con números naturales. 18.9% de los alumnos del sexto grado está en el Nivel II, lo que significa que resuelven problemas aritméticos —que involucran sumas, restas, multiplicaciones y divisiones— con números naturales.
“Sólo 13.8% se encuentra en el Nivel III, que indica que, además de ser capaces de resolver problemas aritméticos, pueden resolver problemas de aplicación de perímetros, mientras que 6.8% alcanzó el nivel más alto, que significa que pueden solucionar problemas de aplicación de áreas, problemas que implican calcular promedios y comparar razones.
“Los resultados obtenidos en lenguaje y comunicación establecen que 49.5% de los alumnos de sexto de primaria está en el nivel más bajo y pueden seleccionar información sencilla que se encuentra explícitamente en textos descriptivos.
“33.2% de los estudiantes del sexto grado de primaria están en el Nivel II, por lo que comprenden la información contenida en textos expositivos y literarios, mientras que 14.6% realiza inferencias, como interpretar el sentido de una metáfora en una fábula.
“En Lenguaje y comunicación, sólo 2.6% de los alumnos evaluados alcanzó el nivel máximo, que significa que son capaces de comprender textos argumentativos, como artículos de opinión.”…
Y por ahí el asunto. No es todo el país. Hay excepciones que tampoco son para sentirse orgullosos, como es el caso de estados en los que las cifras fueron mejores, pero no excelentes: Yucatán, Quintana Roo, Puebla, Querétaro, Colima, Nuevo León, Tamaulipas.
En tanto que los peores son Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guerrero, Campeche y Tabasco. Oaxaca –claro, CNTE no fue evaluada—y otros de forma parcial…
Pero si bien las cifras obtenidas de una muestra de 248 mil alumnos (104 mil en primaria y 144 mil en secundaria) de 6,975 escuelas nos dibujan los altibajos educativos en el país; también nos expresan la tragedia de las desigualdades que hoy mismo se hacen más profundas, porque junto con el estado de pobreza de 54 millones de mexicanos -14 millones de los cuales no tienen para lo mínimo cotidiano-, se suma ahora la muy mala educación.
¿Cómo van a aprender lo fundamental estos niños si no conocen lo básico? Aprender para aprender es regla de vida, que no se cumple en la mayor parte de México. Y la retórica educativa y el gasto por la educación siguen: ¿hasta cuándo así?
El gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación Pública es responsable de esta situación. Lo son también las Secretarías de Educación estatales. Pero también, y muy particularmente, lo es el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que sustrajo para sí, en tono político, el predominio de la educación pública mexicana.
Y de ahí sus derivados, como la CNTE que ahora mismo es indiferente a esta problemática y cuyos líderes están más atentos a recuperarse de la pérdida de privilegios y ganancias sindicales que a la calidad educativa que urge para Oaxaca, por ejemplo.
Todo está mal ahí: Una reforma educativa más en tono laboral que de fortaleza del conocimiento; un gobierno débil para cubrir la demanda de buena calidad educativa. Sigue una reflexión social, pero sobre todo una reflexión de gobierno para que eche a andar el proceso de revolución educativa que urge, ya, en este país: una reforma laboral es mínima comparada con la necesidad educativa del país.