Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
El Papa incómodo
La canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu, fue a El Vaticano para ‘afinar los últimos detalles’ de la visita pastoral a México del Papa Francisco este mes. Allá se reunió con el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin y con el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, pero también para deslizar un mensaje…
Ahí, la funcionaria destacó que: “México y la Santa sede han desarrollado una relación respetuosa y constructiva, desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas en 1992 y reiteró el interés del gobierno mexicano para que esta visita permita fortalecer los vínculos de cooperación y poner en marcha acciones conjuntas en favor de las mejores causas de la humanidad”. Y subrayó los temas de su interés: el cambio climático, el desarme nuclear y el desarrollo sostenible.
En el entorno, Bergoglio pidió a los políticos que tengan cuidado con lo que dicen y cómo lo dicen para que eviten agitar las llamas de la desconfianza, el miedo y el odio: “se necesita, sin embargo, valentía para orientar a las personas hacia procesos de reconciliación…”
La visita del Papa Francisco a México está a punto de turrón. Muchos están contentos, pero no todos. Llegará a la ‘ciudad que dice que es chinampa en un lago escondido’ el 12 de febrero y estará en cinco estados hasta el 17 de ese mes, en cada uno con su significado propio, así que lo que haga y lo que diga tendrá al gobierno mexicano tronándose los dedos y al filo de la silla…
El Bergoglio es, para muchos, incomprensible porque a diferencia de Karol Józef Wojtyła –Juan Pablo II– y de su antecesor Joseph Aloisius Ratzinger –Benedicto XVI- no es la dulzura y la palabra suave y tierna lo que lo caracteriza: Sí su fuerza de carácter y su actitud a contracorriente…
De entrada, desde el 13 de marzo de 2013 comenzó por echarle ojo al Banco del Vaticano en donde la rapiña y los juegos sucios estaban a la vista de todos. Curas mañosos hacían la vista gorda: hoy ya no.
Luego, a lo largo de los días-semanas y meses, ha tocado temas que eran tabú para los curas católicos, como la homosexualidad, el aborto, la participación de las mujeres en temas de religión antes inconmovibles… Pero sobre todo, su sentido social está a la vista y este sentido social de Francisco no le gusta a muchos…
Hace tiempo dos periodistas, uno francés y uno italiano le preguntaron: “Ya se había hablado de un Papa Comunista; ahora se llega a hablar de un Papa que no es católico… ¿usted qué piensa?…
Francisco respondió con la anécdota de un cardenal al que una señora, muy católica y un poco rígida, le había preguntado si él era el anticristo o el antipapa porque no calzaba zapatos rojos… “Yo estoy seguro –dijo- de que no he dicho una cosa más que no hubiera estado en la doctrina social de la Iglesia. Ya me han dicho que yo le he tendido la mano a los movimientos populares y me preguntan: ¿Pero la iglesia lo va a seguir?… Y yo digo: soy yo el que sigue a la Iglesia” …
Su viaje a México se había postergado y no por falta de cariño, según se sabe. El Papa conoce la importancia de este país para el catolicismo latinoamericano y mundial; también conoce el impacto de su mensaje en el ánimo de muchos aquí y desde aquí para Centroamérica y Sudamérica; y sabe también que poco a poco el catolicismo, por malora en muchos casos, se está desmembrando en México.
Pero se había postergado el viaje porque Jorge Mario Bergoglio había advertido la situación de violencia y atentado a los derechos humanos en México: El abuso de autoridad y la confrontación que se propicia entre mexicanos. Lo de Ayotzinapa lo atrajo y en unos primeros intentos por venir a México no concretaron porque desde el gobierno mexicano ‘le sugirieron’ que no tocara el tema y no oficiara una misa en Guerrero…
A Bergoglio le llega mucha información de México. Sabe cómo están las cosas acá y por tanto decidió hacer un viaje en tono pastoral y no de Estado.
Así, en su viaje de seis días visitará 4 estados (Estado de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua) y el ahora Ciudad de México; oficiará 5 homilías, pronunciará un Ángelus y 7 discursos genéricos. Se reunirá con el presidente de México el 13 de febrero a las 9.30 a.m. en Palacio Nacional y tendrá una reunión privada, luego dirigirá un mensaje a la nación ante autoridades políticas… Visitará a presos, a niños con cáncer, a migrantes, a indígenas, a gente pobre y maltrecha…
Y es esto lo que hace cus-cus al gobierno mexicano federal, a las estrellas, estrellitas y asteroides de la política nacional y estatal porque independientemente de que funcione la diplomacia, no se olvide que no es visita de Estado –que le da un carácter diferente a lo que se haga y se diga–, sino que es ‘Pastoral’, como la han denominado en El Vaticano…
El gobierno mexicano tiene mucha cola que le pisen. Y de vuelta a las verdades, nada de lo que se ha dicho desde Roma es mentira: violencia, criminalidad, corrupción, abuso de los derechos humanos, maltrato en contra de migrantes, impunidad…
Y es que al gobierno mexicano no le duele que se le repita una y mil veces en México: no ve ni oye; pero sí le duele que un peso pesado de la política internacional le diga sus verdades, porque lo que diga Bergoglio repercutirá en el mundo católico que ciertamente es mayúsculo.
En todo caso el trago amargo para el gobierno de Enrique Peña Nieto durará tan sólo cuatro días; el trago amargo para los mexicanos durará todavía meses y años…