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Libros de ayer y hoy
México: ¡No a la ONU!
Ahora resulta que México no es ese país ‘de puertas abiertas’ y de ‘¡pásele a lo barrido, aunque regado no esté! y mucho menos el de ‘mi casa es su casa’. No por lo menos para el gobierno mexicano que sigue emberrinchado por el informe que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entregó a principios de abril del año pasado, en el que se afirma que ‘en México la tortura es generalizada’.
Desde entonces, esto ha calado fuerte en el ánimo del gobierno de México que a través de su Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), perdió la compostura y de manera nada diplomática acusó al relator enviado por la ONU de haber realizado de forma ‘poco profesional y falta de ética’ su informe. Y aún no se les pasa la muina aquí.
… Lo gracioso del asunto es que según el criterio del gobierno federal en voz del entonces Canciller José Antonio Meade Kuribreña (actual Secretario de Desarrollo Social) en México sí ocurre lo de la tortura… ‘pero nada más tantito’ y no de forma ‘generalizada’…
El término ‘generalizado’ es el que le causó alergia a gobierno de México que presionó al relator de la ONU para casos de tortura, el argentino Juan Méndez, a fin de que retirara del documento ese ‘generalizado’ que le estorbaba.
El abogado (72 años) Juan E. Méndez, dedicado en gran parte de su vida profesional a la defensa de los derechos humanos, especialista en derechos de los trabajadores migrantes, por muchos años integrante de Human Rights Watch, profesor visitante de la Academia de los derechos Humanos y Leyes Humanitarias de la Facultad de Derecho en Washington y desde el 6 de octubre de 2010 designado por la ONU como su relator especializado en casos de tortura, dijo no. Que no retiraba el término utilizado porque podía sostenerlo.
Aquello creó un estado lamentable de exposición del gobierno mexicano que quiso defenderse en un tono que asimismo parecía defender a torturadores, utilizando la descalificación y el exceso verbal en contra de quien le hizo ver un estado de cosas que aquí muchos conocen.
Naturalmente el gobierno federal tuvo ad lateres, como la omnipresente señora Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización denominada ‘Alto al secuestro’ y quien entonces y ahora descalifica el trabajo de Méndez y apoya el no recibirlo en México. Vaya pues.
En todo caso, luego de conocerse aquel informe que detallaba el estado de la situación en México (de que aquí se obtienen declaraciones mediante tortura), el mismo Juan Méndez solicitó venir nuevamente a México para dar seguimiento a su trabajo de investigación. Esto –dice él mismo- lo hizo en septiembre de 2015.
Seis meses después la respuesta verbal del gobierno de México es ‘no’. Dice Méndez que el 7 de marzo pasado, en Ginebra, Suiza, tuvo una entrevista con Jorge Lomónaco, embajador de México ante Organismos Internacionales de la SRE de México. El diplomático le informó que no podría hacer la visita de seguimiento que solicitó para 2016, ‘toda vez que están programadas con antelación las visitas de otros expertos’…
La Secretaría de Relaciones Exteriores sabe que la gestión de Méndez concluye en octubre de este año y quiere que, en caso de aceptarse la visita de un relator, sea su sucesor y no él quien haga el seguimiento al informe de 2015.
Esta negativa podría tener dos explicaciones; la más sencilla, digamos, es que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no quiere encontrarse con un nuevo informe que abunde en sus dichos originales de que aquí ‘la tortura es generalizada’. Esto pone en entredicho de nueva cuenta los procedimientos legales y profesionales para obtener declaraciones y, naturalmente podría cuestionar la veracidad de inocencia o culpabilidad de mucha gente que ha estado o está juzgada y pagando condenas.
Pero lo más grave aún, y que genera suspicacias, es que el ‘no’ es por el grado de descomposición en materia de tortura al que se ha llegado es extremo y el gobierno mexicano no quiere exponerse ni exponerlo a la vista, para su utilización social y política.
Negarse a que venga Méndez es a todas luces un berrinche y un error político, una seria equivocación en materia exterior y un tema que con esto genera aún mayores suspicacias entre todos aquí. Es que, como se dice de forma coloquial: “el que nada debe, nada teme”…
Y aún más grave. Dice el argumento de la SRE en su negativa de acceso a Méndez, que ya están programadas con antelación las visitas de otros expertos en la materia. Esto es: entonces hay una gran preocupación mundial por el estado de la tortura en México y por lo mismo hay muchos organismos quieren venir a México para evaluar el tema:
¿Quiénes son? ¿Qué organismos serios y objetivos quieren venir a conocer sobre la tortura en México? ¿Cuándo? ¿Cuál es el calendario? ¿A quién vienen a ver? ¿En dónde?… Esto corresponde a nuestro derecho a ser informados y corresponde a la misma Secretaría de Relaciones Exteriores decírnoslo…
Así que en espera de que se dé a conocer esa lista de visitantes sí aceptados en México, tendremos que retomar el informe de Méndez, de abril de 2015 presentado en Suiza y ver que tanto el gobierno mexicano como la ONU nos digan si a partir de aquel informe la situación en México ha mejorado o ha empeorado…
Eso falta por conocerse aquí, por el bien y la tranquilidad o la toma de criterio, de todos.