Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
“Amapola, lindísima amapola…”
Paso a paso –como la tonada aquella de “comenzó por un dedito y la mano agarró”, así se encamina la aprobación legal de la producción, transporte y consumo –‘para usos medicinales y científicos’-o lúdicos- de los productos que hasta no hace tanto tiempo fueron pecaminosos y por los que han muerto y desaparecido miles de mexicanos; muchos otros están prófugos y otro tanto están presos, mientras que cientos se han enriquecido a la vista o en la sombra cobarde.
Y por esa producción, tráfago, distribución, narcomenudeo y consumo, México se hundió en una larga y dolorosa etapa de violencia, confrontación, dolor y muerte que aún no termina. La historia es vieja aquí, pero no es sino hasta que terminó el gobierno del presidente Vicente Fox Quesada (PAN- 2006) cuando las alarmas se encendieron: su política de mirar a otro lado y guardar silencio dejó al país al borde de la tragedia social… y ocurrió.
Vicente Fox guardó silencio durante su sexenio. Y es ahora –diez años después– cuando dice que el gobierno mexicano debe pactar con los narcotraficantes e impulsa la producción de mariguana como industria agrícola y para la que ya se apunta como productor… ¡Vaya pues!
Cuando llegó el presidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-PAN) la situación había aumentado y los excesos criminales estaban a la vista de todos. Su solución fue la de enfrentar a los narcotraficantes y al crimen organizado con la salida a las calles del Ejército mexicano para hacer las veces de la policía, la cual, por entonces también, ya daba muestras frecuentes de haberse involucrado con el crimen y de haberse corrompido en muchos casos.
Detrás de todo esto subyace también la presencia de los Estados Unidos. Es ahí en donde está el gran mercado internacional; es ahí en donde el consumo de estupefacientes se incrementa día con día y aunque las autoridades estadounidenses aseguran que persiguen a narcotraficantes y que tiene en la cárcel a muchos de ellos, en realidad poco o nada hacen para disminuir el consumo en una sociedad que, en gran medida, ha decidido consumir para ser feliz, por encima de toda consideración y sin riesgos, en tanto sus autoridades les vean como tax payers y votantes.
Por eso, hace mucho que el gobierno de EUA ha insistido al gobierno mexicano que legalice el consumo de las drogas como solución a la violencia y a los fenómenos extremos que esto conlleva, como por ejemplo su impacto en la política social y en la formación de gobiernos.
Así que ya está aquí el tema, en la mesa de las discusiones, y muy probablemente será aprobado.
Así que a mediados de marzo pasado, el gobernador del estado de Guerrero, Héctor Astudillo, dijo de pronto que “sería conveniente regular el cultivo de la amapola con fines médicos y científicos, para acabar con la violencia en el estado”. Y cómo no, si Guerrero es el principal productor de amapola y el segundo en mariguana, en todo el país…
Tan sólo la amapola –reporta Rolando Aguilar, periodista en Guerrero— sostiene a 1,287 poblados en donde campesinos se arriesgan a su siembra. Esto ocurre tierra adentro, en la sierra, en lugares inaccesibles o, por lo menos, en donde la autoridad puede hacer como que no ve y como que no oye. Pero la producción está ahí y sus ganancias alcanzan los 1,200 millones de pesos, según fuentes militares. La DEA ha dicho que Guerrero produce el 50 por ciento de la amapola en México
El Ejército mexicano dice que desde 2014 ha destruido casi 160 mil plantíos de enervantes en Guerrero. ‘Sólo en dos regiones del estado se cultiva la mariguana y la amapola: en la Sierra y la Montaña, aunque es en la Sierra en donde se da la producción más alta’. Además ‘hay comunidades de la zona que llegan a producir hasta una tonelada de goma de opio en cada ciclo de siembra’, dicen.
En este proceso de apertura de la discusión para legalizar la producción de la amapola, hace apenas unos días la televisión mexicana transmitió un reportaje en el que campesinos de la sierra de Guerrero dicen que siembran amapola por necesidad ya que el gobierno estatal poco les ha ayudado para sembrar productos tradicionales: ‘le insistimos al gobierno, desde que estaba el gobernador Aguirre, a que nos apoyaran con programas de desarrollo agrícola y apoyos económicos, pero nada… ¿qué quiere que hagamos…?’
Los gobernadores Graco Ramírez de Morelos, César Duarte de Chihuahua, Gabino Cué de Oaxaca, Francisco Olvera en Hidalgo, Francisco ‘Kiko’ Vega en Baja California, Francisco Domínguez en Querétaro apoyan la idea de regular la siembra de la amapola; en el Senado ha apoyado la moción el senador Roberto Gil Zuarth
Y pues ya está a la vista la discusión de si se aprueba el consumo para uso medicinal y lúdico de la mariguana en México; casi seguro que se aprobará ‘con sus asegunes; y ya se perfila la discusión y puesta en escena la aprobación legal para la producción ‘para usos médicos, científicos y de investigación’ de la amapola.
Punto importante es que el consumo, trasiego y tránsito de la droga en México tienen como fin último el mercado estadounidense. ¿Aprobar su producción-consumo ‘para usos médicos-científicos y de investigación’ en México terminará con el crimen organizado y el narcotráfico que tienen sus ojos puestos en EUA? O se le está haciendo el trabajo negro al gobierno de Estados Unidos para cumplir con su demanda, en tanto que en México la transformación que traiga esta apertura podría tener consecuencias diversas en el comportamiento social. ¿Se valoran ya?
En todo caso, aprobar la producción de amapola y mariguana en el país es una forma de fracaso institucional; que es decir, los programas de desarrollo agrícola fallidos darán paso a la siembra de productos que no están en el esquema de desarrollo productivo, económico y social del país. Así que tendremos narcocampesinos dentro de la ley… Mmmm…