Cierra la chimenea a los ladrones
Trump y el factor México
En realidad lo que el locuaz estadounidense Donald Trump hace es capitalizar para su beneficio político los muy graves errores del gobierno de México para solucionar el tema de la migración hacia Estados Unidos y su incapacidad para insertar en el famoso Tratado de Libre Comercio de América del Norte el tema de la apertura, para que mexicanos trabajen allá sin demérito de su seguridad, respeto y dignidad, no sólo por ser “socios” de la potencia, sino por su contribución a la economía de aquel país.
Y más: el que los mexicanos en edad de producir tengan que dejar el país muestra la ineptitud e insensibilidad político-administrativa y social de los gobiernos mexicanos para generar estabilidad productiva en México, trabajo seguro, salarios dignos, seguridad social y retribución de contribuciones en beneficios familiares presentes y futuros.
Si se van los muchachos y muchachas mexicanos no es siempre por su gusto: si por la necesidad apremiante de salir de la miseria en la que viven acá en un campo prácticamente desahuciado, y en el que el latifundio pre-revolucionario está más vigente que nunca, en beneficio de grandes empresas transnacionales que producen y extraen para comercializar en el exterior mientas que lo que se alcanza a cosechar acá es insuficiente y se tiene que comprar en el extranjero, incluso, el chile para la salsa y el maíz para las tortillas… y mucho más.
Una recapitulación urgente de quien tiene al campo productivo mexicano en sus manos y quien se beneficia con éste, haría ver el mapa de indignidades por las que se ha llegado a expulsar a la gente de su propia tierra… Más que lo que dice el cabeza de chorlito, nos debiera indignar el origen del problema: Sin campo para el trabajo, sin apoyos, sin industria, sin fuentes de labor y mala educación y peor seguridad social…
Pero mientras son peras o son manzanas, lo que capitaliza en lenguaraz archimillonario le está dando buenos resultados. Así que por esa ruta seguirá todo este tiempo, como ocurrió apenas hace unos días en los que ha dicho que a los hijos de mexicanos allá se les deberá negar la ciudadanía estadounidense y, por lo mismo, deberán salir del país “porque les cuesta muy caro a los contribuyentes”. O como dijo el 21 de agosto en Alabama:
“Que el 7.5% de todos los nacimientos en Estados Unidos son de inmigrantes sin papeles: Somos el único lugar tan estúpido como para permitirlo”.
‘Una vez que sea presidente de Estados Unidos’ –dice- cobrará altísimas cuotas de visado, decomisará todas las remesas que los trabajadores mexicanos envían a sus familias en México; incrementará tarifas de cruce fronterizo; elevará tarifas a puertos de entrada a EUA a quienes vienen de México…y…
Lo cierto es que en tan sólo unas semanas, todas esas fanfarronadas le han resultado a favor. Según encuestas de CNN, al 20 de agosto aumentó 11 puntos la ventaja sobre sus rivales Jeb Bush y Carson. Y según esos sondeos, los ciudadanos encuestados estiman que “el candidato Trump sería el mejor para resolver la economía y los problemas migratorios.”
Aparte, el republicano millonario se encuentra, a la fecha, a sólo 6 puntos de distancia de la demócrata Hillary Clinton, lo que significa un gran salto en relación de los diez puntos del mes de julio. Y todo esto luego de que hasta hace unas semanas nadie daba medio dólar por este empresario estadounidense metido a político.
No todos lo toman en serio allá. Muchos ríen de sus payasadas. Otros sonríen con ironía. Algunos políticos repudian sus dichos mientras que otros pasan de largo. Su adversaria demócrata más importante, Hilary Clinton, dijo que lo que Trump hace es “un circo político”…
Sí. Es un circo. En el que él es el payaso. Pero más allá del discurso racista-xenófobo-homófobo… y más fobos, el tema central es que Trump está despertando a la ultraderecha estadounidense hacia una etapa de feroz rechazo a la migración latina hacia su país: un país que se nutrió de migrantes, pero en el que ‘hay de migrantes a migrantes’ en la tierra de la justicia y la igualdad…
No es lo mismo ser migrante irlandés, o italiano o europeo en general a ser migrante del sur del continente, o negro. Y de ahí que no sólo él, sino algunos de sus compañeros de partido que quieren ser candidatos también, han tomado el mismo discurso anti-inmigrante, como Ben Carson, que dice que ‘matará a inmigrantes ilegales con drones, porque «es una guerra».
Muchos estadounidenses viven en el pasado. Viven en periodo de racismo y xenofobia rampante en tiempos de un presidente negro. No todos, pero el que el discurse antinmigrante-latino cale en el ánimo de muchos, es síntoma de que en muchos ahí está la vida latente del tiempo de las persecuciones por origen y raza, como ya se ha visto en Ferguson y más…
En todo caso, también es cierto que si Trump consigue ser candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, facilitará la llegada de Hillary Clinton a la Casa Blanca, porque será muy hablador, pero los estadounidenses no están tan enloquecidos que permitirán que un hombre como este llegue a la presidencia del país de Lincoln y de Washington…
Pero si por azares del destino llega a ser presidente de EUA, más tarde los estadounidenses dirán que “la culpa fue de los mexicanos”.
Mientras acá, más vale que el gobierno mexicano tome nota de esa animadversión creciente hacia la migración mexicana y solucione los problemas de su retención, porque gobernar no sólo es asunto de discursos: gobernar es cuidar y beneficiar a los gobernados: a todos, y si no, no.