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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de febrero de 2016.- El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) aseguró que desde su punto de vista la evidencia física recolectada y analizada proveniente del Basurero de Cocula, Guerrero, no es posible que se haya incinerado a los 43 normalistas los pasados 26 y 27 de septiembre de 2014.
En conferencia de prensa, y presentación de su Dictamen multidisciplinario, el EAAF determinó que estos hechos son casi improbables debido a que no hay consistencia entre la evidencia física y la testimonial que sustente la versión de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre este caso.
Entre las principales conclusiones a las que llegó el grupo argentino, destaca lo relativo al análisis sobre las dimensiones e intensidad que debería haber alcanzado un incendio para reducir a cenizas los cuerpos de 43 personas.
“Al respecto, las y los expertos analizaron integralmente la evidencia disponible, así al examinar insectos recolectados, el EAAF concluyó que estos no podrían utilizarse para afirmar exclusivamente la existencia de retos humanos, dado que por su tipo surgen también de restos humanos y otro material orgánico como el encontrado en el sitio.
“Igualmente, se examinó la vegetación circundante al basurero y se concluyó que no se encontraron señales de fuego abundantes en dichas plantas, como tendría que haber sido el caso de ocurrir un fuego de grandes dimensiones, de hecho, la mayor parte del follaje circundante no mostró señales de haber sufrido los efectos del calor”, dijo Mercedes Doretti, integrante del EAAF.
Los peritos analizaron 17 tocones que fueron instalados en el basurero, los cuales demostraron que de tronco pegadizas a la raíz, que permanecen visibles en el suelo después de que el troncó es cortado en sus secciones superiores, no presentaron efectos de calor significativo.
“En este mismo orden de ideas, la EAAF concluye que desde el año 2010 han existido múltiples fuegos en el basurero de Cocula, a partir tanto de la revisión de imágenes satelitales como del análisis y las capas del subsuelo de dicho lugar.
“Por tanto, no es posible ligar la evidencia ahí recabada a un solo evento de fuego, para concluir la imposibilidad científica de producir en el basurero un fuego de dimensiones e intensidad necesarias para reducir a cenizas a 43 cuerpos y establecer que en dicho lugar ocurrieron varios eventos de fuego”, señaló Miguel Nieva, integrante del EAAF.
Ante estos argumentos, Meliton Ortega, papá de uno de los jóvenes desaparecidos, aseguró que será un desperdicio de tiempo y dinero remozar un tercer peritaje en esta zona, a lo que insistió que el Gobierno federal debe reconsiderar esta decisión.
“Es muy absurdo que se vuelva a ir por tercera ocasión al basurero de Cocula y hacer peritajes innecesarios cuando ya se demostró que no sucedió nada en ese lugar, solamente es estar perdiendo tiempo y dinero para seguir con las verdaderas líneas de investigación que nos competen”, señaló Ortega.