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MÉXICO, DF, 17 de julio de 2014.- “A mí me da risa cuando los medios dicen niños solos. Si ninguno va solo, a todos los llevan los polleros, todos han sido llevados”, confiesa a Óscar Martínez, reportero independiente del sitio elfaro.net, uno de los traficantes de personas, o coyotes, que opera en el departamento de Chalatenango, en la República de El Salvador.
Si yo estuviera en Estados Unidos de indocumentado, ¿cómo le voy a decir a mi hijo: venite? Nooo, así no es, dice el coyote mayor de esa humilde provincia centroamericana al reportero, a condición de mantener el anonimato, relata el reportero en una larga entrevista.
El entrevistado es un coyote, un pollero, que ha visto los diferentes tiempos de la migración, desde el éxodo de los migrantes que huían de la guerra y pasaban de Tijuana a Los Ángeles en unas pocas horas, hasta el día en que Los Zetas se apropiaron del negocio y la Patrulla Fronteriza estadounidense sobrepasó los 18 mil agentes, dice elfaro.net.
El líder de coyotes salvadoreños explica que la cuota por llevarse a un niño a Estados Unidos es de 7 mil dólares. “Es un gran negocio, porque para subirlos a la frontera de México con Estados Unidos, a Reynosa, por ejemplo, están gastando, con todo y la cuota de Los Zetas unos 2 mil 500 dólares”.
El informante del reportero le revela que los Zetas cobran una cuota de 2 mil dólares por cada persona que cruza ilegalmente la frontera, sean niños o adultos, pago al que se agregan otros 500 dólares que cobra el que opera el cruce a Estados Unidos.
(Más en http://www.elfaro.net/es/201407/noticias/15683/.)