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MÉXICO, DF, 6 de septiembre de 2015.- Debido en gran parte al calentamiento global, el fenómeno climático de El Niño tiene todas las características para ser este año uno de los más intensos de los que se tenga registro y que sus efectos continúen en 2016.
De acuerdo con el subgerente de Pronóstico a Mediano y Largo Plazo del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Jorge Luis Vázquez Aguirre, El Niño es un fenómeno natural que siempre ha existido, pero que al igual que todas las variaciones del clima, es susceptible de exacerbarse debido al calentamiento global, informa la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
De hecho, advierte que los pronósticos realizados en diferentes centros internacionales “hacen prever que este evento meteorológico va a ser similar al máximo histórico que hemos tenido, que es el de 1997-98 y que incluso lo puede superar”.
En aquella ocasión, de acuerdo con datos del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, el costo del Niño de 97-98 por los daños causados a la agricultura y a la población, por incendios, inundaciones y algunos otros generales, fue de 17 millones de pesos.
Por lo pronto, expuso que es muy probable que en el transcurso de los próximos días o incluso en las próximas horas la Organización Meteorológica Mundial dé el aviso oficial de que estamos ante la presencia de un “Niño Intenso”.
El calentamiento global, un factor influyente en El Niño
Un factor importante a considerar en la presente temporada es el calentamiento global, el cual ha alcanzado tal magnitud que la misma NASA lleva a cabo un estudio de la variación del nivel del mar como consecuencia del deshielo de los polos, subraya el meteorólogo del SMN.
El organismo internacional dio a conocer recientemente que durante todo el siglo 20, el nivel del mar tuvo un importante incremento de hasta ocho pulgadas como consecuencia del deshielo de los polos.
Lo anterior lleva a considerar como uno de los principales responsables al proceso de calentamiento global, el cual de continuar al ritmo presente podría ocasionar que el mar siguiera subiendo su nivel sumando tres pies más al nivel actual al término del presente siglo.
En ese sentido, el meteorólogo Vázquez Aguirre explica que El Niño es un fenómeno que consiste en el calentamiento del Océano Pacífico Ecuatorial, y que trae como consecuencia una intensificación de los diferentes estados del tiempo.
De hecho, El Niño es un modulador de clima de escala global, por ello cuando ocurre, es capaz de modificar el clima de todo el planeta, propiciando una serie de variaciones.
“Entonces, por ejemplo, normalmente cuando ocurre el niño muy intenso, se cambia el sistema de ondas atmosféricas en el cual se desplazan los frentes fríos y entonces generalmente, al menos aquí en México, se observa un aumento en la frecuencia de los frentes fríos”, subrayó.
Por otra parte, durante el verano “resulta en un movimiento descendente sobre el continente, que normalmente no ocurre e inhibe la formación de nubes, entonces en el verano casi siempre nos causa sequías”.
De esta manera, cuando se presenta El Niño, aumenta el número de frentes fríos, se incrementan las lluvias cuando caen y se intensifican los calores y sequías, puntualizó.
Si a esto se le agrega el hecho de que en el mar existe un incremento de la temperatura extra, consecuencia del calentamiento global, muchos de los pronósticos podrían presentar variaciones importantes que llevan a prever el desarrollo de uno de los Niños más intensos de los que se tenga registro, alertó.
La sobreexposición poblacional, el principal riesgo a considerar
Desde luego, el investigador del Servicio Meteorológico Nacional expuso que hoy en día se cuenta con la suficiente tecnología para hacer proyecciones de los posibles escenarios que traería El Niño hasta con seis meses de anticipación.
Es por ello que justo ahora que estamos entrando al reinicio de la temporada de lluvias, “es el momento de avisar que se esperan lluvias muy por arriba de lo normal en el norte de México, así como en los estados de Tabasco y Veracruz”.
No obstante que se tiene esta tecnología que permite incluso prever posibles puntos de peligro, el principal problema que enfrentará México a diferencia de cuando ocurrió El Niño histórico del 97 es que tenemos “una vulnerabilidad aumentada”.
En ese sentido recordó lo señalado por la directora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Virginia García Acosta, que en pocas palabras se trata de un “riesgo que se construye”.
“Lo que nos han dicho los sociólogos y desastrólogos es que nosotros en realidad seguimos aumentando la población y la infraestructura, y por ende vamos aumentando el grado de exposición a ciertos fenómenos que de por sí ocurren”, dijo.
Por ello, un primer paso para hacer frente a este problema sería retomar la experiencia adquirida en fenómenos de Niño anteriores y recapitular los posibles escenarios que se presentarían de una manera más certera.
En pocas palabras, insistió, México se encuentra más que en una excelente oportunidad para aplicar todo lo aprendido en años anteriores, y apoyarse con la mejor tecnología con la que cuenta ahora para hacer frente a esta situación.
Así también, dijo, “es el momento de empezar a pensar en los instrumentos de transferencia de riesgos que nos ofrecen no solo el gobierno de la República, sino también los que nos ofrece el sector privado”.
“Por ejemplo, es el momento de empezar a pensar en los seguros y que si hay bienes expuestos tales como producción agrícola muy alta, se empiece a pensar en adquirir esquemas de aseguramiento grandes, tanto a nivel nacional como internacional”.
Asimismo, aseguró que es posible armar posibles escenarios tanto positivos como negativos a partir de la base de datos con la que cuenta el SMN y actuar como gestores de riesgo “en nuestro ámbito individual, en nuestro ámbito institucional y en nuestro ámbito sectorial”, a fin de hacerle verdadero frente al Niño.
En efecto, dijo, no podemos asegurar que variaciones podría tener El Niño de este año, pero lo que si podemos hacer es tomar la delantera y asumir este momento como una oportunidad para aplicar nuestra experiencia y no sentarnos a esperar a ver qué pasa.
En ese sentido, reconoció que ya existe también una dinámica bien definida con el Sistema Nacional de Protección Civil, para mantener alertada a la población de manera oportuna, cultura que ha venido fortaleciéndose en los últimos años.