![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2019/04/Daniel-Adame-Osorio-FOTO-FACEBOOK-107x70.jpg)
Escenario político
Un conjunto de fotografías donde se ve a decenas de niños “enjaulados” en bodegones de Estados Unidos desató en nuestro país, en Centroamérica y en los Estados Unidos un debate alrededor del fenómeno de los niños migrantes. Se estima que desde octubre pasado han sido detenidos en los Estados Unidos más de 50 mil niños migrantes de distintas nacionalidades centroamericanas y, por su puesto, de México.
La forma en la que fueron mostrados al mundo al estar encerrados en “jaulas” y durmiendo en el suelo en espera de ser repatriados despertó indignación a nivel mundial, no cabe duda. Sin embargo, el drama de los niños migrantes no comienza y termina en las jaulas estadounidenses, sino que comienza desde el momento en que salen de su hogar para dirigirse a los Estados Unidos.
En su intento por cruzar la frontera, los niños migrantes son muy vulnerables a la explotación, a la trata y a ser víctimas de la delincuencia, por lo que la protección debe ser una prioridad para todos los países involucrados. De acuerdo a un estudio de la UNICEF, las razones por las cuales los niños, niñas y adolescentes deciden viajar solos para cruzar la frontera de los Estados Unidos son el deseo de reunirse con sus familiares, el deseo de mejorar su nivel de vida a través del desempeño de un trabajo y, finalmente, por el deseo de escapar de la violencia familiar o de la explotación sexual de la que son objeto en sus lugares de origen.
Los niños y niñas que deciden cruzar la frontera sin compañía pueden sufrir graves violaciones a su integridad física y a sus derechos humanos debido a los accidentes o contingencias a las que están expuestos, teles como asfixia, deshidratación o heridas, entre otros, o bien a que pueden ser enganchados a redes del crimen organizado, o ser sometidos a explotación sexual o laboral; sufrir maltrato institucional en el momento de la repatriación o perder la vida en el momento del transito y cruce, entre muchas otras cosas. Por otra parte, estos niños se encuentran en un estado permanente de violación de derechos ya que, además de los riesgos que enfrentan, interrumpen sus estudios regulares, lo cual frena sus posibilidades de desarrollo y, por supuesto, no disfrutan de derechos básicos como el derecho a la alimentación, a la salud, a vivir en familia, entre otros.
Recientemente, diversas organizaciones internacionales, han señalado que nuestro país no muestra interés para proteger a los niños que se encuentran en tránsito por su territorio y que tienen la finalidad de llegar a los Estados Unidos, consideran que es un tema del que no se ocupan las instituciones mexicanas a pesar de que tienen una responsabilidad y obligación directa de hacerlo.
En el caso de nuestro estado, Michoacán, podemos decir que de acuerdo a un estudio oficial, ocupamos el primer lugar nacional en índices de migración infantil no acompañada. El reporte señala que, a pesar de que la migración de personas mayores de 15 años ha disminuido en 20 por ciento, la migración infantil se incrementó un 12 por ciento, ubicando a Michoacán como una de las tres entidades en donde se ha presentado este fenómeno. El fenómeno de los niños migrantes no es un tema que debe seguir en el olvido de las instituciones de nuestro país, se debe atender con toda responsabilidad, seriedad y oportunidad ya que día a día la integridad física y la propia vida de miles de niños se encuentra en peligro.