MÉXICO, DF, 15 de junio de 2014.- “La crisis se extiende a lo largo de toda la ruta migratoria hacia Estados Unidos, desde las barriadas azotadas por la violencia en Centroamérica, hasta las traicioneras líneas ferroviarias, los hacinados centros de detención en México y los amenazantes desiertos del lado estadounidense de la frontera donde cada año mueren cientos de personas”, asevera WOLA.
Finalmente, para atender los desafíos que plantea la crisis migratoria, “se requerirá de arduos esfuerzos o un largo lapso de tiempo. El análisis sugiere varias medidas más modestas que los gobiernos pueden emprender para mitigar los abusos y empezar a abordar la crisis de seguridad fronteriza y de migración en la zona entre México y Guatemala. Los especialistas de WOLA recomiendan las siguientes medidas y acciones:
- Utilizar la asistencia de los EU para ayudar a México a incrementar dramáticamente la presencia de entidades judiciales, de la fiscalía y de investigación para atacar severamente al crimen organizado y la actividad de las pandillas en la zona fronteriza, así como la difundida corrupción oficial que la alimenta. Es indispensable un sistema de justicia penal operativo, capaz de aplicar.
- Reglas de manera clara y justa.
- Incrementar en gran medida la cooperación entre las agencias mexicanas de aplicación de la ley, de control migratorio y del poder judicial que trabajan con demasiada frecuencia de forma separada y recelosa en la zona fronteriza.
- Fortalecer mecanismos para fiscalizar a la policía y al Instituto Nacional de Migración en México.
- Acabar con la participación de las fuerzas armadas mexicanas en funciones de seguridad ciudadana que las agencias civiles podrían desempeñar con igual facilidad en la zona fronteriza, y terminar con el apoyo estadounidense para tal involucramiento.
- Priorizar la asistencia de los EU hacia América Central a la prevención de la violencia, al fortalecimiento institucional del sistema de justicia penal, y al apoyo a esfuerzos para combatir la corrupción y fortalecer los controles internos y externos sobre las fuerzas policiales.
- Los EU también debería desarrollar una estrategia para abordar los factores económicos que generan las altas tasas de migración desde América Central, e identificar cómo la asistencia de los EU puede ayudar a mitigar estos factores.
- Reducir los obstáculos para solicitar asilo o refugio que enfrentan los migrantes centroamericanos con razones fundamentadas, tanto en México como en los Estados Unidos.
- Lanzar una reforma radical del Instituto Nacional de Migración de México.
- Desarrollar alternativas a la detención masiva de migrantes arrestados, especialmente la detención de menores.
Pero, sobre todo, concluye WOLA, la crisis de la migración centroamericana en la frontera entre Estados Unidos y México no debe convertirse en un pretexto para intensificar una acumulación de personal a lo largo de una frontera que ha presenciado una duplicación del personal y de gastos de seguridad durante los últimos ocho años. Y ciertamente no debe estimular medidas de seguridad similarmente “severas” en la ya frágil zona fronteriza entre México y Guatemala.