Busco a mis hijos con el dolor de respirar ante su ausencia: Ceci Flores
MÉXICO, DF, 21 de noviembre del 2014.- En medio del estruendo provocado por los petardos lanzados a la puerta de Palacio Nacional y la presencia de policías federales y capitalinos, un clamor se escuchaba: “¡No violencia! ¡No violencia!”
Era la exigencia de miles de personas que permanecieron en la plancha del Zócalo capitalino mucho tiempo después que hubiera culminado el mitin con la presencia de familiares de los 43 desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, cuando se dieron las provocaciones frente al edificio insignia del Poder Ejecutivo.
Poco después que iniciaran las detonaciones y que se diera una confusión que llevó a muchos a correr en sentido contrario al Palacio Nacional, cientos de personas dieron marcha atrás para exigir un alto a los actos vandálicos y a la amenaza de represión por parte de los cuerpos policíacos.
“No es valentonada, es indignación. No hay miedo, hay coraje”, aseguró uno de los asistentes a la protesta y quien seguía en el Zócalo una hora después de que comenzara el zafarrancho. Y remata: “La gente no se va porque la justicia está de este lado, no del lado de los granaderos”.
“No sólo son los 43 desaparecidos de Iguala, es la Guardería ABC, son las muertas de Juárez, es la masacre de Aguas Blancas…”, refirió el hombre que solicitó el anonimato.
Al dirigirse a la plancha, los granaderos son blanco de insultos y provocaciones pero también de llamados a la solidaridad: “Policía, hermano: tu lucha es de este lado”.
«Vamos a seguir hasta que aparezcan los muchachos»
Irma Becerril Romero y Carmen Olguín permanecieron en el Zócalo capitalino después de la primera aparición masiva de los granaderos. No fueron las únicas, ya que la plancha no se vació hasta que otra vez un grupo de personas aventó cohetones a los federales y entonces salió otro enorme grupo de elementos policiacos con sus cascos y escudos a barrer el lugar de manifestantes.
Pero en esa pausa de unos 10 minutos en los que algunos reprocharon a los granaderos que reprimieran al pueblo, y en la que se pudo ver que personal de la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) que ya se había retirado, regresó porque supo que había un herido, un empleado de Canal Once, fue en esos momentos que Becerril Romero y Olguín permanecieron.
Ambas aseguraron que los granaderos no las amedrentaron para regresar a pedir por la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
“Vamos a seguir hasta que aparezcan los muchachos, tienen que aparecer con vida porque así se los llevaron, porque no es justo”, dijo Olguín.
“O por lo menos que el gobierno tenga los pantalones suficientes para decir dónde están, dónde los metieron porque ellos se los llevaron”, expresó por su parte Becerril Romero.
Ambas son egresadas de la Escuela Normal Nacional Benemérita de los Maestros, e imparten clases en la Escuela José María Lafragua, en Iztapalapa.
Agitadas en la entrevista, dijeron sentirse molestas por la presencia policíaca.
“No es para menos, somos normalistas. Estamos muy indignadas por la actitud del gobierno, que asesina a estudiantes, a ciudadanos mexicanos. Es increíble, ¿en qué país vivimos?”, preguntó Becerril Romero.
-¿Cuál es su opinión del operativo, por qué se quedan? –se les pregunta.
–Es una manera de amedrentar a los chicos, les tratan de infundir temor para no protestar, eso sucedió con la entrada de la policía, para azuzar –responde Olguín.
Entrevistadas sobre la plancha del Zócalo, entre el asta bandera y el Palacio Nacional, recordaron que cuando los anarquistas y otro puñado de personas aventaban petardos y cohetones a Palacio nacional, ellas estaban más cerca de las vallas, y si no huyeron fue porque no son delincuentes, agregó Olguín.
“Estábamos de hecho más adelante, pero ¿qué podemos hacer? ¿Correr? Es lo que quiere el Gobierno que hagamos, como si fuéramos delincuentes. No somos delincuentes, estamos manifestando nuestro repudio precisamente a la violencia que el Gobierno generó, no lo generaron los chavos, la generó el gobierno, ahora tiene que lidiar con las consecuencias de sus actos irresponsables porque son estudiantes y tienen derecho a manifestarse.
Que hay alguno que otro un tanto loquito sí, pero yo creo que tienen derecho a manifestarse y la mayoría de la gente está en una situación pacífica y no debería involucrarse a todos en los actos violentos que uno o dos está generando, concluyó Olguín.