Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
MÉXICO, DF., 4 de septiembre de 2014.- Cuatro años han transcurrido desde la primera edición del Oaxaca FilmFest y las cosas no podrían ser mejor para esta fiesta fílmica. La prueba está —puntualizan los organizadores— en el hecho de que el festival crecerá exponencialmente no sólo en las funciones de películas, también en las actividades que se llevarán a cabo durante la semana del encuentro cinematográfico.
Y, sí: del 4 al 11 de octubre próximo este festival internacional de cine en Oaxaca contará con una atractiva oferta fílmica —que incluye una selección competitiva, así como estrenos mundiales, funciones para personas sordas o débiles visuales y exhibiciones especiales destinadas a recaudar fondos para varias fundaciones—, pero, además, se llevará a cabo un simposio internacional de guionistas, talleres, conferencias, paneles, entre otras actividades.
Así que Ana Echenique, directora ejecutiva del Oaxaca FilmFest 2014, no oculta su alegría. Por supuesto no es para menos: el encuentro que está en sus manos ha logrado ya posicionarse entre los mejores del país. “Para mucha gente, el Oaxaca FilmFest es el festival emergente de la actualidad”, puntualiza en entrevista con Quadratín.
– Uno todavía recuerda la primera edición del festival, Ana: algo de errores, algo de inocencia, algo de desorden. A punto de cumplirse un lustro, ¿cómo evaluaría los cuatro años anteriores, y cómo encara el festival el futuro?
Ana suspira, y ríe:
– ¿Todavía lo recuerdas? Sí, se ha avanzado mucho y estamos convencidos que para bien… Creo que hemos encarado todo como prueba y error. En el lado de los errores, los cometimos todos (por suerte y en efecto) en el primer año. Eso sirvió para plantearnos solamente una cosa en aquel año: o nos retiramos o lo llevamos a las últimas consecuencias. Que es básicamente lo que ha venido pasando.
Para la directora ejecutiva del Oaxaca FilmFest algo está claro: esta fiesta fílmica “ha crecido mucho, muchísimo, a pasos agigantados”, dice; y añade:
“Hoy muchas personas (entre realizadores, público, gente de instituciones) nos preguntan cómo pudimos crecer tan rápido en sólo cinco años. Y la respuesta es sencilla: le dedicamos la vida entera al festival. Esto es algo que nos apasiona. La recompensa ha sido, además de un público más ávido de cine en Oaxaca, que ya nos reconozcan como un festival importante tanto en el ámbito nacional como el internacional.”
En efecto: el festival ha crecido a pasos agigantados. En la conferencia de prensa para dar a conocer el programa oficial, el director artístico del encuentro, Ramiz Adeed Azar, explicó que este año el encuentro tendrá la mejor selección, pues de las más de mil 500 películas inscritas (de 54 países) se seleccionaron 145 de todo el mundo, que serán las que compitan en octubre en las diferentes categorías. Por supuesto, a ellas hay que añadirles la demás funciones en las otras secciones.
¿Y las sedes? Ése es otro de los logros del Oaxaca FilmFest en estos cuatro años.
“En este momento tengo el orgullo de decir que por lo menos tenemos 12 sedes, lo cual nos convierte en uno de los festivales con mayor número de lugares para la proyección de películas en México”, comenta Echenique. “Todas ellas nos han abierto sus puertas de manera generosa.”
Entre las sedes están el Teatro Juárez, la Biblioteca Andrés Henestrosa, el Museo del Palacio, incluso habrá funciones al aire libre en el Centro Histórico. Además, por vez primera se suma la Sala de Arte de Cinépolis/Oaxaca.
Otro punto que hay que resaltar es que, para esta edición, el festival se ha puesto como principal meta acercar el séptimo arte a la mayor cantidad de público. Y lo hará con su sección Cine accesible, un espacio con funciones especiales para que puedan ser disfrutadas por público no vidente, sordo e hipoacústicos.
Se trata de un proyecto que nació de la mano de la asociación Cine para Imaginar —explica Ana Echenique—, “quienes han hecho un esfuerzo por desarrollar guías de guiones de filmes; o sea, los adaptan con tecnología de radiotransmisores para el público no vidente; y para las personas que no escuchan, han desarrollado un subtitulaje especial. Esto permite vivir una experiencia cinematográfica distinta, y hace posible que todos puedan disfrutar de las mismas películas”.
Un detalle más: el Oaxaca FilmFest quiere poner énfasis en aspectos que suelen pasar por alto otros festivales en el país: los cortometrajes y los guionistas. Algo que quedará evidente a partir de esta edición.
En cuestión de cortometrajes, explica Ana, “la producción que nos está llegando de las diferentes escuelas e instituciones del país es para quedar asombrados. Es increíble lo que se está haciendo en cortos”.
Y enfatiza: “Me parece que los festivales tendrían que mirar más a este género. A nosotros, desde un inicio, nos ha importado mucho. Para mí es igual de valioso un director, digamos de Batman, que un director de cortos. Estamos hablando de géneros diferentes, con códigos diferentes, pero que se unen en un mismo punto: contar una historia.”
Precisamente esta democratización también la quieren llevar a los guionistas: “A ellos muchas veces los tratan como ciudadanos de segunda en los festivales, y no lo son. Aquí los tratamos como rock star, ya que son parte fundamental del cine. Y eso lo queremos dejar muy en claro en elOaxaca FilmFest.”
Para más información se puede consultar: www.oaxacafilmfest.mx