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MÉXICO D.F., 6 de septiembre del 2014.- Tenía año y medio de edad cuando Itzel Santiago Cortés quedó ciega a causa de retinoblastoma bilateral o cáncer en los ojos, un mal congénito generado por una falla en un par de cromosomas.
Cuando nació veía, pero el tratamiento de cáncer requirió enuclear sus ojos para detener la enfermedad. Negada de esa capacidad, desde entonces se forjó como una niña fuerte, tenaz y capaz de conseguir sus metas de vida.
Así lo demostró, contenta y segura de sí misma, ante familiares, amigos, maestros y alumnos de la Escuela Nacional de Música (ENM) que la acompañaron en su examen profesional para titularse como licenciada en Música (piano) en la sala Xochipilli de la entidad universitaria.
A sus 25 años, Itzel ha conseguido una de sus grandes metas: ser concertista de piano y tener un título profesional. Tras seis años de estudios en una escuela no especializada en invidentes, su paso por la ENM requirió abrir brecha, conseguir materiales especiales que no hay en el plantel –como programas de cómputo y acceso a las casi inexistentes partituras en sistema Braille–, sensibilizar a algunos maestros y vincularse con otros, como Adriana Leonor Sepúlveda Vallejo, dedicada desde varios años a enseñar a alumnos con esa discapacidad, informó la Máxima Casa de Estudios en un comunicado.
UN TECLADO DE JUGUETE
Querida, aceptada y apoyada por su familia, integrada por sus padres, Ana María y Óscar, y su hermana mayor Yatziri, Itzel mostró desde pequeña su interés por la música.
“Todo empezó con un teclado de juguete que le regalamos una Navidad. Tenía cuatro o cinco años y fue su compañero desde entonces, nunca lo dejó”, recordó su mamá.
La condición de Itzel ha sido una experiencia de solidaridad y aprendizaje para toda su familia. Ser incluyentes, tolerantes y fuertes ante los obstáculos ha sido la regla. Sus padres han luchado para que la acepten en una y otra escuela regular y así impulsar su integración a la sociedad. Y su hermana, dos años mayor, desde niña se adaptó a jugar con ella y hoy es una psicóloga que continuará estudios de posgrado en educación.
LA RUTA A LA UNAM
Con un oído agudo y una memoria excelente, en la etapa preescolar ingresó a un Centro de Desarrollo Infantil especializado en niños ciegos, donde aprendió la escritura Braille y cómo afrontar actividades cotidianas, así como algo de música.
Luego, en la primaria se vinculó con un maestro, Gustavo Salas, licenciado en percusiones, egresado y profesor de la ENM, quien pronto descubrió su interés y aptitudes, así que la condujo hacia la UNAM.
Al cursar el último año de la secundaria ingresó al Centro de Iniciación Musical de la ENM y recibió clases un cuatrienio, hasta concluir la preparatoria.
En el momento que decidió continuar sus estudios de licenciatura en la UNAM hizo el examen de admisión como cualquier aspirante, con el apoyo de un lector que anotaba lo que ella decía. Después realizó otro de aptitudes para ingresar a la ENM, y lo aprobó.
PRIMERA TESIS EN BRAILLE
El examen teórico de Itzel son las notas al programa que presentó en su prueba práctica, un recital donde interpretó cinco obras de Bach, Mozart, Liszt, Moncayo y Ravel.
“Es la primera tesis en sistema Braille, la voy a donar a la biblioteca de la Escuela Nacional de Música. Tiene tres tomos y me imprimieron dos ejemplares, uno en la Facultad de Derecho de la UNAM y otro por parte de Discapacitados Visuales I.A.P.”, comentó.
En el texto Braille se explica el panorama histórico de los cinco compositores cuya música interpretó (pertenecientes a periodos diferentes), datos históricos de los autores, análisis y sugerencias técnicas e interpretativas para cada obra.
“La idea es que ofrezca una pequeña fuente de información, aunque sea pequeña, con bibliografía para buscar fuentes originales. Espero que sirva a otros compañeros que estudian música en mis condiciones”, remarcó.
Ahora, tras concluir con éxito su examen como pianista, está interesada en combinar la investigación musical y la interpretación. Y tiene otra meta: acabar su curso de alemán, algo para lo que falta poco, pues va en el octavo semestre del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras (CELE).